Este foro no pasa de una exaltada y arbitraria –pero no por ello menos honesta- recomendación de algunas películas tanto para involuntarios insomnes, como para quienes buscan en la pantalla chica el preludio del sopor y la somnolencia del imaginario onírico en el que nos adentramos cada noche.
Desafiando las ínfulas del título de esta columna (mendaz como pocos) y sus vanos fastos, aquí se encontrarán recomendaciones que irán de lo camp o kitsch (la coca Sarli es una habitué pero también algún día aparecerán Ed Wood y Jorge Polaco) o la patriotera y oportunista reivindicación del nuevo cine nacional, a las altas cumbres de maestros de la talla de I. Bergman, A. Tarkovski u O. Wells, pasando por los clásicos del tiempo en el que Hollywood hacía que el latiguillo "industria de los sueños" fuera algo más que una torpe etiqueta, sin olvidar algo que podríamos llamar (como en el campo de la música algunos denominan world music) world movies, que incluiría a cineastas como Kiarostami o Tsai Ming Liang.
Dichas recomendaciones están dedicadas a aquellos que hacen justicia colgándose del cable (y por ende, no tienen cómo saber qué demonios se ofrece cuando se sientan frente a la tele), a quienes, pagando las excesivas tarifas, se niegan a abonar unos pesos extras por la impresentable revista que se les entrega, y por último, a aquellos que, teniendo ese pasquín en sus manos -pero perteneciendo a esa vasta fauna de televidentes forjados a golpe de imbecilidad del peor cine de Hollywood (me refiero a quienes les resulta igual La dolce vita que la última de Matt Damon, o lo que es peor, la última de Mel Gibson, quien para colmo se cree director)-, de vez en cuando perciben que deberían ver algo "como la gente".
Primera advertencia al lector. Trate de desconfiar de todo lo que se recomienda en este foro. El ánimo de quien escribe, el sueño, la fiaca, la poca oferta de filmes "de culto" y la velocidad con la que se arma esta infamia, pueden llevarlo a recomendarle tanto bodrios absolutos como a pasar por alto grandes perlas. Junto a obras de A. Hitchcock, F. Truffaut o S. Kubrik pueden aparecer películas tales como Y tu mamá también, El faro o películas de Palito Ortega, filmes impresentables para cualquier cinéfilo digno de tal nombre. Por lo dicho, no sea ingenuo y sospeche de esta democrática lista.
Segunda advertencia al desconcertado lector. No son pocas las noches en las que, presos la abulia o el cansancio, corremos al televisor con el ánimo de encontrar "algo" que nos libere de ese estado autista en el que nos deja el día despiadado (y reconozcámoslo, lo hacemos porque no tenemos a "alguien" que nos rescate y no nos queda otra, de lo contrario ¿qué mierda estaríamos haciendo frente a la tele si tuviéramos a nuestro lado un cuerpo escultural que incita nuestros más bajos instintos o si tuviésemos una fortuna incalculable y todo el tiempo para derrocharla? Los que lo tienen, tanto una cosa como la otra, les aseguro, no miran películas de Bergman o de Fellini, sino pregúntenle a Pancho Dotto o al Sr. Constantini); decía que prendemos el televisor un poco desesperados, leemos esta lamentable columna para orientarnos entre la maraña de imbecilidad televisiva y, descorazonados, nos encontramos con que los programadores de turno del cable decidieron proyectar cualquier cosa menos lo anunciado. Por ello –y atajándonos injustificadas imprecaciones- la casa no se responsabiliza por los cambios en la programación de estos imberbes. En relación con dichos inconvenientes –y ante cualquier reclamo- antes de maldecir a este pobre cristiano que escribe, mejor robe la revista de su vecino (o tírele unos mangos al portero para que se la deje primero a usted antes que al inmundo de al lado), apunte los números de teléfono correspondiente y rájele una puteada al Sr. Retro, Sr. Isat (con este último sea más amable porque últimamente, el programador que está a sus servicios, con un acto que hace descreer de sus capacidades intelectuales, ha elogiado esta columna infame) y toda esa yunta.
Tercera y última advertencia al –ahora cansado- lector. Esta columna está hecha "a las apuradas", en primer término, porque debo prepararla para cuando comienza el mes y quien aquí escribe recibe la revista el mismo día que Ud., cuando no después, ergo, la hago "a los pedos" matándome para que el muy señorito se siente el día 2, 3 ó 4 del mes y pueda saber qué corno mirar; y en segundo término, y no menos importante que lo anterior, a mí el Sr. interpretador.net, para quien trabajo, no me paga un mango por esta columna miserable –y bien que hace, pues no merece retribución alguna-, por ende, la hago "de onda" porque, la verdad sea dicha, me gano la vida de otra cosa. En un maratónico y nocturno rally escriturario que nunca excede las cuatro horas de trabajo (a veces cinco, cuando estoy muy entusiasmado con mis propias tonterías) y que no conlleva la consulta de ese degradado (para algunos mejorado) reemplazo de la Enciclopedia Británica borgeana que es Internet, la hago frente a mi computadora, unas veces con tres o cuatro mamantes, otras, con dos o tres libros enfrente para robar a gente que sabe y con ello, hacerles creer Uds., ¡oh, pobres ilusos!, que quien recomienda en este foro, sabe. Hechas estas salvedades, si encuentra algún error –a algún director se le adjudica una película que jamás realizó, un título está mal escrito debido a la dislexia de este marmota, etc.-, sepa disculpar a este servil amanuense amante del séptimo arte.
DÍA CANAL HORA DIRECTOR/ PELÍCULA
SAB 4 CCA 22 M. Gibson. LA PASIÓN DE CRISTO. ¿Mel Gibson director? ¡Vade retro! ¡La puta que lo re parió a este carilindo hueco! Sepan disculpar pero su película es impresentable, de modo que todo comentario "serio" sobre ella no puede menos que comenzar con un exabrupto. El zapato de Gibson cree que con mostrar "crudamente" la Pasión y con parlamentos en arameo, hebreo o latín, logra una versión más realista. Para colmo, dice seguir "al pie de la letra" los textos sagrados, los cuales toma como textos históricos, como buen devoto recalcitrante que es (desconociendo, por supuesto, la herética afirmación borgeana según la cual La Biblia es el mejor libro de ficción de la historia). Bueno, sigámosle la corriente. Pensemos que el tipo está haciendo una transposición literal de los textos y reparemos más que nada en sus desaciertos en la dirección. Sólo ahí hay suficiente tela para cortar.
El filme (me tienta la corrección, este término es muy noble y hasta demasiado bello para referirnos a esta bazofia) está lleno de cámaras lentas de iniciado o más bien de la más pedorra sensiblería hollywoodense (entre paréntesis, el mal uso de la cámara lenta siempre hay que agradecerlo, es la campanada que debería anunciar nuestra huida de una película ya que la impericia con este recurso es una clara muestra –quizá la más rápida también- de que estamos frente a un negado para la dirección; no fueron pocas las veces en las que quien escribe, luego de un imprudente ralenti se levantó de la butaca y emprendió la búsqueda de la salida más próxima de la sala con paso más que gimnástico, de carrera de 100 metros llanos), lleno también de escenas que no se sostienen narrativamente, de arteras incorrecciones históricas, y sobre todo, plagado de énfasis innecesarios. Aunque el director de arte o el de fotografía, para enaltecer la factura, le hayan recomendado algunas referencias al mundo de la plástica que uno puede reconocer, como La piedad, la paleta única de Caravaggio, los descendimientos célebres, bien de Rubens, bien de Velázquez; La pasión no puede ocultar su mediocridad. Tiene perlas grasas imperdibles que vale la pena ver (como el demonio, que parece sacado de un clip pop de MTV), pero ¡para matarse de risa a lo loco! Para ello hay que llegar al final donde encontramos las mejores gemas. Ahí, como era previsible, tras ver a los soldados romanos dejar al Cristo como un vacuno despellejado luego de propinarle 340.458 latigazos, cuando le martillan los clavos al Jesús de Nazaret chorrea sangre a más no poder. Y para que sintamos más "en carne propia" el dolor padecido, Gibson hace un plano detalle de una gotita de sangre cayendo por el clavo. Pero esto no es nada, la másssima de las másssimas en materia grasienta es el Cristo convertido en regadera o ducha de sangre con la que se pega una buena enjuagada un soldado romano. ¡Qué corno hace el soldado romano ahí!, ¡el de la esponjita! ¡Qué hace ese chorro infame! No se explica. No-se-ex-pli-ca. Como tantas otras escenas.
No seamos necios. Vamos a analizarla seriamente. Reconozcamos que Gibson brinda una versión melodramática de la pasión. Para ello recurre a la clásica bipartición entre el villano cruel y la víctima condenada, con sus incólumnes enemigos, ayudantes y traidores, los consabidos primeros planos para subrayar los sentimientos del eterno sufriente y la representación patética e hiperbólica (en este caso, ¿saben cuántas veces se cae Cristo en la peli de Gibson?: ¡seis veces!; a menos que los curitas que me torturaron con catequesis tantos años me hayan mentido, que yo ahora haya releído una Biblia evangélica brazuca, o lo que es peor, que los mismos Evangelios nos vengan fallados, que yo sepa, aunque no se especifique cuántas veces se cae el nazareno, todos han consensuado en la módica cantidad de tres, ¡no, seis!). Y en este punto, al estropear el melodrama, más que un inepto, Gibson es un reverendo turro. Lo es, y disculpen nuevamente mi sinceridad descarnada, porque bastardea a un género tan encantador con el que D. Sirk, V. Minnelli, R. Fassbinder, L. Visconti, F. Lang, J. Ford, P. Almodóvar y J. L. Garci hicieron y/o hacen maravillas.
