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el interpretador poes�a

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Las venganzas

Malena Rey

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Venganza en la ma�ana

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Salto de la cama

el reloj que tintinea

la batalla que tengo

con que es de d�a

y la noche dur� poco

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me friego,

me callo porque la voz

viene m�s tarde

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-primer atentado en clavarme

el cuchillo de una tostada

en mi madrugada-

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adi�s a las armas

que depara la casa

con el sue�o de todos en lo quieto

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en el colectivo de la esquina

las gracias no son mayores,

son sudadas,

las mujeres clavan,

los ni�os sin nada que decirle

al resto de los autos

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en otro tramo del camino

al primer reto

tengo una carcajada ahogada

en la basura matinal, en el fresco que no hac�a

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primera venganza de buena

que me creo y no,

me encuentro entre las bolsas

un revolver olvidado

que har� recalcitrar,

las balas arrojadas a que disponga.

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levanto mi regalo preciado

de las bolsas y lo miro de reojo

-por un momento escucho el fondo del mar

y la estampida de cohetes sin olor a p�lvora-

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el arma clavada en el cuello del pantal�n

forma conmigo una ronda

y estamos ocultas por un momento

de la cat�strofe que flota.

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en el trabajo no controlan

mi cauce de hiena

la falta de clara,

el colmillo afilado

en una cacer�a que tendr� a bastanza.

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Venganza al mediod�a

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Est�n las que piden comida echa

y se las traen,

los que hurgan en la heladera de los otros

por yogurt,

y las que llegamos, rendidas ya,

al amontono de platos del d�a anterior

que primero limpios y

despu�s veremos

�

con mi calibre 22

preferimos algo con sabor a trago

alcohol destilado

�nada beberemos, mi arma!

que hago de tripa gorda,

de tenedores masticables.

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con la digesti�n virulenta

y la boca ampollada

una rampa me hace correr

y el arma en la cintura

Somos la luz que deja pasar

un sol

s�lo en lo funesto de pensar matar a todo

�

no volver atr�s

porque las espaldas son

el blanco m�s f�cil.

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La primera muerte

tiene que ver con el tortuoso

que me escupe sus babas

cuando paso la rampa

?la veo roja por sangre-

El tipo mira cualquier huella

pero pasamos, mi arma,

y �l no se abstiene

desde el medio de la nada es un sult�n de humo

que con fuerza legitima a las p�lidas

�

Hay dos colores en mi cabeza:

MARR�N PARDO porque ahora todo es caca,

las veredas me siembran cemento como de hospital

que cada d�a se rellena m�s

VERDE MILITAR pero armado de mi propia guerrilla

-con arma tenemos cuchillo, clavo,

hachas de filo inmensamente grave-

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o bien,

de los tonos que acontecen soy el �rbol

y quebracha no me rompo,

los dientes apretados

proponen un mastica

de perro el cacho de hueso con carne.

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Venganza a media tarde

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Ya en casa no hay enemigos visibles, mi arma

o eso parece en una primera impresi�n

y para quebrarla golpeo las puertas,

las insto a que se vayan de la calma

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Hay 2 olores en mi cabeza:

A CAGO DE GATO que en una orden

hago desaparecer de su presencia

pero tengo su ira

A �CIDOS Y A BASURA que se acumula en el patio,

con arma sabemos que podridos

son destellos de rabia.

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El vecino del piso de abajo

tambi�n maneja sin cautelas

a los rifles y metrallas,

�l tiene m�s profesi�n

y practica con blancos

pero en el enfrentamiento de los balcones

en lo alto y con las rejas de por medio de las plantas

somos r�pidas

y disipamos las sospechas

de firmeza venida a menos con la tarde

�l se ci�e a su ventana

y nos apunta a las piernas.

Arma ruge algo incomprensible

y se prepara para matar del todo,

con un disparo clave en medio de las cejas que tiene

cae rendido vecino por fin

y ahora no hay juegos que distraigan

del trabajo fino;

somos una violenta junta

y nos sorprende que el d�a no nos tenga miedo

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Vecino muerto,

coraz�n contento de todas las que nos hizo,

Arma se siente fortalecida

y ahora me apunta sola.


Pienso un momento en sus due�os anteriores,

en las v�ctimas cobradas.

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Venganza de noche

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El atardecer nos hace descansar

y la oscurecida es bella:

hay azules frutales en el cielo

y verdes oscuros en las rayas de las plantas

con Arma nos refrescamos

con agua

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vienen a molestar ahora

las llamadas de tel�fono

pero el aparato enmudece por ella

que no duda cuando es con dardos

y le lanza una llovizna de plomo

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Alcanzo a ver el humo que deja el tiro

y s�

que no tengo nada mejor que hacer

-que no hice nada-

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las almohadas ubicadas en el borde

al norte de la cama

y en la trinchera de resortes

el colch�n nos ayuda a depredar

la habitaci�n.

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me ensa�o en destruir

los vidrios hasta hacerlos

finos a�icos cortantes,

los cables, hasta que est�n

pelados y peligrosos,

las s�banas, jirones.

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Hay 2 im�genes en mi cabeza:

LA DE UNA BOCA QUE CHUPA UN LIM�N

contagi�ndose toda la acidez

sin resistencias a la autoridad

de tal fruta fresca;

Y LA DE UNA FOGATA al rojo vivo

por la que caminan descalzos

espectros de hombre

sin saltos, insensibles a la violenta luz.

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Arma, en cambio,

con la idea fija

jala el gatillo sola

en su inexplicable ruleta

y a la cuenta de tres de mi parte

Un

Dos

Tres

con el eco de la sa�a

se asesina.

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El pormenor de

mi mal menor

desaparece de s�

y de su fuerza.

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Malena Rey

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el interpretador acerca del autor
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Malena Rey

Malena Rey naci� en Buenos Aires en�1983. Public� Bragas (poes�a, 2003) y Tr�mites (narrativa, 2005) en Guacha Editora

(www.guachaeditora.blogspot.com ).

Particip� en el colectivo de acci�n po�tica Maremagnum.

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Direcci�n y dise�o: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: In�s de Mendon�a, Camila Flynn, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse, Juan Leotta, Juan Pablo Liefeld
Control de calidad: Sebasti�n Hernaiz
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Im�genes de ilustraci�n:

Margen inferior: Francis Bacon, Portrait of George Dyer Talking (detalle).

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