el interpretador el trabajo

Cloro en polvo

por F�lix Bruzzone

Limpiar piletas no es dif�cil. Una tarde de octubre de 2003 mi cu�ado me ense��, despu�s me pas� varios clientes (todos en Don Torcuato, donde vivo) y desde entonces no par�. Al principio, para trasladarme de una pileta a otra, iba en un Fiat 147, que en cuanto vi que empezaba a desmoronarse por la acci�n del cloro y el �cido muri�tico cambi� por una moto furg�n Muravey (esas de tres ruedas, muy usadas para delivery), veh�culo de muy bajo costo de mantenimiento, gran ductilidad de maniobra y suma practicidad para subir y bajar bidones, bombas, mangueras, barrales y todo lo que haya que cargar. La contra es que en invierno, en una moto, la cosa se pone �spera. Uno siempre en cada pileta se moja un poco y entonces el agua fr�a, el viento helado, el sol escaso, pueden ser fatales. Ni hablar si llueve.

Siempre en invierno la gente me pregunta de qu� vivo. De limpiar piletas, digo. Y como eso solo no parece informaci�n suficiente explico que, si bien la temporada alta del rubro va de octubre a marzo, cada vez son m�s los que comprenden las ventajas de mantener el agua limpia todo el a�o. A�n as�, siempre tengo que agregar que, como en todo trabajo de temporada, el super�vit del verano sirve para cubrir los baches del invierno. El equilibrio es delicado en lo econ�mico pero productivo para el alma: como desde� mayo hasta septiembre trabajo s�lo dos d�as por semana, el resto del tiempo uno puede hacer lo que quiera.

Los dos primeros a�os me ayud� Jota, que en esa �poca tambi�n era canillita. Ahora estudia sociolog�a y hace encuestas. Despu�s vino un tal Ernesto, que dej� su rem�s y se subi� a mi moto. Ernesto dur� menos que Jota y s� que el verano pasado compr� equipos, acondicion� una camionetita y trat� de largarse a limpiar piletas por su cuenta. Pero cuando empec� a pasarle clientes, all� por diciembre, que es cuando todos llaman y nunca doy abasto, varios me volvieron a llamar para pedirme que fuera yo, que a Ernesto le hab�an robado los equipos y que estaba deprimido. Nunca lo llam�. A lo mejor era una excusa. A veces lo veo pasar en su rem�s y me saluda. Ahora, desde hace tres a�os, trabajo con Maco; y desde hace dos tambi�n con Julio. Maco tiene 18, Julio 41. Es dif�cil trabajar con gente tan diferente. Maco, salvo que yo le diga que estamos apurados, trabaja tranquilo y deja las piletas impecables. Julio en cambio hace todo lo m�s r�pido que puede, es capaz de limpiar trece o catorce piletas por d�a. A veces las deja bien y a veces no. Por eso tengo que intercalarlos, si Julio una semana limpi� una pileta, a la siguiente se la hago limpiar a Maco, y as�. A veces pienso que Julio busca, con la velocidad, recuperar el tiempo perdido, y que Maco, m�s joven, piensa que tiene todo el tiempo del mundo.

Julio: mujer y tres hijos. El m�s chico, de 12, tiene un fervor m�stico importante, lee la Biblia y tiene problemas escolares. El a�o pasado Julio me cont� que lo llevaron al hospital de Vicente L�pez, donde hay atenci�n psicol�gica, y que tambi�n terminaron yendo �l y su mujer. Ahora parece que en la escuela todo va bien, el problema es en la casa. El del medio, de 17, es bastante vago y suele echarle en cara al padre todas las carencias que padecen. No se droga y juega bastante bien al f�tbol, lo cual a Julio lo pone contento, hasta una vez lo llev� para probarse en River y en V�lez, pero no qued�. Julio estaba ilusionado, y supongo que el chico tambi�n, pero al final debe ser como dice Julio, que est� todo arreglado. Lo que le molesta es que el del medio no quiera trabajar. Cuando habla de eso, Julio siempre dice que �l, ya a los 13, en Concordia, donde naci�, hombreaba bolsas de cemento. De su hija mayor, la de 19, Julio prefiere no hablar demasiado.

