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que los a�os
que los barrios
que los cientos
de dardos envenenados
que tira el enemigo
displicente y genial
millonario de efectos especiales
y alturas y noches de sat�n
maula mil veces maldito
que te envuelva Sat�n
en nieblas inglesas
que te pierdas
en la noche de los tiempos
yo ya pas� del otro lado del espejo
y ahora mismo te env�o
mensajes cifrados que s�lo descifran
los sabios del cielo
la violencia matinal
la ma�ana primordial
los r�os las nubes y el barco
que baila entre olas
m�s solas que la locura
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algo dormido en m�
despierta
con un simple chasquido de tus dedos
y la orquesta suena como nunca
y tiemblan de miedo
los grises habitantes de la nada
preparan zafarranchos
calientan el agua
que me escupir�n de sus bocas
sucias y agrias
triviales zombies
que joden y se espantan
al primer taconeo
de mis botas gitanas
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lleno mi petaca de agua bendita
fraile borracho de Dios
y me pierdo en el astillero
entre mascarones de proa
figuras bambol�andose en el crep�sculo
hembras de hierro
mirando con ojos secos
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desvar�o en el zapping
no se acomodan los bultos
en el camino
y se complica el whisky
se hace gris en la blanca
se hace fernet en la negra
noche como nunca
y no veo nada
ciego rabdomante
que ve dem�s
enemigos s�bitos
revolc�ndose entre toneles
entre potrillos que rezongan
la turba habitante de las botellas
pone proa
hacia la isla de las v�sceras
marco un punto en el aire
apunto lo mejor de m�
y� mi disparo
certero demente arrebatado
hace blanco en los sitios odiados
donde vuelan en bandada
cerdos mancos y sospechas
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con alas de �guila
travestidas en �nguilas
se transforma el mundo
se agranda la luna
a los ojos nuevos
el andar de mi nave
es fenomenal
se acelera con s�lo pensar
sin cerco ni ceremonial
me expando hasta tentarme
con desaparecer
pulsar digital
en la fauna astral
el negativo de un monstruo
es una abeja mascando
el n�ctar de una ni�a
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toda pompa revienta pronto
por m�s que la imagen
la conserve un poco
se acab� el hechizo
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se acab� el hechizo
apaguen las brasas
que en la parrilla
solamente un f�mur queda
col�rico impertinente todav�a grita
convocando la memoria de su carne
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lejana quebr� a cercana
y por la altura se pasea
calle del adi�s sin emoci�n
y me subo al zeppelin
que anclar� en la nube principal
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por algo que se fue
por las alcantarillas del tiempo
resisto los embates de la ola
y surfeo en la resaca
como un dandy nacional
oscuras y claras mujeres
sosteniendo este castillo de naipes
con danzas b�rbaras y sacadas
los habladores encausan sus puercas
por Avenidas fosforescentes
que empalman con la recta
de la carretera de la felicidad
donde los skaters
avanzan en c�rculos
tirando tiros
cual modernos cowboys
tetra es la joya que brilla
en el garguero de los arruinaditos
que fabrican c�nticos err�ticos
que se estrellan contra parabrisas
de almas que no descansan jam�s
se viene el sol espantando
murci�lagos y otros animales
de triste monta
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las palabras tronando en mi cabeza
cayendo por un suave declive
desde el tope
tobog�n
laberinto
concepto
que ta�e tambores tensos
en el filo de la madrugada infinita
fierro candente que ilumina
las curvas de cerros melindrosos
sonido que se apaga
a tragos
a flagelos
a puazos
que abren el cuero
y llegan a la entra�a
a la entrada de pa�ses
peque�as manchas coloreadas
por ni�os ausentes
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adentro de tus ojos me met�
y ya salir no puedo
me qued� sentado sobre una piedra
escribiendo con mi sangre
letras que se diluyen en el misterio
todo se arma en tus pupilas
cuando me miras y veo
bien arriba en el espacio
la luna en la madeja
raras naves
navegando sin tripulaci�n
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ella entre las distancias
habla desde lugares
que no indican los mapas
ciudad evita
las gentes
los p�ramos se extienden
para las alima�as
guerrillera escondida en la espesura
contengo el aliento
aguanto lo que puedo
y vuelvo a subir
al mundo letal de los grillos
se enciende mi noche
en bengalas santas
todo este sonido es una plegaria
en un c�ctel de gracia
vuelan mariposas blancas
como algo que no se comprende
en el sue�o
como una zona llamarada
que se ve a lo lejos
-�bosque incendi�ndose mi coraz�n?-
la distancia nos obliga
a inventar se�ales
nuestras voces son apenas
el eco de otras voces
de otros cuerpos
que alguna vez bailaron
danzas en la obscuridad
-corr�an l�grimas de oro
por mejillas santas-
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durante las jornadas lluviosas
cuento hormigas cuento las gotas
pego brincos
persigo pelotas
hago extra�os balances
de ni�o idiota
tu voz me suena a una canci�n
que va de oreja a oreja
se detiene en mis cejas
hace un nudo
y as� las deja
ce�o fruncido
garabato de tinta negra
en mi cara blanca como papel
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si tu coraz�n tiene una ranura
met� todas estas sandeces
haceles cien dobleces
y mandalas como monedas
que quiz�s la fortuna te devuelva
una estrella
un relumbr�n
que dure apenas un segundo
borr� con un pesta�eo mi imagen
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aqu� y ahora
que yo me ir� por la senda
que al mar conduce
soy m�s del mar que de tus ritos
f�bulas antiqu�simas
llegan a tus manos
viejos trucos de amantes enciclop�dicos
que esputan frases y actividades
ya vistas
-ya fueron-
quiero que veas este mundo nuevo
que viene pidiendo pista
para aterrizar y volver a elevarse
para no volver m�s
dejando ese agujero
que s�lo llenan las rosas perfectas
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(Buenos Aires, 1992)
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Rodolfo Edwards
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