el interpretador narrativa

 

Vuelta

Cecilia Perna

 

 

 

 

Esa mujer, esa mujer, esa mujer es mía. Esa mujer, esa mujer adentro. Adentro en una parte de humedad se nos consume. Como frágil Blancanieves se consume en la cajita de cristal. Esa mujer, esa chica, tan buena esa chica, esa mujer.

"La Finadita", "yo le pido a la Finadita". "Que me proteja a los chicos que los guíe en los estudios". Cada noche me ampara esa mujer desde el cielo de una tumba clandestina. Él, el Viejo, él le prende velitas internas. En su casa, en la casa primera de la infancia. La casa del papi. En la casa del papi el Viejo le prende velitas a esa mujer y pide por nosotros. Protección desde la tumba, pide. Su cielito clandestino de piel finita blanca de partículas del cáncer. Finadita. Mía querida, en el seno de la familia. Sagrada.

¿Qué se mueve en la familia? ¿Qué bichitos nos carcomen, qué leones, qué escorpiones? ¿Qué se mueve en nuestros cuerpos los destroza? Padre cobarde, Viejo divino. Que nadie se ofenda, que estoy hablando de política no más. Que se entienda que estamos impregnados ciegamente de política. Que somos políticos de Edipo. Que nos cortaron las manos las uñas las pezuñas, que nos comieron el corazón.

Santos Devotos de esa. Esa. Loca. Puta. Una cabaretera esa. Santos devotos con las uñas arrancadas. Con las ratas por el culo. Padre Padre. Estáte quieto. No me jodas no me encierres mientras el Viejo prende las últimas velitas.

Yugándola en el 4. Con las negras transpiradas que huelen perfumes de catinga. Entre los culos duros y activos de las negras, padre... no me jodas. No me jodas con tus delirios de armas que se traban en la selva del norte. Papá quedáte quieto. No sigas más con esto. Dejános morirnos a todos. Dejános tranquilos papá, dejános con el cáncer, hay que ser agradecidos.

Papá, no me hagas dar este miedo. Qué es esa mujer, qué son esas velas papá. No me hagas dar este miedo. La piel finita besada por las colas de los negros, los negros que marchan en filas inalterables. Tocarle la mano a la Santa, apretarle el puño al Viejo.

Qué es esto papá no entiendo nada. Esa mujer tenía la cara adolescente de una conductora de programas infantiles; en la película, le volaban asomada la cabeza, los pelitos rubietones por la ventanilla del tren; y vos papá querés que yo vea otra cosa. ¿Quién es esa mujer, papá, decíme? Explicáme papá, no me dejes con este silencio, dame una razón o un sentido.

O quedáte en casa para siempre y no vuelvas a salir más a yugarla. Quedáte en casa para siempre conmigo. Los dos rígidos de sueño y de cansancio. Papito, papá mío, no hagas darme este miedo de mí misma.

¿Quién es esa mujer? ¿Por qué se pudre? ¿Se nos pudre en la humedad del himen amarillo, papá, es ahí donde se pudre? Fijáte que yo. Yo quiero ser activa. Papá: a mí no me embalsames. Ya sé de tus buenas intenciones pero todo tiene un precio. Un precio límite papá. Ponéle un límite a todo esto. Un tope una cantidad y que se borre. Borramos todo. Erase, Delete, ¿te parece papi? ¿Lo hacemos? Papá no me embalsames y me dejes a la deriva de todos esos besos negros. Date cuenta lo que digo, perfilálo. Toqueteálo un poquitito y vas a ver. Precio papi, precio y listo. Vos me decís, me das: taca taca y arreglamos, seriamente. Yo me compro lo que valga. Me lo compro y me salvo como un efecto quimio ¿te parece? Papá, yo quiero ser activa, quiero me free pass papito, de verdad te lo digo. Aparta.

 

como latiditos rasos en la piel
transparente nylon gris arriba de un armario
estancada en medio del trámite burocrático de ir a parar a tierra
en el medio del agua salobre
en el mar en el Adriático en el sur
de la ensenada en el río
en mitad del lago San Roque en
Mar Chiquita
hidratándose
reviviéndose a sí misma y sin saber
retomando queratinas platinadas por el sol
la carne
los pezones
las tetas que se llenan otra vez
de leche y pus
los escorpiones
abiertos en las tetas que subsisten
en el medio vital
del agua donde crece
el cáncer negro
todo el dolor como un golpe de cartas
de Tarot
cositas de mujeres, predicciones
incumplidas
promesas que resisten desde el agua
tan femenina el agua
tan llena de muertos tan azul

 

"qué significa todo esto? / un paseo nada más / te vamos a dar un paseíto / para que refresques la memoria, nena / vos que te la das tan de viva / vos / que te las sabés todas / nena / esto te desfavorece / tanto encierro pendejita / te desfavorece / no te asustes es / nada más un paseo / una refrescadita y vas a ver / cómo enseguida te cambia / el panorama completo."



Cecilia Perna

 

 

 
 
el interpretador acerca del autor
 

 

               

María Cecilia Perna

Nació en Zárate, provincia de Buenos Aires, el 9 de marzo de 1979.

Cursa estudios de Letras en la Universidad de Buenos Aires.

Participó de diversos ciclos de poesía, antologías y publicaciones electrónicas. En el 2003, publicó el libro de poesía La boca de Mercurio por editorial Siesta.

Publicaciones en el interpretador:

Número 13: abril 2005 - La boca de Mercurio (Fragmento) (poesía)

Número 16: julio 2005 - Reina (narrativa)

Número 20: noviembre 2005 - Cámara en la piedra (poesía)

   
   
   
   
   
 
 
 
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sección artes visuales: Juliana Fraile, Mariana Rodríguez
Control de calidad: Sebastián Hernaiz
 
 
 
 

Imágenes de ilustración:

Margen inferior: Egon Schiele, Nudo femminile accovacciato con fazzoletto verde (detalle).