Para ver una versión digna de la vida de Cristo, para contrarrestar tanta estupidez con aproximaciones serias, alquílese El evangelio según San Mateo de P. P. Pasolini, una versión declaradamente marxista. Para hacerla completa, hay que verla al mismo tiempo que uno hojea el último libro de Rubén Dri, El movimiento antiimperial de Jesús, con el cual, según dicen ciertas lenguas viperinas, el viejo se fue de mambo y, no contentándose con mostrar un hippie avant la lettre, un iniciador de la resistencia pacífica y la solidaridad de los desposeídos, de la reparación de las injusticias instaladas por la dominación imperial, como ya nos han enseñado algunos doctos, fue más allá y nos esputa un Cristo revolucionario. Hay que decir, aunque nos cueste y mucho, que estos difamadores –aquellos que dicen que Dri "patinó"– parece que alguna razón tienen. Si no creen, lean lo que dice en un pasaje el ex-curita tercermundista eximio lector, entre otros, de Hegel y Marx: "la resurrección puede entenderse como una práctica revolucionaria". ¡Te queremos... Dri, te queremos!, pero largá el tinto macho. En cantidades, hace mal. Vos no sos Sartre, que se mandaba mandanga, botellones de vinardo a lo loco, suculentos fuentones de café con anfetaminas de todos los colores y se escribía El ser y la nada sin pestañar y en jornadas de tres días de corrido. Por tu bien, volvé al ascetismo, Rubén. Y ojo, que no se me mal interprete. Don Rubén es un fenómeno, un docente como pocos y encima un pan de Dios, un tierno. Que haya mandado fruta en esta última ocasión no lo desacredita en absoluto, tan sólo habilita esta sarta de estupideces que estamos diciendo. Se agradece, Dri. Te debo estos dos minutos de carcajada a caballo de mi propia escritura.
Descontando la lectura de la Biblia, libro que nadie debe dejar de leer por sus historias maravillosas parangonables a Las 1001 noches (sin alejarnos mucho de las primeras páginas, en el Génesis tenemos historias entrañables como la de José y los hermanos, la de Abraham regateando con Yahveh para que no haga pelota Sodoma y Gomorra o la de Lot y su mujer convertida en estatua de sal por desobedecer la atinada advertencia de su marido); otra opción libresca es acompañar a Pier Paolo con el mismísimo Pasolini, sí, el mismo marxista-morfeta que hizo el Evangelio. Si así prefiere, deberá conseguir el guión de una película que el maestro nunca realizó pero que nos dejó sus apuntes guionados: San Pablo. Pero no se ilusione demasiado, ésta, más que ardua, será una tarea imposible ya que no se reedita desde el ´80. Mejor pruebe con esta última recomendación, la que sigue.
Por último, para ver una versión más delirante sobre esta época –y aunque parezca mentira, y lo digo en serio, más realista- alquílense La vida de Brian de los Monty Python.
Ojo, pero no lea estos apuntes soeces ni vea todo lo aquí recomendado sin antes ver la peli de Gibson. Mírela, realmente vale la pena. Es para matarse de risa.
SAB 4 TV5 22,40 E. Rohmer. LAS NOCHES DE LUNA LLENA. El mes pasado me eximí de recomendar un ciclo de Rohmer por esta señal porque no estaba cierto de que subtitularan en castellano, y temiendo que volvieran a humillar a la teleaudiencia que ignora olímpicamente la lengua de las galias (los muy guachos suelen subtitular pero en francés para humillarnos doblemente, auditiva y visualmente), preferí no hacerlo. Y bien que hice porque las pasaron con subtítulos cuando se les antojó. A veces sí, otras no. Una lotería. ¡Una vergüenza TV5! Si los viera el pobre André Malraux, buen tirón de orejas les daría.
Bueno, esperemos que estos chauvinistas franceses, que creen que así nos van a convencer fácilmente de ir a la Alianza Francesa, esta vez se dignen subtitular esta joyita que es uno de los mejores exponentes, junto con La mujer del aviador, Pauline en la playa (mi preferida entre estas) y El rayo verde, de la serie titulada por el mismo director como Comedias y proverbios.
En enero el Malba expuso una retrospectiva integral de este animal del cine amigote de Godard, Chabrol, Rivette y Truffaut. En el primoroso catálogo de aquel ciclo, sobre esta película leíamos estas palabras de Pascale Ogier: "Conociendo mi gusto por la decoración, E. Rohmer me propuso encargarme de una de las funciones de mi personaje organizando yo misma, como hace Louise en la película, los diferentes decorados en que ella vive. El trabajo consistía en vestir completamente un espacio vacío , por lo demás, escoger muebles, objetos y lámparas ya conocidos o en fase de diseño, cuyo tono correspondiera a un cierto movimiento o tendencia moderna de los ochenta, que se dibujaría a lo largo de toda la película haciendo referencia a una serie de creaciones nuevas (...) y a influencias relativamente antiguas (Bauhaus, Mondrian de los años cincuenta y otros) o volviendo decididamente la espalda al siglo XX. Tuve una libertad total de elección, sobre todo en lo que respecta al estudio de Louise. Se trataba de construir un universo propio del personaje, dando rienda suelta a sus fantasías más íntimas y muy ligado a su adolescencia."
Está bien que yo esta película la vi ya hace tiempo pero me parece –sólo me parece– que este comentario no es más pedorro que los que Ud. suele leer en ésta, mi columna. Esto me obliga a hacer algún comentario. Constantini: primero, y antes que nada, comprate un proyector ya mismo, hermano. De las cuatro últimas veces que pasé por el Malba, en tres ocasiones el proyector se empacaba como una mula, vaya a saber por qué, y nos dejaba mirando el techo como giles o manoteando a ciegas a nuestro/a compañero/a de butaca. Y segundo, yo sé que al frente del cine tenés a gente idónea, gente que sabe en serio, pero en serio en serio, pero controlame los pibes porque a veces –como este caso– ponen cualquier cosa para promocionar una película.
Dom 5 ISAT 01,30 (sábado a la medianoche) S. Caiozzi. CORONACIÓN. Excelente transposición de la homónima obra del gran Donoso. Una novela maravillosa que si no leyó, pues debería.
Con mucho de su compatriota R. Ruiz tanto en su puesta opresiva, en esas misteriosas tomas y en su mirada cínica y de espía, pero con una melancolía tal que a su vez lo aleja del realizador de Genealogías de un crimen y El tiempo recobrado, Caiozzi en este filme narra la asfixiante decadencia de un hombre y de una clase.
A propósito de Donoso. ¿Recuerdan cómo llamaba nuestro malicioso Manuel Puig al excelente escritor de El obsceno pájaro de la noche y El lugar sin límites? Seguro Elsa Kalish –a quien dedico este comentario– lo recuerda bien. Para todos haré el recordatorio transcribiendo aquella deliciosa lista llena de sarcasmo y espíritu zumbón. Vale la pena recordarla (hay que encontrar una justificación seria, no mostremos la hilacha) ya que también cruza los caminos del cine y la literatura como es el caso de esta muy buena película de Caiozzi.
No sólo repare en Donoso, también fíjese en el retrato de Borges, Sábato, Marechal y Cortázar. Lapidarios. Y al respecto de su cinismo, ahora ya sabemos por qué Vargas Llosa decía de él que escribía como Corín Tellado. No por su escritura, que era de una modernidad que pocos podían apreciar (y entre esos pocos no estabas vos, Vargas Llosa, ¡Cachafaz!, ¡vendido al neoliberalismo por unos cuantos dólares!), sino por estas travesuras, que para algunos espíritus enmohecidos y marciales, eran imperdonables.
Aquí va:
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Norma Shearer (Borges). ¡Tan refinada!
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Joan Crawford (Carpentier). ¡Tan fiera y esquinada!
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Greta Garbo (Asturias). ¡Todo lo que tienen en común es ese Nobel!
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Jeanette MacDonald (Marechal). ¡Tan lírica y aburrida!
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Luise Rainer (Onetti). ¡Tan, tan triste!
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Hedy Lamarr (Cortázar). Bella pero fría y remota.
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Greer Garson (Rulfo). ¡Oh, qué cálida!
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Lana Turner (Lezama). Tiene rizos por todas partes.
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Vivien Leigh (Sábato). Temperamental y enferma, enferma.
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Ava Gardner (Fuentes). El glamour la rodea, pero ¿puede actuar?
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Esther Silliams (Vargas Llosa). Tan disciplinada y aburrida.
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Deberah Kerr (Donoso). Nunca consiguió un Oscar pero espera, espera
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Liz Taylor (García Márquez). Bella pero con las patas cortas.
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Kay Kendall (Cabrera Infante). Vivaz, ingeniosa y con glamour. Espero grandes cosas de ella.
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Vanessa Redgrave (Sarduy). ¡Es divina!
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Julie Chrisrtie (Puig). Una gran actriz pero al encontrar el hombre de sus sueños (Warren Beatty) no actúa más. Su suerte en el amor ¡es la envidia de todas las estrellas de la Metro!
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Connie Francis (Néstor Sánchez). Los contratos de la Metro no admiten a estrellitas de menos de treinta años firmar contratos.
Dom 5 ISAT 22 G. Noé. IRREVERSIBLE. Le Figaro dijo de Irreversible: "Un pequeño paso para el cine, pero un gran paso para la barbarie." Mientras que The Guardian sentenció: "el mejor cineasta francés de la última década es argentino." Eh...¿en qué quedamos, Cacho? ¿A quién le hacemos caso?
