el interpretador ensayos/art�culos

Poemas

Juana Bignozzi

En 1968, presentando los textos de los autores que ella misma antologaba como testigos de la China revolucionaria, Juana Bignozzi escribi� de Juan L. Ortiz: ?En su caso se impone decir que es entrerriano. Incorpor� para siempre a nuestra poes�a mayor, los paisajes, las colinas, las brumas azuladas de su tierra. Con todo eso y con su permanente estar en la lucha de la gente de su tiempo edific� una de las pocas obras po�ticas imbatibles de nuestro pa�s. Su viaje a China fue como encontrar sus propias respuestas expresadas durante cincuenta a�os en su provincia: los poetas entra�ables, un pueblo en busca de su felicidad?. En el mismo libro, Bignozzi escrib�a de Andr�s Rivera: ?en este relato vuelven a encontrarse los rasgos que caracterizan su obra y constituyen su visi�n de la literatura, como traslaci�n de su actitud en el mundo: una forma de l�cida conciencia y de militancia insobornable?.�

El tiempo ha pasado, y Bignozzi ?o ?Juana?, o ?Juanita?, como la llaman quienes se le acercan?, desde sus libros de los a�os �60 hasta sus �ltimas publicaciones, ha ido variando algunos modos de su trabajo. Pero las nuevas formas que su poes�a va practicando tal vez puedan encontrar sintetizadas en aquellas presentaciones algunas claves y un motor que, en sus mismas variantes, contin�a ?permanece? sosteniendo el lugar de la poes�a desde el que pueda volver a elegir a sus enemigos, porque, como escribe Bignozzi, cada siglo tiene sus barqueros /y sus muchachas de modales excedidos.�

Lo que sigue, entonces, un recorrido por los cambios y permanencias de escenarios y lugares, por la lucidez entra�able de las variantes y continuidades de esta obra.

In�s de Mendon�a - Sebasti�n Hernaiz

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Soy una mujer sin problemas

Todos lo saben

y entonces buscan mi compa��a para charlar por las noches.

Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo

y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,

porque la paz conmigo misma ser�a una guerra sin fin,

dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida

que no entra en mis planes.

Sin embargo yo sue�o por las noches

con un jard�n inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;

yo sue�o con un hombre que me inquieta y como lo ignora

me habla amigablemente del resto del mundo

y de mis m�ltiples amores, tan simp�ticos,

tan apropiados como tema de conversaci�n.

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La vida en serio

Ahora he descubierto el sol, los perros y las mentiras.

La vida es m�s l�gica, no he dicho mejor, sino m�s l�gica.

Cierro los ojos y tomo sol, juego con un perro tan vulgar

que es imposible sentirse separada de �l y miento.

Eso me obliga por las noches a sacarme los zapatos

como quien se desnuda,

a caminar descalza por mi casa,

a llorar a solas cada tanto.

Ahora miro a una mujer ni linda ni fea,

pienso que la peque�a vida contin�a

y que todo dolor importante tiene testigos,

aunque sean un perro, el sol o las mentiras.

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La literatura en serio

Como sufro y me aburro resulto bastante divertida,

a veces represento situaciones,

la mujer comprensiva, el hombre triste;

como no tengo sentido de la oportunidad,

puedo interrumpir la mejor escena de amor,

y para que nadie dude de mi inteligencia,

me ocupo de problemas casi rid�culos.

Rodeada de gente que espera cosas de la vida

o practica la tragedia,

mis explosiones de j�bilo son bastante frecuentes,

y como me regalo horizontes, cucharas que vac�an mi coraz�n,

casi siempre estoy triste,

por eso mi alegr�a es digna de verse.

-

Una poes�a para impresionar

con grandes imposibles olvidos que no llegan

o esas frases de: tengo para poco

una poes�a en realidad para ser un animal herido entre la gente

para irse a un rinc�n y tratar de no molestar

si digo esa poes�a ya no me interesa

es porque he empezado a sentir gusto por la vida en serio.

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Con el invierno los amigos han vuelto a casa

yo pregunto seriamente

�Qu� vas a hacer de tu vida juana?

Sufro, amo, todos rabiamos por la revoluci�n

a veces tengo miedo de que seamos felices.

Los amigos han vuelto con los brazos abiertos

preguntan qu� pasa en nuestra ciudad,

yo s�lo puedo describir tu rostro,

para decirlo de una vez el rostro del amor.

