el interpretador poesía

 

Mi té de rosa o La locura es otra forma de amar de la poesía

Yván Silén

 

 

 

 

Al puñado de amigos y al cúmulo
d'enemigos que no han cambiado
conmigo ni un café ni una palabra.

 

I

No me toquen los juguetes del poema,
ni los conceptos de la duda do pienso,
porque he jurado matar, romperle
el culo, la rosa, la sombra, al que

tome prestado de mi muerte. He jurado
asesinarte aunque seas pintor
o cura, poeta, item, nada, humo,
sidista, iza, loca, sifilítica...He

jurado la noche. He jurado la sangre
de Dios (la sangre mía de té rosa
--rosa de té blanco--de té verde, de té lila). He

jurado el amor del que mancille la ternura.
He jurado sodomizarte con los
cristales del espejo donde cantas.

 

II

Porque no habrá Dios ni juez que te libre
de mi furia. No habrá gendarme ni
ángel (ni isrraelita ni yanqui) que te salve de mis manos
pastosas, de mis manos escatólogicas, de

mis manos mugrientas de rosas, hermosas de pus.
(Mis manos necrofílicas...). Estoy
escribiendo ésto en las paredes del cielo.
Para cuando te mate t'enteres.

Para cuando te haga té herido
(té hervido--semen molido--). Cuando
te cuece vivo en el altar de Dios

un Viernes Santo en camisilla, un
Domingo de Ramos en tus enaguas...
Ese día moleré tu lengua en la bigornia.

 

III

Un tiro en la cabeza será suficiente. ¡Qué
hermosa la sangre manando lenta!
¡Qué temible la sangre de Jerusalén!
Rosas de té contra tu falo. Rosas

de mirra contra tu clítoris. Rosa de luna
sobre la daga mohosa. (Los tanques
avanzan sobre Faluya: miles de niños,
miles de rosas, miles de teses amargos

--sobre los amantes inconclusos,
los amantes incompletos, los amantes
suspendidos--.) El jardín de mi corazón

era el mundo. El jardín de mi corazón era la muerte.
Los tanques cercaron el Paraíso de Alá. Los
tanques del sueño cercaron lo real.

 

IV

Si me plagias te cortaré la lengua.
Si me invades te castraré las rosas.
Los hombres han quebrado la laguna.
Los hombres están cosiendo las mozas.

Ellos creerían, ellos harán y ellos dirán
que no había agua en mi corazón.
Que no había noche en mi sangre vertida, que no
había hombres que volaran los puentes.

El que tiene de sobra otorgará las rosas.
(Ocúpate de no matar el día--de
no matar la muerte; de no matar el puma.--) Los

caballos en la lluvia son como las copas vertidas.
(El Tao es ancho y antiguo como la vida.)
Las mozas son como el espanto a la vuelta del camino.

 

V

No puedes esconderte debajo de la tierra.
No puedes esconder tu nombre en una taza. Ni
puedes esconderte en los campos de Flegra,
porque yo sostengo mi copa contra tu librito.

Yo sostengo, como un rito (como un mito)
mi muerte contra tu muerte. Yo soy,
poderosa Elegía, en el Nombre de Dios,
a la sombra mía, el disparo sobre

tu espejo.) ¿Qué supones acaso? ¿Que estoy
haciendo poesía? Pobre de ti en el combate
de la Gigantomaquia. Pobre de ti que no

sabes lo que digo en el poeta. Estoy sangrando
de los ojos. Sangro de la lengua y las tetillas.
Sangro de una rosa y sangro del falo en las vitrinas.

 

VI

¿Cuánto vale tu silencio de oro, hijo
del Insomnio? ¿O crees que eres Ceo, titán
falso de la sombra rota? ¿A quién, si aludido

te sientes, le robaste las linternas mías, de
Zeus, de zen (de Jehová, de Dyonisio)? ¡Oh,
amigo mío, hubiera preferido un libellus
para adornar el Alma de tu alma!

Pero la vida es cruel y breve; altanera.
(Rómulo y Remo navegan debajo de las lunas.
--Y he de cortarle los ojos al que plagie la breve

canción de Zeus en el alma mía.--) Estoy inconfundible
debajo del paraguas de la muerte. Estoy irredento...
sosteniendo la copa de Dios entre las manos.

 

VII

La mujer atónita, rodeada de dioses y
de sapos, ha convertido su chocha
en una hoguera de días (una hoguera
de noches, una hoguera de luto).