Lo sabemos, Gaspar Noé, el enfant terrible –hijo de nuestro veterano y maestro pintor Luis Felipe "Yuyo" Noé– radicado en Francia hace años, es un provocador. Cuando presentó Solo contra todos, lo menos que se dijo de él, tanto en Francia como aquí, era que representaba el más repudiable fascismo. Con Irreversible, obra que levantó gran revuelo en Cannes, se lo acusó de obsceno por filmar una violación en tiempo real. Aquellos que lo hicieron no vieron que la violencia de esa violación (esa escena es imperdible; toda mujer y todo hombre –y más aquellos que vemos en las minas más un hecho milagroso que el alarde de un cuerpito gentil- deben ver esta secuencia) puede ser vista no tanto como un alegato contra el abuso de la mujer –eso lo hace hasta un perejil como K. Loach y hasta podría hacerlo S. Spilberg– sino también como una reflexión moral más densa (y para verlo de este modo, preste atención al momento en el que el novio "cobrará" venganza contra "el violador") y también como una exploración en el hombre como un animal salvaje (ojo, no como el bípedo implume de Platón que necesita un filósofo amigo para que le baje los humos, o el Hombre de Hobbes siempre listo a la lucha de todos contra todos, esto es algo distinto).
Con un pequeño prólogo –en el cual aparece el protagonista de Solo contra todos diciendo algo que deberemos tener en cuenta: "no hay hechos terribles, sólo hechos" –, el filme está narrado de atrás para adelante. De modo que empezamos viendo a la mina después de la salvajada sin nombre. Es irreprochable de principio a fin. No, mejor dicho, de principio hasta la anteúltima escena porque, como dice nuestro Macedonio, Diego Cousido –un amigo de la casa que siempre tiene reflexiones sutiles y agudas, más cuando está en pedo–, la última escena es de un corte meloso que borra con el codo todo el patetismo que reflejó con la mano. ¿Hace falta mostrar a la parejita feliz con un embarazo en puerta para repudiar al cerdo abusador? Es una pregunta retórica, así que no se quede pensando en ella para contestarla ¡No haga papelones! ¿Quiere?
Dom 5 RETRO 22 L. Visconti. MUERTE EN VENECIA. Si alguien dice que esta es la mejor película de Luchino Visconti, no creo que nadie se atreva a contradecirlo. Muerte en Venecia es una maravilla de la que siempre recordaremos, cuanto menos, una escena célebre en la historia del cine, la escena final en la que un moribundo Aschenbach, ya en una playa desierta, cercado por la peste, agoniza en la contemplación del inefable Tadzio en un crepúsculo fatal, que es a la vez el de ese día, el de su propia vida y el de la película misma. Más allá de las imágenes, quizá las más hermosas de toda su filmografía, también quedará en nosotros ese adagio inolvidable –tan inolvidable como el alegretto de su Sinfonía Nro. 3– de la recordadísima 4ta. Sinfonía de Mahler que tiñe de melancolía esta última secuencia.
Gaia Servadio, en su documentado estudio sobre la obra de Visconti, trae a colación algunos comentarios de Moravia sobre esta película y aporta una interesante lectura biográfica. Leamos.
"Había demasiado diálogo en Muerte en Venecia, que tenía sus mejores momentos cuando era puramente visual. Y para las "explicaciones" habladas, Visconti se sumergió en el Doctor Fausto, el último libro de Thomas Mann, de forma que el Aschenbach de la clase media que se vestía para cenar cada noche, para sentarse en el comedor rodeado por una clientela educada, habla con las palabras del demoníaco protagonista del último libro de Thomas Mann. [...] Alberto Moravia señaló este punto débil cuando escribió que al Aschenbach de Mann se le describía como "un intelectual de la clase media de principios de siglo, no un Nietzsche o un Strindberg, y esa es la razón por la cual la pasión que siente hacia un chico de catorce años conduce al colapso de los valores del hombre. En otras palabras, el drama de Aschenbach es social, mientras que el Aschenbach de Visconti es intelectual. Hay que encontrar esa diferencia en los dos autores. Mann fue el historiador de la decadencia estética; Visconti era la pura estética decadente, que bien podría ser un personaje de Mann". Este cambio permitió a Visconti contar la historia de Luchino Visconti vista por Luchino Visconti –o muchos aspectos de ella– usando aquella técnica del siglo catorce en la que una pintura muestra las varias etapas de la vida de un santo. En la historia de Visconti vemos un famoso personaje de la clase alta (Mahler), con quien Visconti puede identificarse; le hubiera resultado imposible efectuar la misma transposición con el escritor desconocido de la clase media de la novela de Thomas Mann. Además, los trastornos causados por la homosexualidad en un hombre convencional no podían ser los mismos que en un intelectual, al menos no de la misma forma. Pero la adaptación de Visconti era deliberada y la transposición intencional. El film era un recuerdo explícito de la vida de Visconti, revivida por Piero Tosi bajo las estrictas instrucciones de su director. La silenciosa Silvana Mangano, que observa a sus hijos vestidos tan bella y pulcramente resultaba una copia de Doña Carla Visconti: el mismo Visconti dijo que ver a la Mangano leyendo en la playa cubierta por sombreros y parasoles, con aquel soberbio perfil, distante, sin marido, le produjo la aterradora impresión de estar viendo a su madre. Los modales de sus hijos eran tan rígidamente disciplinados como los de la prole de los Visconti, que también llevaban trajes de marinero. Y al reflejarse en Tadzio y Aschenbach, en la atormentada reacción de este último al descubrir su propia homosexualidad, el film se convierte en la exaltación de una clase alta intelectual, de él mismo, no de un burgués."
Dom 5 SPACE 23,55 P. Taviani. PADRE PADRONE. Si vio Muerte en Venecia, yo le recomendaría que deje pasar Padre padrone. Se me va a morir de un paro luego de tanta, pero tanta poesía. En serio se lo digo. No va a poder dormir en toda la noche y mañana no me va a ir a laburar.
Conste que yo se le avisé.
Esta maravilla (que me había olvidado de sumar en mis 100 mejores películas de la historia del cine y ya mismo estoy subsanando tamaño error) ganó el premio en Cannes y gracias a ella se hicieron conocidos los hermanitos Taviani. En su retrato de la vida rural, Padre padrone es, como dirían en lo de Pettinato, ¡duríííííísimo! Si no la ve, grábela. Y si no la ve ni la graba, llamaremos a su padre –aunque esté aburriéndose como una ostra en el Paraíso o de joda en el Infierno– para que se encargue de castigarlo como acá lo hace il malévolo padrone.
Lun 6 EUROPA 22 P. Almodóvar. KIKA. ¿Ven por qué uno dice que Pedrito hizo pastiches posmo? Él mismo nos lo aclara: "Es como si perteneciera a un género distinto que no sé cómo se llama, o que tal vez no existe. No quiero decir que me he inventado un género, pero a lo mejor es así, o es simplemente que hago las películas de un modo distinto. Tengo la impresión, sin caer en ningún tipo de narcisismo, de que Kika es la película más original que he hecho hasta ahora, la más personal, y es muy difícil ponerle referencias y compararla con otras. La película es deliberadamente heterodoxa desde el principio y de un modo deliberado. Tiene una estructura de colage o de rompecabezas muy radical. Todos los elementos están relacionados, la comunicación entre ellos está dada por las puertas, las ventanas, los pisos. Hay un modo de comunicar todo eso. En este universo que muestro casi no hay pasado ni futuro, sino que existe el instante, un instante como objetivo, material." Pedro Almodóvar. Un cine visceral. Conversaciones con Frédéric Strrauss (el subrayado es mío).
Lun 26 ISAT 23,35 D. Boyle. TRAINSPOTTING. Del director de Tumba al ras de la tierra. La verdad es que luego de ver Un día en el paraíso, Kids y Bully de Larry Clark, como vimos el mes pasado; esta película en la que Boyle se interna también en el mundo de las drogas, parece un filme de la Disney. Pero bueno, puede verse. No hay un joraca. ¿Qué quiere?, ¿ver al gordo Rosín?
Mar 7 VOLVER 22 F. Spiner. LA SONÁMBULA. Antes de hacer el bodrio Adiós querida luna, Spiner había realizado un excelente film de ciencia ficción retro-futurista, aquí, sí, en la Argentina. Para verla. Como El aura, Nueve reinas, Tiempo de valientes, no parece argentina. Con Contreras, E. Poncela y L. Quinteros en soberbios papeles.
Vie 10 RETRO 21,45 R. Brooks. A SANGRE FRÍA. Atinada reposición de esta joya justo en el mismo mes en que se estrena Capote, película que registra los largos años (6 años que para el pobre Capote no pasaban más por una sencilla razón: ya estaba bastante embolado de esa historia truculenta) durante los cuales este deslumbrante escritor trabajaba con tesón en todo lo que luego veremos en A sangre fría de R. Brooks. Narrada con un realismo extremo y con un clasicismo que recuerda las épocas de oro de Hollywood, esta película, estrenada poco después de la edición de la novela, sigue al pie de la letra la narración de ese fiel discípulo de H. James y amante de Proust (y discípulo también de éste, por esa musicalidad tan propia que caracteriza su prosa) que era Capote.