�Qu� vas a hacer juana

con la juventud que a�n te queda,

con las historias inveros�miles

los amigos en solfa,

los amigos en serio

y toda esta ternura

que qui�n sabe ad�nde ir� a parar?

(de Mujer de cierto orden, 1967 ?recopilado en La ley tu ley, Adriana Hidalgo editora, 2000)

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Aristocracia obrera

Las casas que vimos construir tienen a�os

las amplias labias son s�lo discursos de mit�manos

charlas de magisters

c�tedra de confusi�n

no hay olvido ni paz s�lo alguna entrevista pendiente

una carta por escribir

la distancia siempre lleg� demasiado temprano a mis fiestas

mucho m�s de lo que am� ha ca�do en el v�rtigo de lo rid�culo

la poes�a es una se�orita esquizofr�nica que delira al apr�s-midi

los que ostentaban la escoba de la historia

cuidan la limpieza de sus legajos

yo sonr�o aunque no haya la�des con qu�

acompa�o a la gente hasta el ascensor

abandonada, perro de umbral en las tardes

viejo pecador converso jam�s en silencio

a ver

l�neas de las manos

de venus destrozada de apolo inmejorable

alegr�as que no le quitan profundidad a mi pensamiento

pero s� lo aligeran

recuerdo alg�n cementerio sentimental

cierta felicidad de un viaje nocturno

enloquezco con estilo

mientras los due�os de esta luz de domingo a la ma�ana

con un sentido de la realidad muy argentino

jugados a la precariedad y a la historia

sobreviven en tensa vigilancia

ignoran la tranquilidad de las siglas

no se tranquilizan con ajenjos marchitos

ahora que todo empieza a terminar

confiemos en la diferencia de nuestras muertes

nada las cambiar�

menos estas alianzas pasajeras

las maravillosas delicadezas y sus culitos pateados

cada vez que muevo esta mano

cambio de lugar un objeto

aparto alg�n rostro

como en un triunfo de mis peleas y de mis muertes

o una felicidad de mi final

s� que mis hermanos desconocidos no me olvidar�n

-

Desesperada ya como gente que conoci� ciertas cosas

verdades que no borran ni el vino

ni los juegos con los que reemplazamos el amor

con mucha delicadeza mucho cuidado

buscamos como ni�os no ya tr�boles de cuatro hojas

no ya la vida plena los golpes definitivos

para acortar los plazos ensayamos fracasos que no duelen

peque�os triunfos que provocan nuestras sonrisas m�s dulces

bajo mi sue�o mis enemigos

?cuidados por m� como por nadie?

