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Dies Mercuri es una historieta y una revista.
Como historieta, debe su origen a la lectura de obras como El eternauta o B�rbara que produjeron en m� desvelos y ganas de aventura, de ciencia - ficci�n, de mundos posibles porque esa es la matriz de Dies Mercuri, una Buenos Aires posible.
Mientras la humanidad busca o proyecta un futuro regido por tecnolog�as de avanzada, con vidas c�modas y ociosas; Buenos Aires se cae a pedazos como m�s de la mitad del mundo. Eso pensaba a los 17 a�os mientras no le�a a Gibson y miraba desde mi ventana como una camioneta 4x4 cruzaba Libertador echando humo sobre tres carretas que avanzaban con el paso de otra era. Porque claro, a�n hay carretas. Te dir�a m�s, por cada 4x4 hay cuatro carretas. Y el n�mero asciende. Eso era lo que Buenos Aires me dec�a y yo me imaginaba a Vincent, a Krista y los hac�a vivir all�, en ese tiempo en que ninguna bomba explot�, ninguna guerra devast� a la humanidad sino que el n�mero sigui� ascendiendo, solamente eso.
Algunos a�os despu�s, leyendo la novela ?Morir�s lejos? de E. Pacheco no pude dejar de sentirme interpelado por unos signos y dibujos extra�os que acompa�aban los cap�tulos y fue inevitable que me pusiera a investigar a cerca del significado de tales s�mbolos. Supe entonces sobre dies mercuri, sobre su significado y supe, sobretodo, que aquellas im�genes de Buenos Aires, que aquellos personajes ya ten�an una historia, un recorrido, un destino.
Dies mercuri ya era pero no pod�a ser una novela, ni una obra de teatro. Deb�a ser una historieta, por ritmo, por influencias, por la historia misma que quer�a contar, pero yo no sab�a, ni s�, dibujar nada, ni siquiera aquel cl�sico del �rbol con un camino y una casa a los lejos con humo en la chimenea. Y entonces Dies Mercuri se congel�.
A Federico lo conoc� de casualidad en la despedida de una amiga en com�n, mucho tiempo despu�s, cuando la idea ya hab�a quedado en alg�n caj�n de alguna casa construida sobre alg�n borroso recuerdo. Y Federico dibujaba y yo le mencion� que ten�a una historia. Tardamos un poco m�s de tres a�os en darnos cuenta c�mo s� hace para que texto y dibujo no se repitan, para que sean los dos niveles de un mismo referente. Y entonces, empezamos
Ahora pienso que no podr�a dibujarla ning�n otro: los dibujos de Federico recortan la historia con detalles f�lmicos. No es un l�piz, es una c�mara y el ritmo de sus secuencias, de su manera de enfocar a los personajes hace que el texto vaya para un lado y el ojo para otro. Federico introdujo, adem�s una especie de tregua entre mi gusto por lo local y su admiraci�n por lo japon�s porque agreg� a la est�tica refinada del manga una concentraci�n en los detalles, una dedicaci�n por el ambiente que no deja de sorprenderme.
Y dec�a que Dies mercuri tambi�n es una revista, y eso se debe a la lectura de Fierro, aquella revista que exig�a trabajo, que ped�a a los pibes que salieran a empapelar de cuadros la ciudad, que gritaba que la historieta es una arte y tiene su espacio. Veinte a�os despu�s nos animamos a ese desaf�o. La revista es una producci�n independiente que intenta salir trimestralmente y responde al viejo formato del continuar�. Ese es nuestro homenaje a esas revistas de aventuras como la Nippur Magnum o la Misterix que mi viejo se compraba todos los meses y yo le�a encerrado en el silencio del ba�o.
Dies Mercuri, por sobre todas las cosas, quiere ser un rescate sincero y directo de la historieta m�s cl�sica, esa que instala a la aventura y al suspenso como sus h�roes principales, donde las peripecias de su trama son la excusa para que aparezca la acci�n.
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�Alejandro Far�as
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