cascadas dulces acarician lejos con plumas suaves la piel muerta de una nena clara que acostada en negro tul que la sostiene es pétalo muerto sobre el lago quieto
la nena, la nena, la nena está muerta
se arruina
antropófagas inmundicias recorren estriando la piel bella penetrando cerradas puertas abren ronchas horribles de estrellas cruzadas que carcomen la piel pútrida
revuelan caranchos fétidos sobre el sexo deseado, naturaleza del ahogado que sube a la superficie tarde, amoratonada la cara, muertos los pulmones de agua, inútil la mirada que veía al sol brillar en la superficie lejana
la nena, la nena, la nena está muerta
se arruina