Comentario al margen de la película, que si no vio, debe ver sí o sí. Cuando salió la novela, Capote dijo –y todos le creyeron y así quedó estigmatizado– que él había inventado un género nuevo: la non fiction o la narración literaria de hechos reales. A propósito, valdría recordar –aunque duela hacer justicia y desbancar de ese demiúrgico sitial al autor de Música para camaleones– que Operación masacre de R. Walsh –obra que retrata en forma literaria una "impostura" célebre perpetrada por los "democráticos" que venían a salvarnos del tiranuelo Perón– es bastante anterior a la novela de Capote.
Ahora bien, poco importa que nuestro Rodolfo Walsh haya creado la no ficción y que no haya sido Capote. Poco importa porque en realidad si nos ponemos finos, podríamos pensar que incluso E. Zolá ya la había inventado. Después de todo, ¿qué hacía sino documentarse febrilmente para retratar con fidelidad científica en una narración literaria hechos de la realidad cotidiana de la Francia del siglo XIX? Y si seguimos tirando de la soga, nos podemos ir más atrás todavía y llegar hasta los viajeros escribas de todo tiempo y lugar, o hasta el mismo Herodoto que no hacía otra cosa que, meta charlar y charlar y tomar mates con un siracusano aquí, un tebano allá para luego escribir la que sería la primer obra histórica de occidente, obra que no desdeña la literatura –y sus recursos– sino que se vale de ella como pocas.
Decíamos que poco importa que Capote no haya sido el pionero en este rubro. Y esto es porque Truman Capote es mucho más que un género –encima que un género bastardo en la literatura, ligado al periodismo, que cada día que pasa está más lejos de la palabra literaria– y mucho más que una obra. Era un estilista único y escribía todo, pero todo, de forma maravillosa. Dejando de lado A sangre fría, que en mi modesta opinión es una obra menor en comparación con otras de su cosecha, son deliciosas tanto las viñetas y retratos de Música para camaleones, los relatos de viaje de Color local (¡que los escribió cuando tenía 20 años, la puta que lo parió!, ¡y yo –y otros conmigo, ojo, como Claudio Zeiger o Marcelo Birmajer– que a mis 30 no puedo escribir algo como la gente!) como la inconclusa Plegarias atendidas, que según el propio Capote sería la versión contemporánea de En busca del tiempo perdido.
Seamos corteses y cerremos con sus palabras. Él decía de sí algo tan cierto como patético: "soy un alcohólico, soy drogadicto, soy homosexual... No habrá nadie como yo cuando me muera".
Vie 10 SPACE 23,45 P. Almodóvar. ¡ÁTAME! Almodóvar suele retratar el costado más descarnado de las pasiones, ése que nos lleva a tomar actitudes totalmente irracionales y hasta infantiles. Aquí A. Banderas, su fetiche de los buenos tiempos, se enamora perdidamente de V. Abril, a quien rapta para que, cuanto menos por cansancio, le retribuya su amor como se debe. El que parece que reencontró su rumbo después de La mala educación dijo sobre este filme: "En ¡Átame! no hablo de un comportamiento transgresor sino de un personaje cuyo problema mental es llegar a la autonomía y a la falta de prejuicios. El personaje de Antonio Banderas intenta desesperadamente convertirse en una persona normal, y lo que hace es una imitación de lo que él piensa que es socialmente un hombre normal. Esa imitación de la normalidad es algo muy infantil, y el personaje también lo es. No hay intención en mí de ser transgresor, porque la transgresión implica un respeto a la ley que yo no tengo. Del mismo modo que mis películas no son antifranquistas, porque yo, en mis películas, ni siquiera reconozco la existencia de Franco. Están hechas como si Franco no hubiera existido". Pedro Almodóvar, Un cine visceral. Conversaciones con Fréderic Strauss (nada que ver con los músicos vieneses), Madrid, Ediciones El País, 1994.
Dom 12 CCA 00,05 (sábado a la medianoche) M. Scorsese. CASINO. Los directores no sólo se destacan, entre otras cosas, por su mano maestra en la dirección de actores, en la composición de los planos, en el montaje; también lo hacen por algo previo: la selección de actores. Lo sabemos, la elección de actores es capital. Si no me creen, pásense por un festival de cortos (no se los recomiendo, hay torturas mejores) y verán cómo cualquier pelafustán malogra muy buenas ideas. Aquí la elección es más que feliz, es perfecta. No sólo se luce la pareja protagónica, R. De Niro y Sh. Stone, que están soberbios, sino también un actor de reparto estupendo, uno de los mejores: Joe Pesci. Esto último no representa un dato menor. Me lleva a escribir una idea; que no es poco che. Pesci en Casino –y en Toro salvaje también, haga memoria- como el inolvidable Peter Lorre en tantas películas (¿se acuerda del freak de ojos saltones de Casablanca?, a él nos referimos), es de esos personajes secundarios que, sin competir con el protagonista, brillan tanto o más que ellos y aportan al filme un balance perfecto. En esa sólida pareja que conforman Sam, su jefe, caraterizado por un imperturbable R. De Niro, y Nicky, su mano derecha y puente con los verdaderos jefes (los que están detrás de Sam, y ahí recuerdo: "¿qué Dios detrás de Dios la trama empieza?", decía nuestro Borges refiriéndose no a la mafia, tema totalmente ignorado por él, sino a otra cosa pero que nos viene al pelo), encarnado por Pesci; aunque a primera vista lo parezca, este último, Nicky, no es el Robin del dúo dinámico o el Engels del otro dúo dinámico, el marxista; él es un protagonista más. Presten atención al crescendo en la increíble actuación de Joe Pesci y verán a qué me refiero.
Ahora dirijámonos propiamente a la película. Con un montaje perfecto y continuos movimientos de cámaras (e incluyamos aquí los zooms que en otras manos, incluso las de Visconti, son una grasada), Scorsese ofrece una dinámica radiografía de aquel antro de perdición que, tras esquilmar a decenas y centenas de incautos, supo ser fuente de inspiración de algún genio desengañado como Dostoievski. La constante voz en off, que en otras películas es más bien un estorbo, un énfasis innecesario o un "perrito faldero" de las imágenes, aquí intensifica el vértigo y genera un magnetismo tal que quedamos prendados a cada una de las escenas con las que se retrata ese submundo fascinante. La fuerza hipnótica de Casino es tal que, a menos que lo interrumpan con cortes publicitarios, uno no puede levantarse del sillón o de la cama ni siquiera para agarrar un chocolatín o para bajar a recibir los helados que su descerebrado hijo le encargó a Pérsico.
Un capítulo aparte merece el tratamiento de la luminosidad. Todo aquí se nos muestra radiante, más o menos como en las pelotudeces de Suar que mete foquitos en todos lados para hacerse el "moderno". Pero no, no va por ese lado. Aquí nada es superfluo. Estas imágenes, luminosísimas todas –preste atención-, están perfectamente justificadas. La intensa luz cenital que pende sobre cada personaje no es otra cosa que la metáfora de ese panóptico certeramente instalado para controlar todos y cada uno de los resortes de esa monstruosa máquina de hacer dinero. O mejor aún, esta luminosidad tan marcada es el símbolo de éstas, las dos caras que muestra Casino, la visible y radiante, y la oculta o en penumbras. Porque aquí, si bien todo se nos muestra esplendoroso, todos y cada uno esconden mezquindades varias, muchas debilidades y un vacío insondable; así como el casino, que se nos ofrece con un glamour y brillo deslumbrantes, representa un sistema legal y de una civilidad digna de nutridos elogios pero cimentado sobre bases espúreas y criminales.
Casino es un vuelta más sobre el tema que obsesiona al cine norteamericano: el poder. Y más que nada, y por eso quien diga que es la Citizen Kane de nuestro tiempo tendrá razón, es el retrato del ascenso y caída de un hombre poderoso. Hombre poderoso que, en este caso particular, si bien no es miembro del núcleo la mafia, es su Ganímedes, su servidor más fiel y eficiente. Pero a diferencia de lo que ocurría en Citizen Kane, aquí no hace falta descubrir su "rosebud". Este hombre de mirada marcial tiene un punto débil, está perdidamente enamorado de Ginger, interpretada de manera magistral por Sharon Stone quien, bajo la mano de este turro de Scorsese, está deslumbrante siempre, preciosa hasta cuando estalla desbocada o sucumbe abatida.
Dos recomendaciones librescas para el "visionado" (¡así llaman al simplote acto de ver una peli en la universidad!, no, si hay que hacerle caso a Baby Etchecopar, Patti, Hadad y cía, hay que cerrar las universidades o prenderlas fuego, no perdemos nada): el lunes a la nochecita empiece a leer El jugador de aquel místico y nihilista ruso, Dostoievski. Aunque no tiene nada que ver con la mirada de Scorsese, más ética y menos psicológica o metafísica, cuanto menos le sirve para ponerse en tema. Mejor aún, si se dispone a leer, a engrosar las filas de los devotos de la palabra impresa, léase de cabo a rabo –es cortita– La experiencia sensible de Fogwill que sitúa su acción en un hotel-casino de las Vegas como es el de esta película. Igualmente –y más si se trata de esta película de reventados-, siempre es bueno leer a un reventadito como Fogwill.
Para terminar, un agradecimiento como colofón. Debo el entusiasmo para volver a ver Casino –una de las pocas películas que vi tres o cuatro veces en mi vida, la cual vería otras tantas–, tanto como el ánimo para encarar este extenso comentario, a nuestro Macedonio, sí, al ya famoso Diego Cousido, que es un amante del cine de Scorsese.
Dom 12 TFZ 22 F. Verber. EL PLACARD. Desopilante comedia francesa con G. Depardieu y D. Auteuil.
