poesía

 

Leonor Silvestri - Tres poemas pertenecientes a Nugae, teoría de la traducción

Karina Sacerdote - Poemas

Yván Silén - La lengua de Lucifer

   
 
 
 
Dirección y diseño: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: Inés de Mendonça, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse
Corrección: Sebastián Hernaiz
 
 

imágenes de ilustración:

márgenes laterales : Man Ray, Foto (detalle).

margen inferior: Guy Bourdin, Foto (detalle).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

Yo la vi que se venía en falsa escuadra, se ladeaba, se ladeaba por el borde del fangal!.. ¡Pobre mina que nació en un conventillo con los pisos de ladrillos, el aljibe y el parral! Alguien tiró la banana, que ella pisó sin querer, y justito, cuando vi que se venía ya decúbito dorsal, ¡me la agarré!... Fui un gil porque creí que allí inventé el honor, un gil que alzó un tomate y lo creyó una flor. Y sigo gil cuando presumo que salvé el amor, ya que ella fue quien a trompadas me rompió las penas... Ya ven, volví a la mugre de vivir tirao.¡Caray! ¡Si al menos me engrupiera de que la he salvao!... (Esto dijo el "cusifai" mientras la "cosa" retozaba, retozaba ya perdida en el fangal, y él tomaba una ginebra desastrosa entre curdas y malandras en la mesa de aquel bar...). Si alguien tiró la banana, él, que era un gil, la empujó y justito cuando vio que se venía ya decúbito dorsal, ¡se le prendió!...
Enrique Santos Discépolo