Amanecida, triste, la mujer es una iza
que vigila las murallas de palacio.
La mujer es un trofeo que vigila
la muerte. La mujer ejecuta la soledad

como quien acata las tristezas del Hades. La
mujer del celo y la justicia ha convertido
su vulva en una hoguera. Curia de

Dyonisio ha encendido los corceles del alba.
Ha encendido, la Dona, la muerte de los dioses,
y se ha vestido de Novia en el cadalso.

 

VIII

Todo es furia en la tristeza. Todos son
los días del ocaso que fenecen.
Todo es el remate, la corónide, la omega.
Todo es ultílogo de la mujer que

escribe contra el ascua de los gatos.
(Si me plagias te despezonaré como a
pétalo de rosa en las cenizas. Si me asombras
te desclítorisaré la luna climatea

que llevas florecida entre las rosas.)
Estoy seducido con tu muerte. Zeus
te sodoma y te canta, poetamente, entre

el crepúsculo roto y tu labio d'espina.
¡Nadie merece el suicidio como tú! La mujer...
ha incendiado el laberinto de su vulva.

 

IX

¿Qué queda de nosotros? ¿Qué queda
de tus pies sobre mi boca? ¿De tu
vulva sobre mi boca...de tu ano?
¿Qué queda del palacio en la ruina de los sueños?

Las climateas en la ruina de las rosas.
De Rómulo en el abrazo de Remo,
del deseo de matarte, ¿qué queda?
Sólo un libro pequeñito en el infierno.

Sólo un dragón debajo de los puentes.
¿Cuándo te coceré viv@ en el altar
(la sangre blanca sobre la sangre negra

--rosa de té verde, rosa de té lila--)?
¡Sólo un Dios debajo de los puentes!
¡Sólo, tú, bajo la ruina de los sueños!


*****


14 de noviembre del 2004
Nueva York

 

 


©Yván Silén

 

 
 
el interpretador acerca del autor 
 

 

               

Yván Silén

(Puero Rico, 1944)

"Controversial, problemático e inquisitivo, es uno de los poetas más originales y prolíficos de Latinoamérica, a pesar de lo que dicen sus enemigos y a pesar de la censura que pesa sobre él. Defensor de Dios ("el amante sensual y erótico de Dios"), defensor de la INDEPENDENCIA de Puerto Rico, de la poesía exuberante y de la filosofía "lírica" (totalmente marginado como poeta-filósofo hasta el día de hoy), ha convertido a la escritura en una sorpresa y en un desafío de las formas, del límite del mundo y del límite de la escritura misma. Silén dice: "Influenciado por las madres y los enanos, por el circo, por la locura (por Nietzsche, por Pessoa, por Gandhi, por Rumi, por Chuang-Tzu, por Artaud, por Cristo, por Kierkegaard, por Heidegger, por el ser, por la angustia, y por la muerte de las madres) he decidido convertir mi vida en el acto "esquizofrénico" de la libertá". Desde ella, Yván Silén ha publicado, entre otros, los siguientes libros: Los poemas de Filí-Melé (El libro viaje, 1976, 1981); La biografía (edición de autor, 1984); Las muñecas de la calle del Cristo (Ediciones La Flor, 1989); La poesía como libertá (Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1992); Los ciudadanos de la Morgue (La casa del Hada, 1995); Los narcisos negros (Universidad de Puerto Rico, 1997); Casandra & Yocasta (Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2001) y La muerte de mamá (Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2004). Pronto se presentará esta novela en San Juan, Nueva York y Santo Domingo.

Acualmente, Yván Silén acaba de terminar los siguientes textos: Francisco Matos Paoli o la angustia de Dios (crítica); El hombre demokrático de la nada: una contestación al nihilismo (filosofía política); y Tu té de mirra o el palimpsesto de Dios (poesía mística).

En estos momentos trabaja en una novela sobre Jesús que se titula Jesús o la casa de los tollosos."

Darío de Dies

 

Publicaciones en el interpretador:

Número 3: mayo 2004 - Estimada Viperina o Angelia Orozco (epistolar)

Número 4: junio 2004 - El fascitol (poesía)

Número 5: agosto 2004 - ¡El hombre democrátiko! (aguafuertes)

Número 8: noviembre 2004 - Eras oscura... (poesía)

Número 9: diciembre 2004 - El marianismo esquizo de Matos Paoli Misticismo y literatura puertorriqueña. (Ensayo)

   
   
   
   
   
 
 

Dirección y diseño: Juan Diego Incardona

Imágenes de ilustración:

Margen superior: Vladimir Kush, Fiery Dance (detalle).

Margen inferior: Alessandro Magnasco, Sacreligious Robbery (detalle).