Lun 13 SPACE 22 C. Eastwood. JINETES DEL ESPACIO. El coraje, la amistad y la solidaridad de un grupo de vejetes (Eastwood, T. Lee Jones, D. Sutherland y J. Garner) que tienen una segunda oportunidad para viajar al espacio. Aclaremos aquí –por las dudas– que soy un ferviente partidario de Eastwood, inclusive el de Harry el sucio y los mamarrachos del spaguetti western. Tan partidario que no fui a ver su última película que, según han dicho, es un mamarracho impresentable. Ergo, no confíe mucho en esta recomendación.
Lun 13 EUROPA 23 K. Kieslowski. SIN FIN. Filme de su período polaco, previo a la trilogía y al decálogo. No le miento si le digo que no tengo ni la más remota idea de qué se trata esto. Eso sí, es de Kieslowski. ¿Alguna vez vio una mala película de este cristiano? Nunca. Eso es toda una garantía y me exime de todo comentario.
Lun 13 ISAT 23,15 L. Clark. KIDS. La verdadera autocrítica de la "norteamericaneidad" que, gracias a la supina ignorancia que caracteriza al yankee promedio no pudo ni podrá hacer él por sí mismo y que tampoco verá en los amnióticos y sedantes medios de comunicación de su tierra, fue llevada a cabo –aunque Ud. no lo crea- por el cine de la industria de Hollywood y hoy lo es por el cine independiente de aquellos lares, que en estos últimos años viene mostrando un nivel dignísimo. Esta es una muestra de ello.
Un retrato crudo de una adolescencia totalmente sacada en el que vemos que en aquella sociedad el único problema no es un barbudo escondido en los montes del cercano Oriente. Entre paréntesis, y seré políticamente incorrecto pero hay que decirlo. Cuán diferentes son estos pibes reventados –bien distintos en todo el cine indi norteamericano– a los eternos abúlicos retratados por nuestro cine independiente, que, luego de 345.987 películas sobre el mismo tema y con ese mismo medio tono de siempre, ya cansaron un poquito.
Mar 14 TFZ 00,00 (lunes por la noche) R. Altman. GOSFORD PARK, CRIMEN DE MEDIANOCHE. Si le gusta el policial clásico, esta es una película que debe ver. Si no le gusta nada, mire solamente la primera mitad de la película. Es imperdible el coreográfico (sí, aunque suene raro así es) retrato que Altman hace –más que nada en esta primera parte– de las diferencias de clase en una mansión de la aristocracia británica.
Mar 14 SPACE 22 S. Leone. EL BUENO, EL MALO Y EL FEO. Antes del canto del cisne del western que fue Los imperdonables, C. Easwood participó de un subgénero que intentó reflotar este noble género de la épica moderna, el spaguetti western (sí, así de grasa como suena; para colmo el nombre le calza perfecto a este formato, grasa por naturaleza), de quien S. Leone fue el mejor exponente. Aquí Easwood no está solo, lo acompaña el dolape L. V. Cleef.
Mar 14 ISAT 23,15 G. Noé. IRREVERSIBLE. Le Figaro dijo de Irreversible: "Un pequeño paso para el cine, pero un gran paso para la barbarie." Mientras que The Guardian sentenció: "el mejor cineasta francés de la última década es argentino." Eh...¿en qué quedamos, Cacho? ¿A quién le hacemos caso?
Lo sabemos, Gaspar Noé, el enfant terrible –hijo de nuestro veterano y maestro pintor Luis Felipe "Yuyo" Noé– radicado en Francia hace años, es un provocador. Cuando presentó Solo contra todos, lo menos que se dijo de él, tanto en Francia como aquí, era que representaba el más repudiable fascismo. Con Irreversible, obra que levantó gran revuelo en Cannes, se lo acusó de obsceno por filmar una violación en tiempo real. Aquellos que lo hicieron no vieron que la violencia de esa violación (esa escena es imperdible; toda mujer y todo hombre –y más aquellos que vemos en las minas más un hecho milagroso que el alarde de un cuerpito gentil- deben ver esta secuencia) puede ser vista no tanto como un alegato contra el abuso de la mujer –eso lo hace hasta un perejil como K. Loach y hasta podría hacerlo S. Spilberg– sino también como una reflexión moral más densa (y para verlo de este modo, preste atención al momento en el que el novio "cobrará" venganza contra "el violador") y también como una exploración en el hombre como un animal salvaje (ojo, no como el bípedo implume de Platón que necesita un filósofo amigo para que le baje los humos, o el Hombre de Hobbes siempre listo a la lucha de todos contra todos, esto es algo distinto).
Con un pequeño prólogo –en el cual aparece el protagonista de Solo contra todos diciendo algo que deberemos tener en cuenta: "no hay hechos terribles, sólo hechos"–, el filme está narrado de atrás para adelante. De modo que empezamos viendo a la mina después de la salvajada sin nombre. Es irreprochable de principio a fin. No, mejor dicho, de principio hasta la anteúltima escena porque, como dice nuestro Macedonio, Diego Cousido –un amigo de la casa que siempre tiene reflexiones sutiles y agudas, más cuando está en pedo–, la última escena es de un corte meloso que borra con el codo todo el patetismo que reflejó con la mano. ¿Hace falta mostrar a la parejita feliz con un embarazo en puerta para repudiar al cerdo abusador? Es una pregunta retórica, así que no se quede pensando en ella para contestarla ¡No haga papelones! ¿Quiere?
Mie 15 RETRO 22 F. Truffaut. LA SIRENA DEL MISSISSIPPI. Quien fuera uno de los gestores principales del nuevo cine argentino y que hoy sigue siendo escupido por los ingratos realizadores que ganaron un nombre gracias a los elogios que él les prodigaba, decía sobre esta película: "Basada en otra novela de William Irish, dedicada a Jean Renoir y estructurada en torno de la palabra "reunión" (la isla del Índico, el loco amor de los protagonistas, la cita de La marsellesa), la película es un ejemplo de cómo sostener la inverosimilitud de los hechos narrados desde la interioridad de los personajes y la exterioridad de las locaciones. Deneuve y Belmondo son dos universos que se encuentran en las palabras de amor codificadas y los grandes gestos, mucho más que en la comunicación sexual (fetichista y poco espontánea) o en la conversación cotidiana. ¿Qué hay detrás de los personajes de Truffaut? La locura y la imposibilidad de adaptarse al mundo. Un universo secreto, vacío, que no aspira a cambio alguno sino a la realización compulsiva de una obsesión. Cuando sus películas no disimulan pero tampoco subrayan esta idea y se libran al placer de la puesta en escena, se hacen más interesantes y este es el caso. Mamante año 5 Nro. 56, octubre de 1996.
Mie 15 ISAT 23 B. Schroeder. LA VIRGEN DE LOS SICARIOS. En el ciclo Primer Plano, Isat estrena esta película basada en la novela de Fernando Vallejo, duro retrato de una Medellín violenta. Como se dio cuenta, no la vi. Y estimo que no la veré porque aún me falta algo más importante, leer a Vallejo, que según la china Ludmer en su último trabajo editado sólo en parte en Confines, es un pesutti de la literatura latinoamericana contemporánea.
A propósito de transposiciones de obras literarias. Una de estas noches tuve la desatinada idea de ponerme a ver la versión cinematográfica de Nadie, nada, nunca de J. J. Saer llevada a la pantalla por R. Beceyro. Está bien que es una novela irrepresentable, tanto como lo sería una del objetivismo francés al que tanto le debe nuestro escritor recientemente fallecido, pero aquí no hay atenuantes. No hay derecho. Pobre Juani, le destrozaron la novela. Y no me vengan con que tiene una marcación de actores bressoniana ni ocho cuarto. Es un mamarracho. La escena sobre los caballos, famosa por cifrar allí un alegato contra la represión, es de una mediocridad pasmosa, aquí coronada por el inexplicable plano de un pobre caballito en un establo. Esto que no está en Saer sino sugerido –el Falcon, el atropello en la caza furtiva de subversivos–, en la versión de Beceyro aparece en un radiante primer plano. Insisto. Está bien que sea una novela infilmable, pero si, amábamos tanto a Juani, ¿por qué no tomar La ocasión o La pesquisa, novelas con más "acción", más "filmables" que Nadie, nada, nunca? Uds. me dirán que es porque su director quiere denunciar la masacre de la dictadura. Bueno, pero para eso no hacía falta pisotear aquella pluma impar. Pobre Gato, pobre Elisa, Pobre Pichón, y sobre todo, pobre Tomatis que acá es una suerte de Saer mamado en versión grasa.
Para no despedirnos con un sabor amargo de éste, uno de los mejores escritores argentinos, recordemos un par de frases (sólo con eso basta para apreciar su ritmo hipnótico y hasta errático, según Daniel Link) del comienzo de esta maravilla.
"I. No hay, al principio, nada. Nada. El río liso, dorado, sin una sola arruga, y detrás, baja, polvorienta, en pleno sol, su barranca cayendo suave, medio comida por el agua, la isla."
Mie 15 VOLVER 23 Postiglione. EL ASADITO. Autoconsciencia, eso es lo que, por suerte, ganó el cine argentino en los últimos años. Aquí el director, tomándose bien en serio cuanto menos el diminutivo del título de su obra, así lo demuestra. Él sabe lo que hace: una peliculita. Después de todo, esta no es más que una peliculita en la que un grupito de amiguitos (grandulotes, ellos, ojo) se encuentran a compartir unos momentitos discutiendo sobre su vida, minas, política, etc. Un dato para avalar esta despiadada "recomendación". Esta película de bajo presupuesto fue filmada con unos pocos apuntes como guión y, por ende, con mucha improvisación. Hay algo que debemos dejar en claro. De esta modalidad de trabajo –tan elogiable por cierto- sólo conocemos un par de obras maestras (entre ellas, varias de Fassbinder), la mayoría, disculpen, suelen ser bodrios descomunales, o mejor dicho, peliculitas. Pregunto, ¿por qué esa ciega confianza en el azar? ¿Por qué pensar que lo que no se me ocurrió a mí como realizador al cabo de años de escritura y de elaboración se le va a ocurrir a un gordito peladito comiéndose un choripancito en la pelopinchito?
