La edad del sueño

(fragmento)

Alejandro Farías

 

 

“Nota para un bautismo

La barba me adjudica la intranquila cualidad de ser un prófugo de mi propia identidad. Parece que el hecho de usarla (y el verbo no es inocente porque nos remite a un objeto que se adquiere, que se impone, que se muestra) produce en ciertas personas la idea de que oculto algo, de que alimento secretos. Ellos piensan que las personas con barba:

- Intentan tapar las imperfecciones de sus rostros.

- Buscan darse aire de místicos, espiritistas, pensadores e/o intelectuales.

- Se suman años y, por lo tanto, experiencias

- Son seres sumamente geométricos que creen que contrarrestando el cabello con la barba se logra una cabeza simétrica.

- Son seres sumamente nostálgicos que intentan, por medio de los aromas que en ella se almacenan, recordar comidas abundantes y conquistas casuales que temen jamás repetirse.

- Son personas simples, sucias y dejadas.

Pero no escribo para hablar de barbas sino para advertir sobre el peligro de las narices.

La voz del pueblo: Los narigones tienen mucha personalidad. (¿Al pueblo le gusta someterse al poder?)

Hay un libro (hay demasiados libros)

No creo en el poder de la persuasión: Tengan cuidado con las narices, detrás está el padre con sus leyes infranqueables. El padre cuyo goce es un deleite del rechazo.

Hay que buscar la mujer. Entre las calles de cualquier ciudad que tenga callejones tristes como senderos de cementerio, que tenga calles con árboles antiguos, que tenga plazas enrejadas. Mientras, la ausencia de la mujer, hay que escupir en el retrete de Dios sólo para verlo insultar.

Es verdad, los guardianes y sirvientes del sol siempre serán para nada. El sol sabe de empujones, de cegueras, de horrores. Nada sabe de mí, de nosotros.

La luna guía la marea. El tiempo y el agua. La vida.

Hay que buscar la mujer.

En la mujer pensamiento, en la mujer onírica, que es la verdadera virgen, nosotros, los rastreadores, somos santos.

Mientras, la ausencia de la mujer, hay que escupir en el retrete de Dios sólo para verlo insultar.”

 


©Alejandro Farías

 
el interpretador acerca del autor
 
                           

Alejandro Farías

Nació el 31-5-78 en Bahía Blanca, Argentina. Es estudiante de letras. Trabaja hace ocho años en un teatro de Martínez, localidad del conurbano bonaerense, que se llama Teatro de la Capilla. Autopublicó en 2002 un libro titulado "La edad del sueño".

Escribe el guión de Dies Mercuri, historieta que puede ver en la sección historieta de el interpretador.

Publicaciones en el interpretador:

Sección Historieta - Dies Mercuri

Número 1: abril 2004 - Qué se yo (poesía)

Número 2: mayo 2004 - Mujer, muerte y ciudad en Nicolás Olivari Acerca de Nicolás Olivari (ensayo)

Número 4: julio 2004 - Colgabas hambre (poesía)

Ha publicado un cuento, titulado La ciudad no es una fiera, en la revista la máquina excavadora, que puede leer haciendo click sobre el enlace:

La ciudad no es una fiera

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