entre el ruido de juana

sus grandes actividades y la ternura que me provocan

tenemos ideas fijas obsesivas

verbos que no conjugamos

verbos de acci�n de sentimiento

verbos para alg�n momento que cre�

cercano pr�ximo imposible

gente que estaremos casi muertos cuando pase algo

no mido lo que falta ni lo que se fue

duro

defendiendo el pedazo justo para estar de pie

-

Ahora que tanta gente llama por tel�fono

y tengo invitaciones saludos en la orilla del camino

he dejado de ser la presa mayor en una cacer�a que

despu�s de todo

protagonizaba

he dejado de ser tr�gica

a veces soy definitiva

con la edad, simplemente, estoy cada vez m�s enojada

-

Era f�cil quedarme sola brillante intocable en mi agresividad

tirar los pedazos que a�n val�an entre gente conocida

cartas prestigiosas de desprestigiados

disimular el paso de los a�os

su asqueroso pelo infiltrado

con frasecitas jactanciosas

pagar la buena conciencia con reuniones de seudo peligrosos

dedicarme a la solidaridad difusa

era tanto m�s f�cil

que entrar a patadas en esta turbia y compleja realidad

si toda vida es un reemplazo y no existe el lugar en blanco

el sue�o de estar a la vuelta de esta historia

con aquellos viejos �cratas revolucionarios principios

es el crujido de la mu�eca de madera en la noche

abandonen la hermosa escena familiar

no hablen m�s de un ciego retrato en colores

sobre �l ha ca�do una permanencia

la de la sangre

-

Yo te agradecer� eternamente aquel di�logo

donde vos hablabas y yo preparaba mi historia

yo te agradecer� eternamente

haber se�alado con un hecho

que la palabra existe

vos hablabas a nadie que luego fue este animal sin garras

solo en un claro que se llam� JB

quiero decirte que este animal de una aldea

o de aquel lujo de vivir que fue Buenos Aires

s�lo escucha a trav�s de lo que amaste en mito

P�re Lachaise fuentes de Roma

a aquella ni�ita que te escuchaba sin poder contestar

le ense�aste la palabra

que a veces ahora no sabe d�nde buscar

este animal no trata de repetir los sonidos de la tribu

sino tus sonidos y tu voz

-

S�lo mata el enga�o

Consagr� y consagraron mi vida

a tareas que se cumplir�n sin m�

no ver� morir a mi madre

no conocer� el delirio por un hombre

no vivir� en la revoluci�n

-

Ya me he dado cuenta

s�lo son escenarios particulares e indivisibles

hay un �nico lugar personal

para cada pu�alada trapera de la vida

mi coraz�n sabe que no hay olvido ni ruptura

�sos son triunfos ajenos

siempre miraremos por una ventana

c�mo se est�n llevando a alguien

-

Cad�ver  por la palabra 
persona por la gente            

Por ejercer el miserable pecado de la jactancia

manejo huecas trascendencias

solitarias eternidades

o sea

escribo

por escribir a punto estuve de ser solemne

por escribir pierdo la vida

por mirar a esta gente descuento mis culpas

lejos de falsas jerarqu�as que engendran peste

a punto estuve de integrar una secta

ave de rapi�a de voz de todos

no entender� el mundo m�s que lo entendido por todos

no olvidar� en el final el principio

no creer� en el signo sobre los otros

menos en la luz �nica sobre m�

para que mi vida se cumpla

pierdo el tiempo en confidencias

para escapar al desierto de los elegidos

borrar� toda arista que me distinga

para que mi lucha no sea leg�timo derecho de soberbia

s�lo reconocer� la voz de los que nunca llegar�n

a cumbres de lucidez

torres de talento

verdugos de los dem�s

ceniza de vidas menores

escribo

no me otorgar� la redenci�n

-

Las d�cadas no han pasado

yo camino sola en la luz de la tarde

en las vidas paralelas de los hombres que he tocado

soy el gran escenario y el mayor espect�culo

nadie cree en la desesperaci�n de los inteligentes

ni en los pactos

en los que siempre pierden los l�cidos

la luz que ahuyenta los visitantes nocturnos

y alimenta los signos de la vida

seguir� encendi�ndose en otro lugar

-

Rodeada de universos en tragedia ineluctable

en tragedia coyuntural en tragedia analfabeta

rodeada de mundos en r�tmicos caminos hacia la desdicha

he logrado una zona

en la que mi animal sigue a salvo

hablo a unos pocos muertos hablo de mi vida

en mis sue�os mendigan los cuerpos que perd�

y casi no tengo compa��a para compartir m�rmoles funerarios

no necesito la trampa de mitos menores

me basta nuestra propia lucidez

y nuestra permanente tristeza

que no tiene nombre de persona sino de ciudad

pueden borrarse las huellas

matar la mano que escribi� aquellos poemas

caer en la c�tedra y la impostaci�n

pero yo que tengo memoria de piedra y coraz�n de trapo

s� d�nde cu�ndo y de qui�n me desped�

-

Acechada por cultos pensadores que han confundido

la ideolog�a con las ciencias aplicadas

la �tica con el espontane�smo

el arte con la habilidad manual

y la lucha de clases con la renovaci�n de generaciones

veo c�mo los nuevos due�os de la cultura

han destruido lo que am� y dado rostro al enemigo

pero minuto a minuto recuerdo

que no debe quebrantarse el frente interno

aunque ya ese frente s�lo sean

mi memoria y mi soledad

(de Regreso a la patria, Libros de Tierra Firme, 1989 ?recopilado en La ley tu ley, Adriana Hidalgo editora, 2000)

-

compr�mosle unos jazmines

es una buena mujer empecinada en una idea

y esa inutilidad me permite decir

todo cae a pedazos y al tigre de papel

tal vez se lo coma un destructor de documentos

pero hay hijos que no tuve que volver�n a elegir a sus enemigos

y volver�n a hacerles dif�cil la victoria final

-

los nombres prestigiosos de mi pa�s

asolan las universidades espa�olas en verano

salamanca el escorial palabras de mis hermanos

zarpazos defensa del islote

conoc� a muchos de estos animales suntuosos

algunas de sus lentejuelas han ca�do

y ciertas estrellas tienen la punta quebrada

pero existe mayor espect�culo

que viejos magos de mi juventud

contando una fiesta terminada

cerrando una a una las casas de sus org�as

recogiendo las �ltimas cintas las �ltimas botellas vac�as

de un pa�s una poes�a y una ciudad errantes

-

�Fieras de papel en ambas orillas?