Vive en un barrio humilde, a pocas cuadras de una villa que hay ac� cerca, la San Pablo. Yo tanto a Maco como a Julio los paso a buscar todas las ma�anas por sus casas. Y a la tarde los dejo otra vez ah�. A la casa de Maco entr� algunas veces. Salud� a la abuela, a la hermana, hasta una que otra vez lo dej� con un equipo para que limpie la pileta que tienen abandonada en el fondo. A la de Julio no la conozco. S� por d�nde queda, pero �l siempre me dice que lo deje a dos o tres cuadras.

El verano pasado cuenta Julio que tuvieron problemas con el agua. En su barrio el agua llega desde un tanque municipal. Parece que se rompieron unos ca�os y como acababan de pasar las elecciones y estaba el problema del cambio de gobierno, todo eso, nadie se quer�a hacer cargo. Al final les llegaron los ca�os de repuesto, pero tuvieron que instalarlos los mismos vecinos. Hay que ver qu� pasa este verano, dice Julio, cuando viene el calor siempre es lo mismo.

Julio en una �poca recib�a dos planes trabajar, uno para �l y otro para su mujer. Pero como no le gusta la pol�tica, ni quedar bien con los punteros, ni ir a los actos, nada de eso, un d�a la manzanera le dijo que tener dos planes era ilegal as� que hizo que se los sacaran, y se quedaron sin nada. Un poco despu�s empez� a trabajar conmigo.

Julio es alto, flaco, y tiene experiencias laborales diversas. Trabaj� en una f�brica donde hac�an cocinas para Longvie, adem�s de otras de segunda l�nea y de una marca propia que parece que se vend�a muy bien (por el precio), y de las que Julio se llev� una a su casa. Tambi�n trabaj� en la construcci�n, muchos a�os. Estuvo en el Unicenter, por ejemplo. Dice que mientras demol�an las f�bricas que hab�a donde hoy est� el Shopping se cansaron de sacar bustos, placas y recordatorios de Per�n y Evita. Banderines, banderas, afiches del peronismo de anta�o, todo cargado en los cientos (o miles) de volquetes que fueron a rellenar el cintur�n ecol�gico, ubicado justo entre el Camino del Buen Ayre y el r�o Reconquista, ac� nom�s, antes del Barrio Aviaci�n de Don Torcuato, pegado a donde antes estaba el Aeropuerto y ahora, desde el a�o pasado, empezaron a lotear para hacer un barrio cerrado. A veces, cuando voy en tren a Capital, antes del puente ya se ven las primeras casas reci�n construidas. Son grandes y dan a una barranca que cae sobre el r�o. Supongo que cuando limpien el Reconquista vivir ah� va a ser de lo m�s pintoresco.

El �ltimo trabajo de Julio, antes de una depresi�n muy grande que tuvo, fue en la construcci�n del Carrefour de San Miguel. Ah� era encargado de herramientas o algo as�: controlaba que cada obrero tuviera lo que necesitaba y que al final del d�a devolviera lo que hab�a usado. Y todo anduvo bien hasta que empez� a haber problemas gremiales y �l, que no es de confiar en el sindicato, no quiso tomar partido y entonces la cosa se puso tensa. Iba a trabajar y algunos compa�eros lo miraban mal. Y todo termin� cuando una tarde, despu�s de almorzar, se pele� con uno que termin� por revolearle un martillo en la cabeza y lo dej� inconsciente. El golpe, que le hizo un tajo desde la mand�bula hasta la nuca, casi le arranca la oreja. Estuvo internado y lo indemnizaron, pero se deprimi�. Se encerr� en su casa y no quer�a salir. Hasta el d�a de hoy le tiene miedo a la calle. Si no es para trabajar casi no sale. Me alegr� mucho cuando un d�a me cont� de la tarde entera que �l y su mujer tardaron en volver desde el Hospital de Vicente L�pez. Hab�an ido a hablar con la psic�loga del hijo menor y tuvieron tantos problemas con los colectivos que reci�n pudieron volver a la casa a la nochecita. Me lo imagino con su mujer tomando un colectivo que no es, baj�ndose de uno que recalent� el motor, caminando por el costado de la autopista hasta la parada de uno que los deje mejor y hablando de todo lo que nunca tienen tiempo de hablar.

