"Le pregunté:¿Te da miedo salir?"
"Las viudas de los jueves".
Claudia Piñeiro.
"Sometimes I believe that this less material life is our truer life, and that our vain presence on the terraqueous globe is itself the secondary or merely virtual phenomenon..."
Beyond the walls of sleep.
H.P. Lovecraft.
¿Qué hicimos cada uno de nosotros para transformar a las muchas argentinas que hoy existen —desiguales, injustas, contradictorias, ocultas— en una sola y gran Argentina?
Mensaje frente a la Asamblea Legislativa Bs. AS. 1-5-90
Carlos Saúl Menem.
Excluir—. Existe el tema carcelario en nuestra sociedad. Es la ocasión de despliegue de ponencias —unísonos del progresismo foucaultiano— filmaciones, cámaras ocultas, testimonios, es decir, toda la materia prima para el disfrute sádico del espectador tumbero, ocasión para su perversión pasiva. Suscita mesas de destacados y credenciales, buena conciencia, opinión pero no pensamiento. Se sabe bastante acerca de la condición humana en las cárceles y comisarías (1): superpoblación, detenidos que duermen bajo las camas de otros, insuficiencia de servicios sanitarios con roturas y averías de caños y letrinas, escasas y nulas actividades deportivas, educativas. Toda actividad se reduce al espacio mínimo entre bolsones y trastos; ausencia de artículos de limpieza, mierda que se desparrama entre cañerías por el deficitario desagote, hacinamiento, humedad, sarna, robo de alimentos, déficit de autoridades legítimas dentro del penal, déficit de medicamentos. En suma: retraso de causas y abandono.
—"Que se jodan esos hijos de..."
Los presos saben que a la mayoría no le importa. Dentro y fuera del penal ellos tampoco sienten compasión. Cuando las desigualdades son de hecho y de derecho lo único que queda es la fuerza, la lucha por la vida. El tema carcelario sirve como forma de la cultura del entretenimiento. Policías y chorros son entretenedores mediáticos. Disfrute del tiro y la muerte televisada, diversión con el sufrimiento del otro, vampirismo de sillón, cerveza y la vecina en la tele; interpretación del sistema mediático como estrellas de la marginalidad: la tevé es cómplice de la moda "pibes chorros", los micro-modos de la imitación. Los "pibes chorros" le dicen al otro social lo que quiere escuchar —mediática— aceptan el estigma, el papel, lo juegan, lo usan, ejercen poder desde allí. La policía no necesita grandes esfuerzos de la inteligencia analítica y rastreo científico del delito para encontrarlos. Los medios organizan la competencia de la fascinación violenta. Envueltos en el espectáculo, el alma tiene su precio, esa vanidad: la atención puesta paga la compra. La periferia interesa como muestrario cultural y para la creación de personajes pictóricos: Evita, Castells, el Gordo Bonanza.
La pena de muerte nos hace pensar el discurso económico. Existe una relación entre saqueo y capitalismo. El segundo instaura relaciones sociales perdurables, es decir, legitimidad y legalidad. El primero es lo que Hobbes llama estado natural, el poder traza la nueva cartografía, estado de excepción mediante. Nos interesa la ley: no el intercambio fundador de la sociedad humana en general (La Ley Mayor) sino el intercambio como forma de relación entre grupos diferentes: el modo en que se desarrolla la sociedad. Ninguna dominación es completa sin amenaza de muerte —la muerte se distribuye socialmente— y sin el derecho reconocido de dispensarla: sentencia legal, guerra, hambre. La muerte deja de ser algo natural. Las leyes penales no descubren lo que es un pueblo sino en virtud de qué conflicto sus representaciones se hacen posibles: lo que tiene que reprimir para sostenerse en esa ilusión, es decir, la percepción que tiene la sociedad de sí o el día a día. Por tal motivo, aquello que funciona como cohesión social siempre recibe cierto barniz encantador: el animal enfermo se luce (el pastor, el político, el ídolo) las masas aplauden, sienten bienestar, esperanza y la moralidad se reconstruye. Como afirma el inteligente Claudio Katz en "El recuerdo fresco del 2001 ha creado un clima de desahogo que induce a sobrevaluar la recuperación. Pocos registran que un modelo de crecimiento socialmente segmentado y económicamente especializado no genera aumentos de la producción, asociados a la mejora popular del poder adquisitivo. El gobierno afianza este desequilibrio cuando auspicia cuidar "la tasa de crecimiento" rechazando el incremento de los salarios". Katz expresa que el dogma "convertibilidad" se llama hoy Superávit fiscal.