nuestros mitos se han permitido sobrevivir

y nos han obligado a retroceder

ante esa piedra de la desmemoria

con la que construyen su mausoleo

no somos la juventud que los continuar�

tampoco el pasado que los llora

y aunque fuertes y l�cidos como la historia

queremos educarnos en la fragilidad del futuro

-

El sujeto de la izquierda

educada para ser

la magn�fica militante de base de un partido

que por no leer la historia de mi pa�s

se ha convertido en polvo no enamorado sino muerto

preparada para una eterna carrera de fondo

tengo ante los ojos una pared impenetrable

detr�s de la cual s�lo hay

otros 50 a�os de trabajo y espera

-

otra vez la cruda tarea a mi cargo

de no aceptar los acuerdos

no aceptar este destino de joya de tu soledad

otra vez la cruda tarea de decir

tu final no va a ser mi final

ser el mundo entero en una vida es demasiado trabajo

para una mujer un poco mayor con citas dispersas en varias ciudades

que ya aprendi� a no confundir

el dolor con la vida y la pasi�n con la propiedad

-

Interior con poeta I

una mujer en su casa

se dispone a asar un trozo de lubina

desde la ventana

ve uno de los triunfos del urbanismo europeo

y piensa en conseguir la �ltima edici�n de Caproni

comer� y leer� en hora y lugar inadecuados

media tarde apartando las hojas de una traducci�n

traducir de un lado del oc�ano al otro

de los poetas j�venes a los poetas de su generaci�n

tradujo aqu� su vida que debe retraducir a su pa�s

Negri dice que el espacio al que siempre crey� pertenecer

el espacio de la izquierda sigue existiendo dice

a la madrugada llamar� a una ciudad lejana

y volver� a traducirles a los objetos que la rodean

las claves de ese lugar en el que terminar�n su vida

-

Poetas del 60 I

juntos en cierta lucidez y varios desprecios

miles de papeles los nuestros

y siempre el pesado bagaje de aquella fiesta

miles de papeles los nuestros

nunca el del buen samaritano

no tuvimos manto suficiente

mucho menos pod�amos ofrecerlo

a trav�s de a�os y pa�ses

la misma soberbia de demoledores de panteones

el seductor relato de nuestra memoria

y en m� el nombre de los que he elegido entre ustedes

que no dejo de repetir

para gloria de cr�ticos dolor de resentidos y furia de olvidados

en cuanto me ilusiono con ser escuchada

(de Interior con poeta, Libros de Tierra Firme, 1993 ?recopilado en La ley tu ley, Adriana Hidalgo editora, 2000)