Juev 16 FOX 22 S. Spilberg. MINORITY REPORT: SENTENCIA PREVIA. Spilberg, este correcto artesano de la industria que de genio del cine no tiene un pelo, en esta película, sin los énfasis innecesarios de, por ejemplo, La lista de Shindler, y sin los finales bienpensantes con los que arruina todos sus filmes (¿hace falta recordar la ridícula escena en que el antes negrero empresario y ahora tierno salvador de judíos se reprocha no haber vendido otra de sus prendas para salvar una vida más?), hace una digna adaptación de una brillante y delirante novela del genio de la ciencia ficción P. Dick.
Juev 16 TNT 22 T. Guillam. DOCE MONOS. Distópica como tantas películas de ciencia ficción, aquí B. Willis, cooptado por las fuerzas dominantes de un futuro de una humanidad devastada, debe volver al pasado para desbaratar una célula rebelde. Excelente trabajo de B. Pitt encarnando a un loco que, como suele suceder con los dementes en el cine (y no en la realidad, no se crean que todos los locos son genios), dice toda la verdad.
Juev 16 VOLVER 23 L. Favio. CRÓNICA DE UN NIÑO SOLO. Según cuenta el mismo Favio, un día, cuando ya tenía el guión casi terminado de esta maravilla que es Crónica de un niño solo, se fue al cine a ver Un condenado a muerte se escapa de Bresson sin saber lo que encontraría. Y la verdad sea dicha y con todas las letras. A los pocos minutos el pobre Leonardito se quiso cortar "las que te dije" en pedacitos porque al director de Pickpocket se le había ocurrido algo muy parecido y lo había filmado tal cual como Favio lo había imaginado hacía un tiempo atrás; y para desgracia suya, le había ganado de mano al hacerlo antes. Bueno, cierta o no, esa es la anécdota sobre Crónica, película que luego, sin Bresson de por medio, se llevaría el premio de la crítica del Festival de Mar del Plata.
Sin lugar a dudas, es una de las mejores películas argentinas de todos los tiempos. Si no lo creen, vean sólo la secuencia inicial, la de los títulos. Reparen allí sólo en el movimiento de cámaras y en la composición de los planos. Si les parece pobre o mal realizada, pasen de canal. Sino, quédense hasta el final. Vale la pena.
Vie 17 TNT 22 M. Scorsese. PANDILLAS DE NUEVA YORK. La anteúltima película de Scorsese estrenada hace un par de años en cine en la que, situándose en su amada Nueva York, retrata el nacimiento de quien es hoy el Imperio. Para ser más precisos en términos cinematográficos, según el joven Diego Cousido, nuestro ya mencionado Macedonio, ésta es nada más ni nada menos que otra versión de El nacimiento de una nación de Griffith.
Sab 18 VOLVER 23,40 L. Stantic. UN MURO DE SILENCIO. Filme de una de las productoras más importantes del nuevo cine argentino anclado en el pasado reciente.
Dom 19 DISNEY 20 H. Miyazaki. EL VIAJE DE CHIHIRO. Ud. se preguntará quién demonios es Miyazaki. ¿Se acuerda de la angelical Heidi? Bueno, pues él fue el artífice de aquel dibujito, para algunos pedorro, para otros tiernísimo. Luego de haber trabajado con el mismísimo Isao Takahara, sí el padre de aquel que pateaba con maestría el pasto de la cancha de Boca, e incluso mientras dibujaba a Heidi, el abuelito y toda la parentela, Miyazaki se convirtió prácticamente en el genio indiscutido de la animación. Entre sus películas –Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke, entre otras–, con la fresca ironía de un niño, lo recordamos por aquel título de una de sus películas tan gracioso para nosotros los hispanoparlantes –Laputa, la fortaleza celeste– como lo fuera el recordado capítulo de la isla voladora de Los viajes de Gulliver de Swift. Pero dejemos el chiste fácil para otro momento (pero, ¿qué estoy diciendo?, ¡si es mi único fuerte!) y digamos que este gran dibujante diestro como pocos en la cruza de tiempos y géneros, valiéndose siempre del mundo de J. Verne y L. Carroll, así como también de toda la mitología y los cuentos populares orientales, aquí crea un mundo fantástico delicioso e inolvidable.
Dom 19 RETRO 22 F. Truffaut. LA SIERENA DEL MISSISSIPPI. Quien fuera uno de los gestores principales del nuevo cine argentino y que hoy sigue siendo escupido por los ingratos realizadores que ganaron un nombre gracias a los elogios que él les prodigaba, decía sobre esta película: "Basada en otra novela de William Irish, dedicada a Jean Renoir y estructurada en torno de la palabra "reunión" (la isla del Índico, el loco amor de los protagonistas, la cita de La marsellesa), la película es un ejemplo de cómo sostener la inverosimilitud de los hechos narrados desde la interioridad de los personajes y la exterioridad de las locaciones. Deneuve y Belmondo son dos universos que se encuentran en las palabras de amor codificadas y los grandes gestos, mucho más que en la comunicación sexual (fetichista y poco espontánea) o en la conversación cotidiana. ¿Qué hay detrás de los personajes de Truffaut? La locura y la imposibilidad de adaptarse al mundo. Un universo secreto, vacío, que no aspira a cambio alguno sino a la realización compulsiva de una obsesión. Cuando sus películas no disimulan pero tampoco subrayan esta idea y se libran al placer de la puesta en escena, se hacen más interesantes y este es el caso. Mamante año 5 Nro. 56, octubre de 1996.
Dom 19 SPACE 22 C. Eastwood. JINETES DEL ESPACIO. El coraje, la amistad y la solidaridad de un grupo de vejetes (Eastwood, T. Lee Jones, D. Sutherland y J. Garner) que tienen una segunda oportunidad para viajar al espacio. Aclaremos aquí que soy un ferviente partidario de Eastwood, inclusive el de Harry el sucio y los mamarrachos del spaguetti western, tan partidario que no fui a ver su última película que, según han dicho, es un mamarracho impresentable. Ergo, no confíe mucho en esta recomendación.
Lun 20 DISNEY 00 (domingo por la noche) H. Miyazaki. EL VIAJE DE CHIHIRO. Ud. se preguntará quién demonios es Miyazaki. ¿Se acuerda de la angelical Heidi? Bueno, pues él fue el artífice de aquel dibujito, para algunos pedorro, para otros tiernísimo. Luego de haber trabajado con el mismísimo Isao Takahara, sí el padre de aquel que pateaba con maestría el pasto de la cancha de Boca, e incluso mientras dibujaba a Heidi, el abuelito y toda la parentela, Miyazaki se convirtió prácticamente en el genio indiscutido de la animación. Entre sus películas –Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke, entre otras–, con la fresca ironía de un niño, lo recordamos por aquel título de una de sus películas tan gracioso para nosotros los hispanoparlantes –Laputa, la fortaleza celeste– como lo fuera el recordado capítulo de la isla voladora de Los viajes de Gulliver de Swift. Pero dejemos el chiste fácil para otro momento (pero, ¿qué estoy diciendo?, ¡si es mi único fuerte!) y digamos que este gran dibujante diestro como pocos en la cruza de tiempos y géneros, valiéndose siempre del mundo de J. Verne y L. Carroll, así como también de toda la mitología y los cuentos populares orientales, aquí crea un mundo fantástico delicioso e inolvidable.
Desde el lunes 20 de marzo hasta el 10 de abril. Por CIUDAD ABIERTA. Horario: desde las 21hs en adelante. (A propósito de la falta de confirmación en el horario hacemos una recomendación: haga zapping y chusmee si aparece este programa porque no hemos logrado información fehaciente ya que –y seguro a razón de algunos problemitas más importantes que debe atender Aníbal Ibarra–, cuando le preguntamos por el horario de estas entrevistas don Aníbal nos contestó con la siguiente leyenda: "No me rompan las pelotas. Fíjense de 21 a 00hs. ¿No ven que yo casi estoy zafando de Cromañón? Chau. Ah, y vengan al acto en la plaza".)
Al cumplirse 30 años del último golpe militar en la Argentina, Ciudad Abierta exhibirá una serie de entrevistas sobre el tema realizadas por María Pía López, quien hasta no hace mucho recomendábamos en esta misma señal por su ciclo de reportajes La caldera. ¿Se acuerda? Para esta ocasión los entrevistados serán Hebe de Bonafini, B. Sarlo, S. Schmucler, A. Kaufman, el Dr. R. R. Alfonsín, H. González, entre otros.
Lun 20 TFZ 23,50 F. Verber. EL PLACARD. Desopilante comedia francesa con G. Depardieu y D. Auteuil.
Lun 20 ISAT 23,40 T. Haynes. VELVET GOLDMINE. Olvidando algunos zooms que son bien grasas, esta película, presentada en un Festival de Cine Independiente de Buenos Aires no hace mucho, es un excelente fresco de aquello que se conoció –y que lamentablemente se ha perdido hoy, a menos que pensemos que el ex-dark The Cure todavía lo representa– como glam rock. Ojo, no confundir este loable género con lo que hizo y hacen Poison y Bon Jovi. Estos mamarrachos aquí no tienen nada que hacer. Esto es más serio. Vean la película y se darán cuenta.