Siempre hay un discurso que se quiere escuchar. El Marketing político lo sabe. El periodismo también: el ideológico, el de investigación, el pastoril y el mercenario. Las leyes demarcan: algo pasa, algo queda. El sistema penal se legitimaba en una supuesta función de readaptación social. Ni siquiera este discurso existe hoy. Se trata, en todo caso, de un reforzamiento de lo que siempre fue, esta vez, sin maquillaje disciplinar o reformista: espacios de exclusión y cierre social. La cárcel se pone en devoto. Las penitenciarías son esos microespacios de cristal, refugios de la cultura, el verde, verde, verde de los barrios cerrados. Tenemos nuestras propias formas de encierro: informático, laboral, libresco, etc. Autoencierro en el cual nos transformamos: el mono que se metamorfosea en hombre por el trabajo. Hay encierros que practican el camino inverso. Ya no hay cárcel sino depósitos de carne humana.
Los prisioneros no son de la cárcel sino de una voluntad de exclusión que sella nuestro presente. Espacios que devienen formas concentracionarias, el afuera se llama excepcional, diferente, exótico, extranjero, inmigrante. La fuerza del inmigrante es que condensa toda la dominación posible (obrero, delincuente, colonizado, desempleado) de modo tal que percibirlo es percibir un problema social: los problemas que la sociedad argentina se plantea a propósito de él. En suma: existe como problema porque existen núcleos de resistencia sin la cual sería, tan sólo, tierra absoluta del poder. El poder traduce esta cuestión como paciencia. Radicalmente escindido, asimetría pura, alteridad absoluta, un Otro al que se le deja ser para la indiferencia que se asombra como asombro antropológico: "El ingreso a La Cascada produce cierto mágico olvido del pasado. El pasado que queda es la semana pasada, el mes pasado, el año pasado... se van borrando los amigos de toda la vida, los lugares que antes parecían imprescindibles, algunos parientes, los recuerdos, los errores. Como si fuera posible, a cierta edad, arrancar las hojas de un diario y empezar a escribir uno nuevo". Es el relato de uno de los personajes de Claudia Piñeiro sobre la vida en "Los Altos" barrio cerrado en el que viven "Las viudas de los jueves" (2).
La violencia organiza el derecho, relame sus heridas y en los extremos importa quién tendrá en sus manos el poder legal en el momento en que se cague el sistema de legalidad y el poder luzca su nuevo vestuario, es decir, las figuras morales de la tolerancia. Ley en minúscula es escuchar los testimonios en los campos de fuerzas, lenguaje que compondrá relaciones políticas. El testimonio de los presos amotinados en las comisarías y cárceles del país son las voces de quienes han sido pateados a la nada, arrojados a cavernosos escondrijos del alma. Allí donde resentimiento, odio, envidia y venganza exudan olor pútrido como gangrena del espíritu nuestra sociedad realza los semblantes del éxito, la sonrisa de los ganadores.
El triunfo de la voluntad—. La ortodoxia económica tiene una relación directa con el deseo que el mercado emite. "Señales" que deberán interpretar, esto es, orientar la asignación óptima de los recursos de los agentes frente a estos signos. El diagnóstico de estas señales asegura el progreso y por eso se especializan como asesores de inversión, la caricatura del gurú de los negocios. Duchos en el desmantelamiento de todas las conquistas sociales, han agredido a sindicatos, recortando el gasto social, promoviendo el despido masivo. "La gente" los recuerda con la palabra "Ajuste" y Miceli explica que el gobierno de Kirchner la ha borrado de su vocabulario. Hegemonía ortodoxa es modelo abstracto, recetas que van más allá de la historia, de la sociedad y la política. Lenguaje formalizado: son al engranaje monetario-impositivo lo que los lacanianos al deseo. El poder de la ortodoxia ha sido la administración de la incertidumbre, una Micropolítica de la seguridad. Han sido quienes se han propuestos la gestión del mercado y el anticipo de sus movimientos. Los medios nos han inundado de sus rostros. ¿Se acuerdan sus desfiles en el 2000, 2001, 2002? Ideología de la inevitabilidad de la desigualdad social, naturalización del desempleo, supremacía irrestricta del mercado, competencia como aleccionamiento del consumidor, innovación tecnológica como progreso de la humanidad, subordinación de la democracia a la invulnerabilidad de la propiedad privada. La ortodoxia actualizó las creencias necesarias para la gestión capitalista del Estado. La cárcel, quizás más que nunca, se confirmó como depósito humano. Espesa herencia material y cultural.
La pena de muerte da con la lógica de un deseo y de un poder, es decir, con un discurso que ha documentado campos cerrados y totalitarios, que signaron una década, cuyos monumentos son villas miserias armadas y barrios cerrados también armados. La voluntad de exclusión del poscapitalismo diagrama el espacio para el desecho humano y el depósito de restos sociales: va más allá de la ortodoxia, la cual es una simple estela (3). La necesidad de castigo no es sólo consecuencia del darwinismo legitimado como progreso de la sociedad sino el propio proceso de cuidado de sí de los campos de concentración de lujo.