Ahora con las piletas est� contento, pero s� que no le alcanza. Su mujer, por suerte, consigui� trabajo cuidando unos nenes (hijos de gente rica de por ac�), le pagan bastante bien y hasta a veces le pueden dar adelantos.

Julio odia las drogas. Un s�bado a la ma�ana se atras� y cuando lleg� me dijo as�:

-Acabo de tener una pele�ta.
-�Con qui�n?, �tu mujer?
-No, cagu� a trompadas a un drogadicto.
-Ah, �s�??
-S�, en la puerta de mi casa. Salgo y estaba ah� con una bolsita. Lo tuve que cagar a trompadas.
-No me drogo m�s, te juro.
-Drogate todo lo que quieras, pero no en mi casa.
-Ah� seguro que no.
-Un boludito, yo lo conozco, es de dos cuadras de casa, trabaja en la Municipalidad y todos los fin de semana anda ah� aspirando con los otros boluditos. Aspira, fuma, lo que sea, cuanta m�s porquer�a mejor.

Esos muchachos son terribles. No sab�s c�mo le dej� la nariz, no jode m�s. Yo soy tranquilo, F�lix, vos me conoc�s, pero hay cosas que no, la droga no, yo odio la droga, la odio, es lo peor que hay, mir� que yo tuve problemas, eh, un mont�n de problemas, sobre todo econ�micos, pero con esa basura no quiero saber nada, ni yo ni mis hijos ni nadie, sab�s c�mo ser�a todo si esa basura no existir�a, todo ser�a mejor.

-�Y c�mo fue?
-Y c�mo va a ser. Salgo de casa y estaba ah� con la bolsita, casi en la puerta de casa el boludito. Una bolsita de esas de pan Fargo, �viste?, una de esas. Le digo tomatel�s, ac� no te drog�s, sal� de ac�. Y el pibito eh, yo me drogo donde quiero, as�, re mareado estaba y cuando le vuelvo a decir viene y me empuja y ah� no, eso no, le revole� un manotazo que lo dej� sentado al boludito, le romp� la nariz, por boludito, en mi casa no, y le segu� pegando, ah� en el piso le daba as�, pa, pa, pa, ese no jode m�s, vas a ver.

Tambi�n le gusta hablar de paraguayas y de travestis. Lo de los travestis viene de cuando trabajaba en el Unicenter. Era la �poca en que la Panamericana (que todav�a era angosta: dos manos para venir, dos para ir) estaba llena. Siempre se acuerda de un� ingeniero al que le dec�an el Alem�n y que todos los lunes, antes de empezar a dar la orden del d�a, contaba sus correr�as del fin de semana con travestis. Dec�a que los llevaba a un campo donde los soltaba y los corr�a con la camioneta, que los tipos se tropezaban, romp�an los tacos de los zapatos, y que alguna que otra vez les pegaba o directamente los ataba a la camioneta y los hac�a correr atr�s. Y lo de las paraguayas sale siempre que en la casa de alg�n cliente hay una.

Maco en cambio es fan�tico de las motos. Eso me viene bien porque mi Muravey es mi primera moto y si no fuera por �l, m�s de una vez me habr�a quedado. Maco tiene una soluci�n para todo. Salvo cuando se sopl� la junta de la tapa. Ah� nos quedamos, no hubo remedio. O cuando se qued� sin tracci�n. Esa vez est�bamos lejos y tuvo que venir mi mujer a remolcarnos con el auto.