Para aquellos que creen que sólo los Rolling, los Sex Pistols, Zeppelin, Purple o Black Sabbath (¡Dios preserve a su par, su gemelo; no, Maradona no: el gran Ozzy Osbourne!) fueron los únicos duros del rock, vean este filme que muestra cómo la sexualidad puede representar un acto de rebeldía, y vean también, como efecto concomitante, la repudiable homofobia del mundo rockero.
Como prueba, agregamos un comentario que corrobora la homofobia, en especial, la de la feligresía heavy.
Reconozcámoslo, para nosotros, que veíamos a Halford ahí, firme y gritón, con sus cueros negros y sus tachas resplandecientes, y que saltábamos inconscientes y enloquecidos siguiendo el riff potente de una guitarra a todo volumen, fue desconcertante –y hasta decepcionante– enteramos de que el pelado, el cantante nada más ni nada menos que de Judas Priest, banda pesada si las hubo y pionera del Heavy junto con Iron Maiden, era un maraca irredento. Lo sabíamos de la diva Freddy Mercury, de alguno que otro de los de Yes e incluso de los impresentables Bee Gees. Pero eso no nos afectaba porque ellos no formaban parte de nuestros amados grupos pesados. No había drama. Es más, era coherente. Si hacían música de putitos, pues era lógico que ellos lo fueran. Pero, bueno, volviendo a Halford, después lo aceptamos y hasta creímos en esa leyenda que decía que él venía capado para llegar a esos agudos imposibles y de paso para divertirse con algo exótico por las noches. Asumámoslo, hasta le daba un toque glamoroso y medio zarpado saber que era maraca y verlo franelear con el guitarrista o el bajista de la banda.
Pasados esos resquemores e incomprensiones, desde aquí, todos nuestros respetos, Halford. Sin ruborizarse, tanto en público como en privado, agárrelo fuerte y dele para adelante con el micrófono maestro.
Mar 21 A & E 00 (lunes por la noche) B. Edwards. LA FIESTA INOLVIDABLE. P. Sellers, aquí interpreta a un actor hindú –que tiene más de pelotudo que de actor y nada de hindú-, el cual termina armando un bolonqui padre en una fiesta de los capos de la industria del cine. Una maravilla imperdible desde la primer escena, la de la trompeta, esa que Ud. recuerda bien. Y si no la recuerda, no es la esclerosis, es que no la vio. Aproveche y véala.
Mar 21 CCA 22 F. Coppola. PERDIDOS EN TOKIO. Película, a mi entender, no de mayor talla –pero sí con mayor reconocimiento– que Vírgenes suicidas, su ópera prima. También vale verla por B. Murray que está estupendo.
Mar 21 TNT 22 M. Scorsese. PANDILLAS DE NUEVA YORK. La anteúltima película de Scorsese estrenada hace un par de años en cine en la que, situándose en su amada Nueva York, retrata el nacimiento de quien es hoy el Imperio. Para ser más precisos, según el joven Diego Cousido, nuestro ya mencionado Macedonio, ésta es otra versión nada más ni nada menos que de El nacimiento de una nación de Griffith.
Mar 21 ISAT 23 P. Jackson. CRIATURAS CELESTIALES. Antes de llevar a la pantalla El señor de los anillos y de destruir descaradamente ese mito clásico del cine que él mismo tanto amó con su propia remake de King Kong, Peter Jackson hizo algunas películas indi aceptables.
En Criaturas celestiales, donde entre otras cosas le rinde tributo al mismísimo Orson Wells, ya dejaba el placer por lo mal hecho del cine clase B y se pone a narrar con maestría y fantasía, algo de ternura y mucha truculencia, la historia de dos adolescentes que se aman demasiado, pero demasiado, demasiado.
Mie 22 FOX 22 S. Soderbergh. TRAFFIC. Excelente y políticamente incorrecto retrato del mundo de corrupción, muerte y adicciones que involucra tanto a los santos nenes del College como a las cúpulas dirigentes de los States.
Juev 23 F & A 22 A. Ripstein. ASÍ ES LA VIDA. La Medea de Eurípides, aquella que también adaptó Lars Von Trier con una puesta excepcional cuando sólo era un muchachín, ahora en clave de melodrama mexicano. Una verdadera joya a la altura de Principio y fin. Para grabar y llorar por la pobre Medea, que, entre paréntesis, de pobre no tiene ni un pelo. La desalmada no tuvo empacho en –y disculpen la vulgar aliteración- "despachar" a los hijos al infierno para vengarse de su marido. Mejor no la grabe, a ver si todavía cuando la ve se copa con la mitología griega y, reescribiendo otro mito (es que son todos medio parecidos, una salvajada tras otra, y a uno se le mezclan), le cocina los pibes crudos a su esposo como escarmiento porque ayer a la noche, cuando Ud. estaba Con ánimo de amar, al muy taimado –y no a Ud., como reza el dicho popular– "le dolía la cabeza".
Vie 24 DISNEY 00 (jueves a la noche) H. Miyazaki. EL VIAJE DE CHIHIRO. Ud. se preguntará quién demonios es Miyazaki. ¿Se acuerda de la angelical Heidi? Bueno, pues él fue el artífice de aquel dibujito, para algunos pedorro, para otros tiernísimo. Luego de haber trabajado con el mismísimo Isao Takahara, sí el padre de aquel que pateaba con maestría el pasto de la cancha de Boca, e incluso mientras dibujaba a Heidi, el abuelito y toda la parentela, Miyazaki se convirtió prácticamente en el genio indiscutido de la animación. Entre sus películas –Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke, entre otras–, con la fresca ironía de un niño, lo recordamos por aquel título de una de sus películas tan gracioso para nosotros los hispanoparlantes –Laputa, la fortaleza celeste– como lo fuera el recordado capítulo de la isla voladora de Los viajes de Gulliver de Swift. Pero dejemos el chiste fácil para otro momento (pero, ¿qué estoy diciendo?, ¡si es mi único fuerte!) y digamos que este gran dibujante diestro como pocos en la cruza de tiempos y géneros, valiéndose siempre del mundo de J. Verne y L. Carroll, así como también de toda la mitología y los cuentos populares orientales, aquí crea un mundo fantástico delicioso e inolvidable.
Vie 24 A 30 años del último golpe militar en la Argentina, un canal progre como I.Sat no podía menos que realizar un recorrido por documentales y películas que en estos últimos años propusieron miradas diferentes (algunas, che, no todas) sobre los acontecimientos ocurridos desde el 76 al 83. A partir de las 15.30 y en continuado ofrecerán: Nietos (Identidad y memoria), Los Rubios, Sol de noche, Buenos Aires Viceversa y Garage Olimpo.
Vie 24 ISAT 15,30 B. Avila. NIETOS (IDENTIDAD Y MEMORIA). No sé por qué pero sospecho que esta peli está más cerca de Sol de noche que de Los rubios, filmes que disfrutaremos o padeceremos –según el caso, Uds. dirán– en este ciclo.
Vie 24 ISAT 17 A. Carri. LOS RUBIOS. Como manifiesta Ana Amado en los últimos números de Pensamiento de los confines, Los rubios, junto con Papá Iván (M. I. Roqués, 2004) entre otras, representa una renovada forma de interpelación de las nuevas generaciones frente a los protagonistas de los ’70, una interpelación patética antes que mimética, desde los afectos y desde descarnadas escenas edípicas, antes que desde las certezas ideológicas fruto de una mirada extasiada por la gesta heroica, desde el reclamo de autocrítica para con las izquierdas iluminadas de ayer y de hoy, así como también desde la desazón y el eterno vacío de haber perdido un padre al calor de un sueño fracasado: la patria socialista.
Ni Los perros (Adrián Jaime, 2004) ni ERREPÉ (G. Corvi y G. Corvi, 2004) ni Trelew (M. Arruti, 2004), todas obras que vuelven sobre los años de la última dictadura, tienen la radicalidad de ésta, una verdadera vuelta de página en la relectura de esos años despiadados –como en el campo de la literatura lo es El secreto y las voces de Carlos Gamerro, la mejor novela de un escritor joven sobre esta temática– en la cual una hija de desaparecidos –la propia Carri- ficcionaliza la memoria y la expone, según sus palabras, "en su propio mecanismo". Por dicha contundencia la directora se ganó, en igual medida, tanto suculentos elogios y palmadas en la espalda de gran parte de la crítica y del público joven, como escupitajos soberbios de la agrupación H.I.J.O.S., puteadas de setentososos recalcitrantes y críticas inteligentes y demoledoras como la de M. Kohan en Punto de vista. Allí, en su artículo "La apariencia celebrada", leemos: "Los rubios funcionaría como un ejercicio de la imposibilidad: ese algo a lo que querría acercarse (el pasado, la verdad de los hechos, la historia política de los padres desaparecidos, la historia personal de los padres ausentes) resultaría inalcanzable o irreparable, y ese intento no haría sino evidenciar los límites inherentes a los instrumentos de aproximación de que puede valerse: los límites de la memoria, de la representación, de los testimonios, de los documentos, de los documentales. Concebida, entonces, como intento de aproximación, Los rubios se detendría en la mostración de esa imposibilidad y de ese vacío. Si se la piensa, en cambio, desde un punto de vista diferente, como el resultado de una práctica del distanciamiento, y no de la aproximación, ya no puede decirse que alcance o deje de alcanzar su objeto: lo que hace es apartarlo. Apartarlo: ponerlo lejos, hacerlo a un lado."
