Estos fragmentos integran la 1era parte del libro Las afueras, Editorial Siesta, 2007.
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Dibujamos toda clase de personas
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22 de abril. Una inmovilidad incompetente�
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Son las siete:
tira dos bolsas de basura desde el balc�n.�
Enciende el horno para la comida �rabe�
y�el libro del Baje hacia el fin de la noche:��������� �
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�����al amigo que muere en manos de una loca, �
�����nadie tiene ganas de bajarle los p�rpados.��
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29 de abril. Tomar vino pasado�
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La heladera desde siempre trae encima�
las pasiones del horario rebalsadas.�
No concuerda con su est�mago la lista�
que supone Un problema por tarro:�
la leche para la noche, el queso para la almohada,�
la soja para el martirio de�
la naci�n se inaugura en el siervo. �
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1� mayo. Quiere saltar�
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Hay necesidad de que sea clara�
una voz, que es madura tanto como �
reflota porque es goma la pelota, �
resiste cuando la hunden bajo el agua.�
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20 de mayo. Sentirse d�cil
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No crecer es un club�del clan desprestigiado, �
un club de fans de un arquero, un jugador �
al que descubren causas de abuso a menores �
o ganas de sudar la camiseta del contrario.� �
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24 de mayo.�
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Ma�ana es feriado: manera�con que sufre la especie��
una merienda, frustra una evidencia. �
Falta�
leche pura y falta pan:�
la soledad del esp�ritu
tiene ideas hipot�nicas.� �
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25 de mayo. �
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Feriado epigonal surce�
como una estrofa gastada
peque�as revelaciones en forma de pliegue,�
malcosidas apremian la camiseta:�
la vez que se cort� la luz y no le propusieron�
usar para pintar cray�n y vela?�
la melancol�a de hacer collages con revistas?
tijeras y muestras de corlok
una familia con miras de cambiar
el Juego de mesa y sillas de la cocina.�
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8 de junio. El peso encima�
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Una alfombra petr�leo cruza la simetr�a del cuarto.�
Es una ruta, la raya. Explica el sentido y el disfraz
de un grupo de olores�reclutados en l�nea. � �
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Sacude la ceniza y las puntas de los paquetes
de cigarrillo pegados que tiene.�
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Tira las colillas a la vereda y palmea
un saludo a la orilla de la ventana:�
la virgen no viene, �
hace trece a�os que la virgen no viene.�
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4 Poemas de Base
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No cantamos con un cancionero hecho pelota
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No cantamos con un cancionero hecho pelota, no queremos
las radios por la mitad.
Esto ser� una guerra pero
no veo los hongos de las explosiones.
No podemos cantar con un cancionero arrugado y roto, s�
improvisamos a medias
cuando no nos sabemos las partes.
Esto no es un campamento en Dresden,
ni es Heidelberg, ni La Candona.
Tomamos caf� y mate a toda hora,
s�lo los quejidos y algunos olores
-que no identificamos como tales-
son similares a los de una batalla.
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La autopista pasa arriba
del Parque Chacabuco.
Una chica va imaginando sobre el 86
a dos moribundos tomados de la mano
en la zanja de un tren checo �c�mo puede ser?
Ah� abajo, los ni�os�juegan�a la pelota
contra una casilla de chapa. La estaci�n Villa Luro,
el departamento que desde su living �abre
las ventanas al tr�fico de cami�n.
Carteles les indican que est� Prohibido
estacionar o detenerse, franjas blancas
hacen rel�mpago el asfalto. Postes de banquinas
boca afuera, la avenida
Curapalihue flota 3 metros sobre la ciudad.
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No cantamos con un cancionero hecho pelota,
para �so preferimos tararear
muchas veces seguidas la �nica parte que sabemos,
repetir
hasta inventar una estrofa que nos haga sentir bien.
Estamos en las tres cuartas partes de 2007,
duro con este que tampoco creci� alel�es
ni c�sped suave en los corazones...
