"¿Reloj! Dios espantoso, siniestro e impasible, cuyo dedo amenaza, diciéndonos: "¡Recuerda!" Los vibrantes Dolores en tu asustado pecho, como en una diana pronto se clavarán; el placer vaporoso huirá hacia el horizonte como escapa una sílfide detrás del bastidor; arranca cada instante un trozo de delicia concedida a los hombres en su época mejor. Tres mil seiscientas veces cada hora, el Segundo susurra: "¡Acuérdate!" -Con voz vertiginosa de insecto, Ahora dice: ¡Heme otra vez aquí, ya succioné tu vida con mi trompa asquerosa! ¡Remember! Esto menmor! ¡Pródigo, Acuérdate! (Mi garganta metálica toda lengua conoce.) Ganga son los minutos, ¡oh alocado mortal! Y no hay que abandonarlos sin extraer su oro. Acuérdate: es el tiempo un tenaz jugador que sin trampas te vence en cada envite. Es ley. Decrece el día, la noche se aproxima; ¡recuerda! Es voraz el abismo, se vacía la clepsidra. Pronto sonará la hora en que el divino Azar, o la Augusta Virtud, tu aún intacta esposa, o el Arrepentimiento (¡oh esa posada última!) todo te dirá: "¡Es tarde! ¡Muere, viejo cobarde!"" Baudelaire |
|
|
|
imagen de contratapa: Magnus Enckell, Young Boy and Skull.
|
Dirección y diseño: Juan Diego Incardona |
|
|
|
"Yo creo que en todo el cuerpo habitan pensamientos, aunque no todos vayan a la cabeza y se vistan de palabras. Yo sé que por el cuerpo andan pensamientos descalzos. Cuando los ojos parecen estar ausentes porque su mirada está perdida y porque la inteligencia se ha retirado de ellos por unos instantes y los ha dejado vacíos, y mientras los pensamientos de la cabeza deliberan a puerta cerrada, los pensamientos descalzos suben por el cuerpo y se instalan en los ojos. Desde allí buscan un objeto para clavarle la mirada y parecen víboras que hipnotizan pájaros" Felisberto Hernández |