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            las rosas de China
            llegan por el río
            tiernas volutas de marchita carne
            que extraviaron el rumbo
             
            yo no sé
            si son los reflejos de la luna
            o las preguntas susurradas
            por el agua
            los que le devuelven
            su dimensión de flor
            su etérea cualidad aérea
            hecha de habitar todos los lugares
            del pensamiento                  
             
             
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            un vuelco
            en la rama de eucaliptus
            busca el río
             
            pero el río no busca nada
            y se lleva a la rama
            para siempre
             
            es el no querer
            lo que retiene
            y el deseo
            el que todo lo pierde
            en un fluir                            
             
             
            3
            Yo sé que este río
            refleja toda una vida.
            Una vida que, en realidad,
            estuvo/transcurrió en otra parte.
             
            ¿Cómo pudo esa vida llegar
            a rozar la indecisa corriente
            que nos lleva?
            ¿Cómo pudo venir a instalarse
            en algo que le era tan ajeno?
             
            De todo esto sólo sé
            que será muy difícil
            trazar en el agua
            la línea entre lo que es
            y lo que, probablemente,
            no necesite ser nunca.
             
             
             
            4
            Te mira el río para no volver.
            La luz se desprende en oscilaciones
            que habitan un aire más sutil,
            sólo respirable
            para aquello que interroga a la pregunta.
            Un rápido borrador de tu aliento que no duda,
            un proyecto de las múltiples
            posibilidades del error,
            un atisbo de lo que podría ser
            si algo no fuera,
            una hipótesis que sólo cuenta
            con el tiempo pasado
            para expresarse.
             
            Un no volver que sabe a veces
            no haber estado nunca.
             
             
            5
            las sombras ya no bajan
            del cielo
            sino suben
            desde el río
             
            ¿qué pasó
            con las sombras celestes?
            ¿de dónde vienen
            estos fantasmas acuáticos
            de la muerte de la luz?
             
            a veces creo
            que una compleja
            pirueta circense
            ha transformado
            el agua en aire
            y el aire en agua
             
            pero nosotras
            criaturas intermedias
            seguimos siendo
            lo que éramos
            o lo que nunca pudimos ser del todo
             
            fuerzas neutras
            y a la deriva
            entre una luz y otra
            entre una sombra
            y otra sin importar arriba
            o abajo
             
             
            6
            las lanchas se van
            rezongonamente
            a dormir
            a través de un mar
            de estrellas
             
            el viento
            y la luna
            apenas creciente
            todavía no definen
            el lento discurrir
            de las mareas
             
            el arroyo aguarda
            su sino
            de existencia
            y una garantía
            de identidad
             
            Arroyo Seco
            o Arroyo Marchini:
            un poblador favorecía
            el patronímico
             
            pero a mí
            me persigue
            el otro nombre
            que habla
            paradojalmente
            de lo que no puede ser
             
            el otro nombre
            que nos recuerda
            nuestra propia sequía:
             
            el erial
            de no ser lo que somos
            ni siquiera
            cuando un mar de estrellas
            nos contempla
            a la vera de un arroyo
            que podría
            no existir
             
             
             
            7
            veo la luna rozar el agua
            y el agua
            a horcajadas de la luz
            inundar el cuarto
            con líquidos garabatos
            en un idioma desconocido
             
            y siento que dormir aquí
            es como extraviarse
            en un acuario
            laberinto que fluye
            donde la entrada no la salida
            es lo que se sustrae a nuestra búsqueda
             
            ni inmovilidad ni movimiento
            sólo rondas de resplandor
            que en sí mismas se desmayan
            
               
               
            
            Laura Cerrato