"Alcé los ojos y vi la Muerte en su trono, y a los lados, muchas muertes. Estaba la muerte de amores, la muerte de frío, la muerte de hambre, la muerte de miedo y la muerte de risa, todas con sus diferentes insignias (...) Maravillóme esta visión, y dije, herido del dolor y conocimiento: "¡Diónos Dios una vida sola y tantas muertes! ¡De una manera se nace y de tantas se muere! Si yo vuelvo al mundo, yo procuraré empezar a vivir". En esto estaba, cuando se oyó una voz que dijo tres veces: "Muertos, muertos, muertos"". Quevedo
|
|