El infrarrealismo fue y es una �tica en verso,� el santo y se�a de poetas que re�amos de m�s o menos los mismos chistes, nos emocionaban las mismas lecturas, nos asque�bamos de la misma mierda, quer�amos cambiar las mismas cosas y nos corr�an de las mismas fiestas. �ramos y somos banda, camaradas, chidos, choros.
            �Movimientos con menos coincidencias han cambiado el mundo, cambian el mundo, as�mense a las calles del pueblo de M�xico, de los ping�inos en Santiago.
            �El bell�simo manifiesto Infra de Bola�o, la inmensa literatura y fidelidad de Mario Santiago, los desesperados llamados al rigor de Cuauht�moc y hoy los aullidos permanentes de Dami�n son innegables reales caminos a los que unos se puede lanzar, dejarlo todo y vivir.
            �Lo hicimos ya, recuerden, m�rense, recon�zcanse, dejamos todo, nos lanzamos a esos caminos y nos aferramos al amor, la lealtad, fuimos fieles.
            �Gesta peque�a que se recuerda en tesis universitarias en M�xico, Estados Unidos, Francia, Espa�a, Chile, Argentina, el Per� y que sigue siendo una piedra en el zapato de los mismos miserables que falta derrotar.
            �El Infrarrealismo es una decisi�n.
            Dejarlo todo nuevamente y lanzarse a la calle.
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