LA FALTA
salvo narciso, onán, nadie
se queda en lo que tiene.
buscar es reconocer la falta.
la sombra traza el trazo,
hace falta la sombra
para lograr la forma
de lo nuevo el no la diferencia
oponer el pulgar, levantar
la cabeza.
hace falta la sombra dar la
fecunda noche al previsible día,
la sombra, la raíz en la ranura
mientras bajo el vellón
húmedo humea
un humus
oloroso.
hace falta la falta
lo que no llega a puerto
el acto continuado
del gerundio:
morbo de verbo
que suspende
la conclusión
la muerte.
CÁSCARAS
rompe la piel la escama el cuero
se raja el epitelio como cáscara seca
como tajo soñando con ser el horizonte:
la fisura fingiendo abrirse por su raya hacia otra aurora
el borde de la grieta se hace labio se mueve
sibilino modula una ausencia un siseo
amasado por la encía rumiante
de un viejo / un obscuro
simulacro de verbo
SIMULACRO
de verbos insectívoros
de frase del mesías de señales
de nombres / de palabra revelada
de sonido hermanable / de sentencia
que restaure el sentido el equilibrio el orden:
un olor a comida cociéndose en el fuego
puertas que se cierran el sonido de un saxo
meciendo las cortinas el mantel en la mesa
con su pan com/partido con su vino
la saliva y la noche
nada de eso:
es la grieta en la pared la viga
que se parte / humedad del cimiento
es carbón en la olla mugre bajo las uñas
hervidero de ácaros bajo la piel cuarteada:
otra pelambre asoma otra corteza
aborta su reseca tentativa
su repliegue de huesos
su guiñapo su fósil
ceniciento
INFIERNO MUSICAL
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alienación promiscua donde la desvergüenza se solaza en el injerto impúdico condenado a la rama a la aguja a las cuerdas que atraviesan cuerpos ensaetados rotos abiertos como cáscaras o reses acosadas por las bestias en medio de laúdes y de arpas entre miembros arrancados y flautas estridentes se mezclan con oboes empalamientos cerdos cuchillos horcas los devaneos del tiempo y sus timbales salvaron de la esma tu pellejo jerónimo junto a hombres arbóreos sea gaita un estómago extirpado connivencia brutal carnavalesca que chapotea estupros o juegos en la sangre chamuscada entre fatal fecales tormentos de la mueca risible resignada y eterna el infierno del bosco es sobre todo infierno porque no se termina por sus bordes mordidos sinfonía inconclusa de locura y espanto por todo a lo que alude la figura incompleta perspectiva en desfase por el color por el dolor ignoto más allá de los marcos por lo que falta estando por eso es
el infierno
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ESTÍO
(...) por eso / es una cobardía retenerla
y dejarla ir, una pavorosa crueldad.
Paco Urondo
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hachado
contra el suelo
bajo el ojo cegado
la rama la caricia resecándose bajo
el estío sin sombras de la explicación
diurna como la red que asfixia al abadejo
que quema sus aletas contra el suelo
del bote bajo el fuego del ojo intransigente
un gajo agarrotado se estira hacia la nube
para siempre hacia el agua de la nube
arraigado en el polvo
hacia la nube
erguido