Traigan las banderas, las banderas. Las banderas, che, las banderas. ¿Agua alguien tiene? ¿Nadie trajo agua? Ah, dale, pasame una botella. En la próxima estación bajamos, che, vayan levantándose. Vamos, vamos, agarren a los pibes, las cosas, vajamos todos juntos, eh, no nos separemos, vamos. ¿Sí? Ah, Lucho, sí, ya estamos en la estación. ¿Cómo están las cosas ahí? ¿Mucha cana? Bueno, nos ponemos delante del cordón. No, no, ya sé que piden dos carriles, pero en la asamblea dijimos que ninguno, sí, sí, estaban todos de acuerdo. Cortamos de una y a la plaza con todos. No te escucho nada, los bombos. Nos vemos en el puente. Los piqueteros cortan hoy más de 100 rutas. El tránsito porteño será nuevamente un caos. Los sectores duros de los piqueteros impedirán hoy el derecho a la libre circulación con una medida de fuerza que se hará sentir en todo el país. Los accesos a la Ciudad de Buenos Aires se prevé que estarán bloqueados otra vez e imposibilitarán a los automovilistas dirigirse a sus destinos...borombombón, el que no salta es un botón, borombombón...estamos con el comisario a cargo del operativo de seguridad de Puente Pueyrredón, comisario, comisario... nosotros tenemos órdenes de garantizar la libre circulación por las vías de ingreso a la ciudad. Estamos acá para poner orden y hacer valer los derechos de todos los ciudadanos, sólo tenemos los elementos reglamentarios que la ley nos provee. Dos asambleas barriales se encuentran poco después de lo acordado en una esquina porteña. Se cruzan algunos saludos, algunos reconocimientos más lejanos se dan con un gesto de cabeza. Por el costado de una avenida comienzan su marcha con autos que les pasan indiferentes por el costado, apenas esquivando el bulto, veloces en sus andares. ¿Hace mucho estaban esperando? No, no, recién llegábamos. La gente de Almagro iba directo, quedamos en encontrarnos allá. Enfrentadas bajo el puente, dos caras se miran fijamente. Saltos de un lado, cantos, bombos, grupos encontrándose. Escudos, cascos, handys y gorras, del otro. La distancia se empequeñece eternamente, se marca sobre un escudo el aliento de un canto. Remeras transpiradas, pañuelos húmedos, palos, cascos, gorras se entremezclan. Piedras, tiros, explosivos, gases vuelan. Llegan de uno y otro lado apoyos, grupos rezagados. Cámaras de tv, fotográfos, gritos. Ojos llorosos, máscaras antigas, limones. Gente, de acá, de allá, corriendo, siendo corrida, escapando, volviendo. Reuniones, reencuentros, faltantes.
Luego, un mural recordatorio que es deseo de presencia, memorias, los cuerpos marcados, este texto.