El escritor de Una pena extraordinaria, El informe, Los cautivos y la reciente Segundos afuera, obras que recomendamos con fervor, como vemos destroza a A. Carri, quien –para desgracia de todos quienes la atacaron sin miramientos- con Géminis, su último filme, demuestra que no es una mera provocadora sino una realizadora con plena conciencia tanto de sus objetivos como de sus calidades. Disintiendo con la tesis central de Kohan, creo que la mirada de Carri es algo más que una irritante lectura posmo de la historia reciente, y se entronca, como plantea Ana Amado, con un puñado de películas que ofrecen una verdadera vuelta de tuerca sobre este traumático núcleo duro de nuestra historia nacional.
A propósito de la película de Carri, recomiendo la lectura de las notas sobre Los rubios de S. Hernaiz que se publican en este mismo número de la revista.
Vie 24 ISAT 18,40 N. Ludin. SOL DE NOCHE. Luego de ver Los rubios, vemos su contracara. Si la película de Carri encarnaba una nueva y polémica forma de ver la última dictadura, Sol de noche, producida por A. Aliberti (ya podemos sospechar cómo viene la mano, sí, la izquierda sobre todo), reproduce la de siempre, la de buenos y malos, la de la sociedad inocente y los milicos genocidas, el cuentito de Caperucita y el lobo. Esta peli no es para Isat, que últimamente está un paso adelante, es para Retro.
Vie 24 ISAT 20,05 A. Agresti. BUENOS AIRES VICEVERSA. A Agresti puede vérselo como uno de esos directores de la vieja generación de cineastas argentinos que intentaron hacer un cine independiente. El amor es una mujer gorda, Luba y El acto en cuestión son algunas de sus obras que podríamos destacar. Luego de Buenos Aires Viceversa, Agresti no volvió a filmar nada como la gente, a menos que pensemos –y no me incluyan ahí- que Valentín es una película digna de recordar. En este filme, donde actúan N. Pauls, F. Mirás y V. Fogwill, hace un mamarracho en el que vuelve sobre la temática de la última dictadura. El final es de una hijaputez bárbara. Un golpe bajo innecesario. Ah, actúa el hijo de Casero. Él es el que deberá sufrir el golpe bajo que mencionamos.
Vie 24 ISAT 22,30 M. Bechis. GARAGE OLIMPO. Ya que tenemos Los rubios, Sol de noche y Nietos como precedentes, bien podemos definir a Garage Olimpo estéticamente más cerca de la primera –ya que intentó, unos años antes que Carri, dar algún paso más para narrar de otra forma el horror– pero ideológicamente bien cercana a las dos últimas (sin citar a Mani, el artífice de la religión maniqueísta, don Bechis reproduce la misma mirada que opone buenitos y villanitos). Ud. me dirá que esta distinción es antigua, arbitraria y falaz. Por hoy le doy la razón. Luego de escribir varias horas seguidas esta columna de morondanga, más que argumentos, que los tengo, ya no me quedan más ganas de contestarle. Hoy ganó la partida.
Dom 26 TFZ 22 P. Almodóvar. ¡ÁTAME! Almodóvar suele retratar el costado más descarnado de las pasiones, ése que nos lleva a tomar actitudes totalmente irracionales y hasta infantiles. Aquí A. Banderas, su fetiche de los buenos tiempos, se enamora perdidamente de V. Abril, a quien rapta para que, cuanto menos por cansancio, le retribuya su amor como se debe. El que parece que reencontró su rumbo después de La mala educación dijo sobre este filme: "En ¡Átame! no hablo de un comportamiento transgresor sino de un personaje cuyo problema mental es llegar a la autonomía y a la falta de prejuicios. El personaje de Antonio Banderas intenta desesperadamente convertirse en una persona normal, y lo que hace es una imitación de lo que él piensa que es socialmente un hombre normal. Esa imitación de la normalidad es algo muy infantil, y el personaje también lo es. No hay intención en mí de ser transgresor, porque la transgresión implica un respeto a la ley que yo no tengo. Del mismo modo que mis películas no son antifranquistas, porque yo, en mis películas, ni siquiera reconozco la existencia de Franco. Están hechas como si Franco no hubiera existido". Pedro Almodóvar, Un cine visceral. Conversaciones con Fréderic Strauss (nada que ver con los músicos vieneses), Madrid, Ediciones El País, 1994.
DOM 26 VOLVER 22 P. Trapero. EL BONAERENSE. Luego de terminar Mundo grúa, su primer y celebrado filme –celebrado en demasía, vale aclarar–, Pablo Trapero se metió con una parada difícil: cartografiar las miserias y virtudes de una policía que, haciendo gala de las primeras o de las segundas según el caso, era definida en términos tan encontrados como la "maldita policía" o "la mejor policía del mundo". Logró sortear la inexorable bajada de línea que imponía el tema apelando al bildungroman –ese formato que, con el Meister como mejor exponente, cuenta el aprendizaje de un personaje en el decurso de una obra–, narrando la historia de un pelandrún de baja extracción social que ingresa a dicha institución y termina bastante mal. La película, claro, es algo más que esto. Por algo la recomendamos. En un número de El ojo mocho Horacio González, sin despeinarse (metafóricamente lo digo, este libre pensador, que según dicen está cada vez más flaco, consumido por sus obligaciones como Director de la Biblioteca Nacional, emulando un poco a Niezsche, a Beethoven e incluso a Van Gogh, siempre anda con los pelos al viento como buen genio incomprendido que es), luego de incluirla en la egregia prosapia del Martín fierro, la definía nada más ni nada menos que como un "ensayo crítico". Decía: "Sobre todo en algunas de las notables escenas entresacadas de una aguda observación de la vida popular. Ésta aparece como un ámbito de lealtades que conjugan saberes marginales, amores oscuros, amistades protectoras y crueldades homicidas". El ojo mocho Nro. 17, del verano del 2003.
Dom 26 SPACE 22 F. Fellini. EL CUENTERO. Filme de la primera etapa de Fellini, aquella de La strada y Las noches de Cabiria. Es una gran película que debería ver hasta el final, porque la última escena es una gloria. Mejor, leamos a gente que sabe: "Il bidone es una parábola centrada en las ideas de la soledad, la decrepitud física y la muerte. Narrada a través de un grupo de estafadores de poca monta que viven del engaño. Toda la película se basa en la mentira. En la estafa del tesoro escondido (inicio del filme) aparecen vestidos de curas y encabezados por Augusto, el protagonista, disfrazado de monseñor. La escena siguiente entre Picasso y su mujer gira en torno a la ocultación de las actividades de él. Mientras tanto Augusto y Ricardo intenta divertirse en un nightclub, otro de los teatros fellinianos de la inautenticidad." Carlos Colón Perales. Fellini o lo fingido verdadero.
Lun 27 CCA 00,05 P. Greenaway. EL COCINERO, EL LADRÓN, SU MUJER Y SU AMANTE. Una mujer escapa a la atenta mirada de su esposo –el tiránico dueño de un restaurante- y lo engaña con un desabrido cliente (el adjetivo no es azaroso, ya sabrá por qué). Al grito de: ¡Marche un amante calientito, calientito!, veremos cómo ella y su amante pagarán las consecuencias del adulterio. Sí, como en los mitos griegos, alguien se tendrá que comer un "niño envuelto". Aunque no le interese esta trama –por cierto, de las menos delirantes de Greenaway, así que imagine cómo es este cristiano–, el filme bien vale para ver los perfectos encuadres de uno de los pocos directores que, con la rigurosidad de un Velázquez, de un Caravaggio, de un Rubens, compone plásticamente cada secuencia y cada plano.
A propósito, ahora que nombro a Rubens, qué grasas resultan hoy las rubicundas y morruditas figuras desnudas de sus cuadros, ¿no? ¡Cómo pasa el tiempo para algunos artistas! Para otros, como los mencionados Velázquez y Caravaggio, no ocurre lo mismo. A propósito del "a propósito", no es menos grasa una costumbre que tenía Caravaggio. Según dicen, el tipo era tan pero tan realista que para pintar un tomuer tomó como modelo un cadáver de unos días atrás. ¡Caravaggio!, así pinta cualquiera macho. El arte no consiste en fotografiar la realidad, querido. ¡No entendiste nada!
Lun 27 ISAT 23,35 F. Ozon, GOTAS QUE CAEN SOBRE ROCAS CALIENTES. El director de 8 mujeres, Bajo la arena y La piscina adapta una obra de juventud del reventadito Fassbinder.
Mar 28 COSMO 23 W. Allen. ALICE. Entretenida comedia de Allen. Para pasar el rato. Ni por asomo está a la altura de Interiores, Crímenes y pecados o Manhattan. Pero puede verse. Con M. Farrow.
A propósito, una noticia ya vieja ahora pero que alienta: Allen volvió a ser Allen. Su último filme, Match Point, el inmediatamente posterior al último estrenado en Argentina Melinda y Melinda –que, como rezan las críticas, es un paso adelante con respecto a los bodrios que nos venía ofreciendo desde Celebrity–, según dicen, es la vuelta al Allen de Manhattan y Zeling. Un alegrón para quienes amamos a este intelectualoide rey de todos los neuróticos del mundo (o sea de todo el mundo) que es Allen.
Mie 29 RETRO 22 N. Ray. REBELDE SIN CAUSA. El clásico de la historia del cine con James Dean. Aquel que el mes pasado homenajeaba Malik en su ópera prima Badlands. Buen momento para ver la original.
Hernán Sassi