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Nuestros caminos individuales, nuestros deseos y búsquedas encastraban a la perfección. Todos los hechos y acontecimientos se encadenaban naturalmente… el cosmos se había complotado.
Surgió la oportunidad de hacer obra en un espacio determinado.
La propuesta era tentadora: un conjunto de departamentos de fines de siglo estaba siendo refaccionado. El grupo de arquitectos encargado de la remodelación tuvo la idea de documentar este proceso y revalorizar el edificio a través del arte. Previo a que los cambios se hiciesen más notorios y el edificio se convirtiera en complejo hotelero, le propusieron a un gran grupo de artistas tomar los espacios (literalmente hablando) y contar sus historias.
La idea desde el primer momento me resultaba interesante, pero luego de haberlo visitado comprendí que ese era el espacio y ese era el momento. Había viajado profundo en el misterio del Hotel Bolívar (Bolívar y Belgrano) y necesitaba compartirlo.
Seleccioné mi espacio, la habitación que hablaba sola, con placard y cicatrices, sin un criterio racional. No era ni la mas grande, ni la mejor iluminada, ni la mas accesible, pero era mía y nos conocíamos desde hacía tiempo.
Les conté a mis amigos (también mis compañeros de trabajo) sobre el Hotel. Estaba segura, ellos también sentirían la esencia, el sabor de las paredes, el golpe en la cara que te moviliza y despierta.
Al ir juntos a la casa que respira, las sensaciones se potenciaron. Todos fluíamos, todos absorbíamos los mensajes, escuchábamos el mismo sonido. Este espacio, detenido en el tiempo, nos recibía desplegándose sensual ante nuestros sentidos, se dejaba tocar. Podíamos recorrerlo, aprehenderlo, desnudarlo. Quería ser descubierto, y nosotros ante este llamado, lo único que nos quedaba por hacer era reaccionar.
Lo tomamos y lo hicimos nuestro.
Éramos un espejo, dos enlazadores, un humano y dos vientos que buscamos evidenciar conexiones mas amplias a través del descubrimiento de un entramado universal.
La presencia absoluta de la casa, el espíritu del lugar, se imponía y los fantasmas de la historia nos ordenaban que hacer. Como marionetas poseídas bailábamos por los cuartos.
Dentro de un concepto integral, trabajamos con tres estadios de obra.
Girando en el 1º cuerpo, del 1º piso, a la izquierda se encuentra el centro madre, espiral eterno, el caracol del jardín de Martín. Comienzo y final de la historia.
Los espacios desplegados estarán interconectados por dos gusanos de fotos que guiarán el camino. Allí convivirán: una instalación, un video-danza y el video. Funcionando como engranajes, formarán parte del todo generador, maquinaria alimentada de la visión y experiencias del ente vivo (espectador).
Útero que contiene, que engendra una multiplicidad de variantes y de propuestas estéticas. La mirada subjetiva sobre lo circundante, creadora de realidades particulares y personales, espacios nuevos de indagación.
Globos rojos, pinturas, palabra hablada, mundos nuevos y eternos, monstruos con caras defectuosas y corazones puros, humedad-poesía, placard-sanidad de la mente, fotos, textos, la palabra escrita, grafismo, textura, color, pelusa y su hermano polvo, plantitas en las terrazas, un pulmón interno, gaia.
Ahora la experiencia nos supera, el acto creador no tiene cuerpo ni firma. Ahora somos meros conectores, un enlace con algo mucho más grande, algo divino.
Proyecto: “Dos gusanos, un circulo: El Hotel Bolívar”
Integrantes:
MADRE – AGUA. Audiovisual
Espacio Bolivia y Camarones.
Martín Maistrello
Julieta Papi
Maximiliano Prioriello
Maria Eugenia Petre
LA MUELA. CINE:
Sabrina Lugo
Daniel Calvo
Acciones:
Se presentará una obra integral conformada por:
- Instalación: “CONSTRUCCIONES”. Ambientación, objetos y pinturas. Maria Eugenia Petre.
.- Video-danza: “TRAE TU AIRE”.
Dirección: Sabrina Lugo
Cámara: Martín Maistrello
Fotografía: Daniel Calvo
Arte: Maria Eugenia Petre
Maximiliano Prioriello
Sonido: Julieta Papi
- El video:
Experiencia de registro y textos por Martín Maistrello.
Copió- algún pintor-nocturno. la- luciérnaga- del- cielo. Y - su- velleza- mujer.
Utilizando los elementos provistos por la sucesión de hechos que genera esta idea, construye la experiencia exploración.
El presente que añade el haberlo visitado y sus derivaciones.
Intento crear un paisaje que aunque recortado relate la experiencia intuitiva del pasado del edificio y su transformación en hotel.
Es como tratar de enumerar los círculos de agua en un en un charco luego de ejercer una fuerza de variación en su quietud.
- Intento obrar en un ritual, para honrar el espíritu- energía.
- Festejar la muerte, la transformación.
- Sonido en proceso de nacimiento intuitivo