el interpretador ensayos/art�culos

S�xodo

J �suis rouge

Tatiana Goransky

�Qu� pasar�a en nuestra cultura occidental si en lugar de la imagen cl�sica de la mujer en posici�n fetal, con bolsa de agua caliente entre sus piernas y murmurando palabras de dolor e insultos al universo, estuvi�ramos acostumbrados a ver a las mujeres agasajadas hasta el exceso durante los d�as que dura su menstruaci�n? Grandes fiestas y millones de ?qu� linda que est�s? rodear�an a las hembras del mundo mientras �stas salen de compras justo en ?esos alegres d�as?, recibiendo comentarios del estilo de ?qu� bonitos y c�lidamente hinchados que est�n tus pechos hoy? o ?me encantar�a acariciar tu cara que se puso m�s redonda y roja y est� francamente preciosa?. Cientos de ?noto que est�s un poco m�s hambrienta de lo normal y me encantar�a poder prepararte otra porci�n de esto que tanto te gust�, querida? recorrer�an las calles de nuestra ciudad y cada tanto tendr�amos, tal vez, el honor de escuchar dulces serenatas interpretadas bajo las ventanas de las protagonistas....


?Dulce mujer marina
Tu es rouge et je suis perdu?


Seg�n la pel�cula argentina ?Je suis rouge? que documenta y ficcionaliza la relaci�n entre las mujeres y su menstruaci�n, al mayor porcentaje de las entrevistadas, todas entre los 18 y 30 a�os, nunca le han practicado sexo oral durante su per�odo. Y aunque en un principio la mayor�a de ellas acusa a los hombres de negarse a hacerlo, finalmente se comprueba que casi ninguna de ellas se lo permitir�a; ya sea por verg�enza, por el asco que les provocar�a ver a su compa�ero con la boca manchada (?boca de payasito?), por el olor submarino que a ellas mismas les disgusta, o simplemente porque ellas jam�s lo har�an de estar en esa misma posici�n.

Resultados como estos nos obligan a preguntarnos �cu�n rojas est�n las mujeres cuando est�n rojas y cu�n rojos est�n los hombres cuando las mujeres est�n rojas?

Es incuestionable que numerosos miembros del g�nero masculino se niegan a sumergirse en el sexo de sus compa�eras cuando �stas est�n ?indispuestas?. Sin embargo, existe tambi�n un porcentaje que lo hace sin titubear, convencido de que el proceso natural en cuesti�n no tiene por qu� despertarles sensaciones extravagantes. Pero eso s�, no hay nada como un poco de duda para alejar el deseo de la habitaci�n. Para ser un aut�ntico profesional en el arte del sexo oral hay que regirse por una premisa esencial e inquebrantable:

?Despu�s de que hayas empezado, no importa si est�s aburrido, agotado, mareado, nauseabundo, acalambrado, dolorido por tu reciente extracci�n molar, resacoso, preocupado porque tu familia est� por llegar para el asado de los domingos o simplemente arrepentido, nunca, bajo ninguna circunstancia... lo demuestres?. Y aqu�, en esta ilustre frase, radica todo el secreto: llevar el emprendimiento hasta sus �ltimas consecuencias, cueste lo que cueste, sin que se note el esfuerzo, por nulo, peque�o o gigantesco que �ste sea. Esta regla no var�a dependiendo de los ciclos femeninos y se aplica a hombres y mujeres por igual, lo que la convierte en una regla reguladora, tir�nica, b�sica e inapelable.

Pero retomando la pregunta inicial, �qu� pasar�a si la mujer menstruante fuera venerada? �Se la desear�a m�s? �Ser�a, tal vez, en ese caso, un honor practicarle a la visitada un cunnilingus? Imaginemos que s�. Que la mujer sangrante es un ser cotizado. Que todos la llaman para salir justo en ese momento del mes, que los hombres (transportando diminutos calendarios marcados con crucecitas rojas en los bolsillos de sus pantalones) preguntan obsesivamente a sus novias y amigas sus fechas para no perderse de llevarlas a la cama los d�as 28. Que hay peleas entre amigos para ver qui�n usa el �nico cuarto del departamento cuando sus dos mujeres est�n en ?esos maravillosos d�as?, que en lugar de las flores es com�n llevar a las citas un paquete de toallitas perfumadas o una cajita de tampones (previa consulta a la mujer por su tama�o preferido), que el mayor de los honores es llamarse Andr�s... �Ser�a justo, entonces, decir que su sangre sabe y huele diferente? �Que ni a hombres ni a mujeres les preocupa verdaderamente el ?payasito?? �Que, por festejada, la sangriza se convierte en el mayor condimento sexual para la pareja del siglo XXI?

Tal vez lo ideal ser�a ponerlo a prueba: este mes, el d�a 25, espero tarjetas de felicitaci�n...



�Tatiana Goransky

2005

el interpretador acerca del autor

Tatiana Goransky

Naci� el 16 de febrero de 1977. Egresada de la carrera de dramaturgia de la EMAD, estudi� m�sica, cine y fotograf�a.
Trabaj� para Uol durante dos a�os en la secci�n Uolsex redactando rese�as de libros er�ticos y pel�culas pornogr�ficas. Actualmente publica sus columnas en Flatusvocis, Ragnatela Magazine y El Interpretador, cursa la carrera de Letras en la UBA y trabaja como cantante junto al tr�o de jazz Del Sur Tr�o.

Publicaciones en el interpretador:

S�xodo

N�mero 3: junio 2004 - El estigma de No�

N�mero 4: julio 2004 - Si-Fi-Sex

N�mero 5: agosto 2004 - D y G vs. Los Titiriteros del Pene

N�mero 6: septiembre 2004 - Ninfo-Ladies

N�mero 7: octubre 2004 - Sixty-4

N�mero 8: noviembre 2004 - El derecho al orgasmo

N�mero 9: diciembre 2004 - Hijos e hijas del Q.M.E.P.

N�mero 10: enero 2005 - Los cultores del Capit�n Escarlata

N�mero 13: abril 2005 - A la manera de Mick Jagger

Direcci�n y dise�o: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: In�s de Mendon�a, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse
Control de calidad: Sebasti�n Hernaiz
Prensa: Elsa Kalish

Im�genes de ilustraci�n:

Margen inferior: Wladyslaw Slewinski, Czeszaca sie kobieta (detalle).