El lujo de la vida cerrada, segura, verde, estable y rubia combina genética y finanzas: lo que se llama darwinismo social es una variante de la voluntad de poder en su despliegue total en la Alemania de entreguerra. El control de la muerte en masa es el reverso de una política de la vida lujosa. Campos de la muerte bajo la forma del depósito de carne son el reverso de los invernaderos de vida apacible y feliz, la apariencia bella donde se recicla el poder. La inclusión no puede existir ni como deseo: el palacio de cristal organiza los valores del afuera de manera que el deseo es deseo de ese poder segregacionista, el exótico quiere ese poder para sí y echar a los ocupantes. Hacen girar la rueda de una comedia trágica: Eminem es el blanco que quieren los negros, que solo así aceptan, negro. "Los negros en Norteamérica jamás serán libres mientras sigan viviendo en la tierra de los blancos... nosotros no podremos ser libres hasta que obtengamos nuestras propias tierras, nuestro propio país en América del Norte. Cuando nos separemos de este país y tomemos, quizás, diez estados, entonces seremos libres. Libres de dictar nuestras propias leyes, de fijar nuestros propios impuestos, nuestros propios tribunales, jueces, escuelas, pasaportes..." decía alguna vez Muhammad Alí.
Construcción de una territorialidad que pretende desde el súper-confort tratar de igual a igual con cualquier potencia (4). Invernadero cubierto de coraza ecológica. Si los valores del éxito se codifican como cima en el barrio cerrado, de modo que este anillo son los ojos que miran y no pertenecen a lo que se les presenta bajo una forma paradisíaca e inaccesible —culpa en los cristianos, ley kármica en los budistas— y si el bienestar, la felicidad, se arman como piezas que se miden en la cercanía o distancia del castillo, si éste es la constante falta porque es la escala misma con la cual se mide la potencia del ser ¿cómo verán los nacidos dentro del invernadero el afuera? ¿Cuál será la codificación transmitida? ¿Interrogaran como Siddaharta las 4 señales de lo real? ¿Qué son esos tipos allí? Y la pregunta los empuja. ¿Acaso no fuimos todos alguna vez unos ojos bien abiertos? ¿Qué son esos tipos allí? La verdad del barrio cerrado no es el afuera, sino el espacio entreabierto de las rejas al abrirse: no se trata de dividir el espacio social entre "los que ganaron" y "los que perdieron" sino de vislumbrar la trama intermedia que los hace posible: deseo capturado en el poder.
El afuera del barrio cerrado infesta los muros, los muros infestan la villa. Ojitos que miran a través de la ventanilla... junta cartón, tira del carro. ¿Podrá ese objeto aparecer alguna vez como hombre? Solamente en tanto hombre ese objeto puede llegar a ser una relación sin distancia para esos ojos que como ojitos vieron, alguna vez, como nunca antes.
El depósito de carne frena el genocidio abierto porque permite el turismo social, el entretenimiento cultural y la eucaristía: es el doble que necesita el brillo para ser.
Leonardo Sai
NOTAS
(1) Nuestra sociedad no puede tener respuesta sobre lo que no somete a interrogación por considerar más o menos natural.
(2) En su reciente novela, Piñeiro cuenta la historia decadente de un barrio cerrado, los secretitos y la caca: le cuenta al otro social al cual Clarín le vende su premio —"la clase media"— aquello con lo cual se sienta bien, es decir, que no necesita de los muros ni de ese estilo de vida para la felicidad terrenal. Con esta operación narrativa le levanta la pollera a esa construcción de súper-bienestar. Pero es una operación que, por momentos, hace lo mismo que aquellos que nos hablan de las drogas: desmitifican todo esa supuesta potencia, bienestar, cima, para hacernos ver al adicto, al objeto, a la porquería. Lo cual, como dice Transpotting, a veces, omite el placer. Las mejores páginas de "Las viudas de los jueves" son aquellas en las cuales la narradora es la piel del disfrute, del goce: páginas de cierta textura real en donde Piñeiro hace lo que Bret Easton Illis en American Psycho o Tom Wolfe en "Todo un hombre": Hacen que el diablo nos enseñe, un poco, sus juegos y mañas.
(3) La ideología del Estado ultramínimo pasó de moda, palmeable en Francia en 1995. Acá vendían el credo con furor exhibicionista de provinciano snob: desde la "excelencia" de los obedientes estudiantes de administración de empresas y relaciones laborales hasta los libros de Chiche: todos rezan Peter Druker.
(4) O sea perversión.
BIBLOGRAFIA
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Claudia Piñeiro: "Las viudas de los jueves"
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Jean Paul Sartre: "La mirada" en "El ser y la nada".
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Carlos Saúl Menem: "La esperanza y la acción"
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Revista Playboy Argentina. Entrevista a M. Alí.
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Lucas Rubinich: "Con los pies en la tierra".
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Remi Lenoir "Objeto sociológico y problema social"
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Mariestella Svampa "Las puertas del nuevo paraíso"
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Carlos Escudé: "Los piqueteros: prebendas y extorsión en los estratos marginales de un Estado Parasitario".
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Juan José Llach: "Otro siglo, Otra Argentina"
- Claudio Katz "Coyuntura, Modelo y Distribución: las tendencias de la economía argentina".