SOBRE EL TIEMPO QUE SE PIERDE EN BUSCAR EL TIEMPO PERDIDO
Los discos de vinilo decían
"33 ½ r.p.m" aunque las bandejas
andaban siempre un poco más lento
o un poco más rápido. De modo tal
que la música nunca fue
lo que nuestro oído creía percibir. Y así
de las miles de veces que escuchamos
"A day in the life", "Las cuatro estaciones",
"Lady Jane", "Los mareados" o
"Vissions of Johanna" resultan
largas horas robadas por el tocadiscos
a la pieza original, o en su defecto
versiones prolongadas que agregaban
minutos a la música, voces más gruesas,
bajos más bajos, largos pasillos entre notas.
Acaso la única opción a mano para que vuelva
la música perdida, sea girar el disco en sentido inverso
lo que permitirá escuchar,
encriptada y secreta,
la vieja canción del pelotudo.
(inédito)
POEMA CON PASAJERO
Jack Nicholson camina 200 metros por la arena del Sahara
desde la camioneta hasta una casa.
200 metros camina Nicholson para llegar
desde la camioneta hasta la casa en el Sahara.
Nicholson no se apura por llegar a la casa
que lo espera a 200 metros de la camioneta en el Sahara.
Jack tarda en caminar los 200 metros en la arena ardiente
lo que demoraría cualquiera en recorrer el mismo trecho.
Es inútil quejarse o desear que apure el paso.
Nicholson tarda lo que tarda cualquiera
en caminar 200 metros por el Sahara
de su camioneta a la casa donde lo aguarda
un cadáver a su medida.
(inédito)
KORSAKOV AVENUE
A medida que caminaba
iba olvidando el lugar de cada paso previo
y al volver para fijarme olvidaba
hacia dónde me dirigía. Y el tiempo pasó
y me convertí en olvido de pies a cabeza.
De hecho, no soy yo el que relata esto, sino otro,
a quien algo le contaron, porque
no recuerdo nada, ni siquiera el nombre
de mi biógrafo de circunstancia
que tal vez esté mintiendo porque repite
lo que le dicen gentes que no conozco
y dudo haber visto alguna vez.
(inédito)
MARLON B.
Con qué tranquilidad puedo ahora
contarte que dos pisos abajo
hablé con tu amante. Lástima que te veas
ridícula con todas esas pinturas.
Una falsa Ofelia ahogada
en la bañera., volviendo loco
a todo este lugar. Te cuento que vi
a ese tipo con el que, a mis espaldas, tejías
por las tardes algo parecido a este
sudario que te cubre, ya quieta,
ya en silencio y abierta, sin remedio.
No decís nada, y sigo esperando que sonrías
y me digas que fue un malentendido.
Pero no, maldita cerda mentirosa. No soporto
ver esas cosas en tu cara. No hay
calma que valga, no contestás, mil veces perra,
puta barata como mi madre, ya estoy
en alguna parte de este cielorraso para
verte a medio vestir
rodeada de flores que no responden
al ruido lejano de los trenes.
(inédito)
X (adiós)
Esta claridad
Un poco rara
Ahora todo parece en su lugar
Pies en la ventana
Ojos en la alcantarilla
Humo en los pulmones
Un camión en la oreja
Y una horrible canción entre el techo y las ramas secas
Ruidos y cabezas contra la pared
Cada cosa en su lugar
Esto desde luego
Si razonamos como el general Julio Argentino Roca
Que en más de cien años
No ha cometido un solo error
Así es la claridad
Rara y matinal
Pero a no preocuparse
Llegará la noche con su cristalería
A humedecer con su aceite mágico
La máquina del olvido.
(De "Caballo en la catedral")
Horacio Fiebelkorn