qué rápido es Pablito Aimar,
          se mueve como un relámpago en el asiento de al lado.
          qué fresca y tersa su piel, joven lozanía que quiero rozar
          pero me mira de reojo como un colibrí, inquieto, nervioso,
          repiquetea-tea su figura en el aire
          le arrojo el manotazo peludo, lento, anunciado,
          buscando sus dedos finísimos, impecables
          es rápido Pablito Aimar,
          su mano ya no está,
          reposa lejana en la falda opuesta de jean tirante
          llegamos, no hay tiempo para nada,
          me acerco a su cutis blanco con mi mejilla lija, áspera
          como de tío juan carlos
          ahora, tramposo, ridículo,
          estiro la lengua ácida hacia su garganta desnuda
          es rápido pablito aimar,
          otra vez la presa intocable,
          le mancho la camisa blanca con la baba etílica
          ahora tiene miedo pablito
          gana la acera y como que corre y resbala elegante el muy mierda,
          es un angel pienso
          pero yo también soy rápido
          le tiro de atrás, a la tibia le voy,
          a romperlo,
          lo fracturo y no juega más, vocifero por dentro
          pero qué pasa, lo veo alejarse burlón
          tirando caños en el aire
          se mete en la casa inexpugnable
          me sobra Pablito Aimar,
          se rie socarrón,
          sin que yo pueda escucharlo
          desde el suelo mojado.