Desconozco el título

la rusita

 

 

No sé por qué Rosario, ciudad cuna (cuna de la bandera, cuna de artistas, etc.), deshereda a sus hijos, se presenta como madre cruel, abandónica. Hay que caminarla con cuidado, porque, como dijo uno de sus hijos exiliados, "tiene todo para ser la ciudad ideal", pero detrás de esa idílica apariencia, se esconde un conservador asesino de la magia.

Es una de mis experiencias preferidas regalarme el futuro recuerdo de vagar en atención flotante por la ciudad. Me deslizo en una especie de sueño sobre sus extrañas texturas. Me dejo llevar por mi corriente; es la combinación ideal para un domingo de soledades (ni hablar de la excelente excusa que suelen ser los perros para hacerlo en días de semana, cuando uno "debería" estar en otro lado, o haciendo otra cosa).

Es en esos pequeños rincones de verdad que aparecen ellos, los personajes escondidos, esos que nos conmueven hasta hacernos parir las lágrimas más memorables. Y por más que Rosario se empecine en domeñarlos, esconderlos, asesinarlos y los hunde cada vez más en sus profundidades, siempre ha sabido crear los más originales de estos seres.

Generalmente solitarios, generalmente humildísimos, generalmente en algún lugar poco llamativo, allí están y allí dejarán de estar.

Desde Cachilo, el linyera poeta y filósofo, hasta una numerable pero infinita cantidad de sabios (de los de veras!!), artistas en todo lo que se puede ser artista, filósofos, inventores. Es tan rico conocerlos, tan vital. Me duele pensar en toda esa gente que pasará sin compartirse, sin llegar a ser "conocidos", en todos esos tesoros de riquezas incalculables que se llevarán consigo cuando partan hacia ese lugar o no lugar tan controvertido.

Pasan sin ser percibidos; se mezclan entre los escombros de una ciudad que está "cambiando su cara" para un congreso. Pasan mientras atendemos nuestros celulares, mientras corremos de aquí para allá para llegar a algún lado, supongo, si la lógica no me engaña.

Y son ellos en realidad quienes dan vida e historia a esta ciudad de aire caliente y húmedo, de largas siestas y prejuicios; así como es nuestro propio personaje oculto quien nos da vida, esa vida que nada tiene que ver con la biología.

 


©la rusita

 

 
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la rusita

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Número 5: agosto 2004 - Acordate de la francisca (Aguafuertes)

   
   
   
   
 
 
 
 
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