6 se mudaron, 2
se salvan de sobredosis y todas
pero todas nos negamos a cantar
con un cancionero hecho pelota.
Golpeamos las tablitas de la mesa, golpeamos
la madera de un asiento,
los pantalones golpeamos, y los marcos de la puerta;
hacemos una canci�n muy pegadiza
reemplazando la comida y el exceso.
Intuimos que solamente se puede
aprender a comportarse musical?
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Aciaz, el Jefe agotado
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Aciaz prueba el ancho de una escoba
entre los dientes. Se cubre la cabeza
para pasar por el marco de la puerta.
Traidor y valuarte son los trapos que le quedan,
para secar la marca mojada
de la botella que forman los hechos.
-�Aciaz! �Traidor! �No tiene que triunfar la historia del Desbande!
Comienza a barrer sin mirar, mirando el pasado...
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El Desbande fue un grupo de gente
que se conoci� haciendo rondas para pensar la frontera,
la cantidad de balines sobrantes
a la hora de poner la mesa, la unidad en la calle.
El Desbande se ocupaba de se�alar
los objetivos donde volar a un almirante;
ahora se limita a pasar radio
de los m�viles que abandonan recorrido...
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En casa de Aciaz
durante vacaciones de invierno congeladas,
la escena desde el patio compone:
dos o tres platos de arroz sobre una mesa donde la l�mpara se bambolea
a causa de una mano que acaba de abandonar la pieza.
Las canciones de un hijo que no llega a gobernar
del mundo los alrededores y no llega
a explicar las causas porque fueron tejidos...
traduce una versi�n de La familia insoportable.
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El jefe ya no quiere pisar ranas, las cajas de f�sforo
humedecidas no dan mecha a un ca��n.
Est� sac�ndose ahora mismo las medias.
Manera de llegar a ning�n lado: la pieza del jefe.
Tiene la ropa al costado de la cama,
polvo acumulado en el garage,
pedazos de pan duro
en el canto de los cajones.
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Disc�pula de s�
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No va a darse por camino diferente al epistolar
el amor de la generaci�n capic�a,
y no va a darse por camino diferente al corporal
el ritmo creciente y desproporcionado del escriba
������� �cu�n ajena resulta la fuerza literaria
al crecimiento del rubro construcci�n en Capital?
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Creemos que se mueve el ajetreo
de lunes a lunes aunque no llega el paquete
al buz�n de la esquina de Manuel Rodr�guez.
El cansancio imprime un registro
fotogr�fico en tu cabeza:
talleres mec�nicos, paredes pintadas,
tapas de luz arrancadas para reventa,
basura mal puesta alrededor de la manzana.
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-Desde la avenida se ve�a muy distinto
que desde el puente Juan B. Justo -De un lado
hay planificaci�n de sobras y chapa, del otro
el tr�nsito es una mancha salvaje
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Leemos SABE RE�RSE en la fachada del almac�n
y c�mo termina la obra:
m�danos de arena,
baldes y motores de mezcla trabajan.
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Futuro
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Se acopla a un Suplemento;
quiere darle el alma al pa�s, porque s�.
Porque mantener viva la llama de la informaci�n
es como mantener el deseo. Un matrimonio.
Una bola de nieve.
Se domina una secci�n para que despu�s
se acaben las armas, los n�meros,
se acaben los tanques en la revista del domingo.
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�C�mo hacer para regularte, hipertensi�n?
Te desplaz�s con ese bozal de perro que impone
a di�metro, sim�tricamente,
medio metro de distancia.
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Cuando suena el tel�fono
la oficina se transforma en una balsa,
el llano de una ruta de agua: el Quilpo.
Pod�s ver desnudas
las piernas que te llevan; se articulan con una gracia
animal, naturalmente.
Te trep�s al escritorio,
con la palma sobre la frente haciendo techo:
est�s interpretando
la llegada de un aliado imaginario.
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Paula Peyser�
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