Tambi�n le gusta pescar. Cuando terminamos temprano sale corriendo a su casa, busca su kit de pesca y se toma el tren, que lo deja justo en Costanera Norte y se queda un rato all�. Es de hablar mucho. Una vez nos encontramos con el t�o de �l en el lugar donde almorzamos y el tipo me dec�a que Maco es una radio, Radio Maco es esta, �no? Yo nunca lo hab�a pensado, pero s�, no para. Sus temas favoritos son las motos y la pesca. Cuando ten�a su Zanella (que este a�o vendi� para juntar el adelanto de una Honda que va a sacar a pagar dentro de poco) se iba al Tigre a pescar en moto. �l y alg�n amigo. Y a veces la novia. Ahora, desde hace un tiempo, quiere enganchar a un amigo que se largue con �l a limpiar piletas, independizarse. Yo le doy consejos, trato de que se largue, pero salvo que la inversi�n en equipos la haga s�lo su amigo, va a tener que elegir entre su independencia laboral y la moto que quiere comprarse. Una vez se lo dije y me dijo ya s�, ya s�, estoy en eso. Y se puso a hablar de la Honda (la Hondita, como dice �l), no sab�s, es una m�quina, m�quina m�quina, no se rompe nunca eh, nunca, y tampoco es tan cara, y es a pagar, ah� en Guido Motos seguro que me hacen alg�n descuento, Guido ya me conoce, sab�s las veces que le llev� el Zanella, con tal de no verme m�s con la batata me hace descuento, si a �l le conviene vender nuevas, le dej�s un cilindro y sab�s lo que tarda en rectificarlo? a �l le conviene vender, si esas motos no se rompen nunca, las vende y no lo jode m�s nadie.

En la limpieza de piletas hay varias cosas llamativas. Supongo que en cualquier trabajo relacionado con el agua pasa lo mismo, el agua es algo hipn�tico. El movimiento del agua, la luz del sol que pega en las olitas y forma una red blanca, brillante, que si el agua es cristalina llega al fondo y ah� abajo se mueve en ondas sensuales, como reflejo del amor entre la luz y el agua. Igual, lo que nunca deja de llamarme la atenci�n es ver el cloro en polvo deshaci�ndose en las piletas. Eso es algo que siempre hago yo: medir el nivel de cloro y agregar, seg�n los litros de agua de cada pileta, lo que hace falta. Coloco el polvo en la tapa del pote, la medida es a ojo pero es precisa, no falla, y lo tiro. El polvo vuela, choca con el agua (el ruido es el de la arena contra piedras mojadas), y forma una nube circular, ovalada. Despu�s la nube implosiona, es decir que se desintegra del centro hacia afuera, formando una especie de hongo de bordes gruesos. Tarda en llegar al fondo y se queda ah� unos instantes hasta que termina de disolverse. A veces, si el agua est� muy movida, se va balanceando hasta asentarse, e incluso en el fondo se sigue moviendo un poco. Pero otras no, cae parejo, llega abajo y se queda ah�, quieto. Me pregunto si con los dibujos que forma el cloro no ser� como con la borra del caf�. Pienso que no, que la borra del caf� es algo oscuro, sucio, que ah� es m�s f�cil adivinar el futuro. El cloro en cambio es blanco, y el agua es pura, yo no s�.

F�lix Bruzzone

el interpretador acerca del autor

F�lix Bruzzone

Naci� en 1976 en la ciudad de Buenos Aires. Public� 76 por Editorial Tamarisco y cuentos en las antolog�as Buenos Aires/Escala 1:1 (Entrop�a), En celo (Mondadori) y Hojas de Tamarisco (Tamarisco).

Direcci�n y dise�o: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: Diego Cousido, In�s de Mendon�a, Cecilia Eraso, Juan Pablo Lafosse, Malena Rey
Control de calidad: Sebasti�n Hernaiz

Im�genes de ilustraci�n:

Margen inferior: Daniel Santoro, Lucha de clases.