-

IX

Interiores

perdido el primer sentido de la solidaridad

perdida la solidaridad horizontal

vecino amigo almacenero de la esquina

de puertas adentro ya no se cuenta una vida

d�nde han quedado cocinas renacentistas

casas de los c�rpatos

no habr� un museo de nuestros interiores

cual velo fundamentalista algunas mujeres han rescatado

un universo derrotado por mis abuelas

hijos plantas hombres en permanente distracci�n o

fantas�as literarias

y ellas

regando las plantas del patio

-

XVI

las sectas lo han utilizado

el trabajo en la calle la vida en la calle la seducci�n de la

noche el sue�o imperial de volver al amanecer

la ambici�n oculta del strass los rasos los colores los brillos

siempre los brillos

no se puede vivir del acontecimiento

no se puede vivir de las pocas horas de la fiesta

pero cada noche descubro

que faltan m�nimos detalles

para cumplir el viaje que planifico en las ma�anas

-

XIX

para ver el alba

ejercicio peri�dico en otra �poca

debo caminar toda la noche

alimentando cr�as que nunca crecer�n

ahora s� que hay teor�as para la juventud

ver aparecer la luz recuerda el primer rechazo

la brutalidad del nacimiento

y teor�as para el principio del final

ver aun aparecer la luz es recuperar la noche

-

XXI

los que regresan de la fiesta

a�n atontados en el estado de bienestar

que ni les pagar� sue�os de or�genes negados

pasan por la puerta de mi casa

y me invitan a volver con ellos

yo pregunto cu�ntas etapas salvajes del sistema

nos quedan por vivir

y sigo escribiendo cada vez con m�s copias

-

XXX

me pidi� que llevara unos libros que le interesaban

y algo de dinero para una celebraci�n

y me cit� en el vest�bulo de partida de las grandes l�neas

cuando en la noche en vez de �l

llegaron los camilleros para Lourdes

supe que deb�a irme con su �ltimo regalo

los libros que amo

el dinero para un buen vino

y en el espejo que me corresponde

el asco a la caridad

y los amados destinos de esas grandes l�neas

-

XXXVII

los hombres que vuelven en el sue�o

son los que se fueron en la vida

vuelven con la cara de hoy

y aunque no la conozco debo aceptarla

vuelven a alabar mi eficacia

a confiarme su curr�culum

y esperan de mis nuevos y viejos amigos

de mis atenciones a los que amo

de alg�n desinter�s que disimulo por el recuerdo

que yo gestione su permanencia

en un mapa muerto en el setenta

a trav�s de consignas de estaci�n

correos de confidentes encuentros fortuitos en ciudades

europeas esquelas funerarias que nos devuelven a escenas

olvidables y cambian el oprobio en ternura

buscan el tesoro

de la cronolog�a de unos a�os que volver�an a unir

algunas ideas con algunas vidas

-

XXXIX

Stazione termini

en los rincones de casa aparecen tiradas

las flores de oto�o con su herrumbre

en el cerrado entorno de las estaciones terminales

siempre hay hoteles boutiques botones de lujo

que las protegen de su realidad

bisuter�a y ropa de pl�stico macarras de suburbio mal vestidos

inmigraci�n comida del altiplano

charangos y sombreros bordados en plata

en el fr�o de las calles europeas

siempre cerca de los trenes de sus horarios de partida

en los elementos abandonados entre la llegada y el final

suelen aparecer las primeras flores del cambio de tiempo

suelen aparecer los que rescatan nuestra memoria

y nos devuelven la fuerza para continuar con la explicaci�n

(de Partida de las grandes l�neas, Libros de Tierra Firme, 1997 ?recopilado en La ley tu ley, Adriana Hidalgo editora, 2000)

-

el efecto realidad de mis nuevos amigos poetas

ha sido una vez m�s borrado por la realidad

la a�oranza de las cartas nunca sobrevivi�

a la presencia del a�orado

sin confrontaci�n se habla del amado

sea este pa�s capillita literaria o prestigiosa revista

o se juega en los reportajes con la ingenuidad europea enga�ada sobre la causa del extra�amiento

pero olvidan que la amada en medio del fr�o abulense respondi� con claridad cuando le dijeron� qui�n eres

los nuevos m�sticos de tr�picos nacionalismos megal�polis or�genes raciales

rescatados en el fracaso

no en la derrota

el derrotado es el campo popular el espacio consagrado del obrero

rescatados en el fracaso de unos ni�os de doble moral que no

resistieron ni la prueba del trabajo en una ciudad extra�a

de unos ni�os que s�lo supieron sobrevivir en la prebenda y el acomodo

escenarios conocidos a partir de un lucrativo exilio

han vendido un coraz�n tramposo

luego el efecto realidad suele poner las cosas en su sitio

a cada cual su campo devastado

a cada cual su justificaci�n por no volver a la patria a�orada

a cada cual su jardincito

-

me pas� la vida entre caras de muchachos bellos y nobles

los peores apenas atontados

conozco la cara de los tristes del arte

de los voluntariosos de la acci�n cultural

menos la cara de la perversi�n

de la trampa de algunos que acompa�an a mis amigas

las mujeres repiten o tienen

su famosa neurosis de destino

repito la manera de apoyar el vaso

de acomodar las hombreras

el color que a trav�s de los a�os

termina por combinar con todo porque es siempre el mismo

mis amigas ejercen la lucidez cotidiana

cambian de marido

y mi ilusi�n s�lo dura hasta que vuelvo a encontrar

la misma versi�n de su soledad

�siempre siempre el error de las mujeres?

consuelo que nadie espera

peligro disfrazado de pr�ncipe

Magdalena con su frasquito

turbamulta de colores venecianos

huyendo del drag�n

�siempre el mismo vestido el mismo color el mismo hombre?

-

Plaza Congreso

I

atravieso plaza congreso para ir a comer

a casa de mis amigos

si a�n quedara un anarquista como mi t�o

y tuvi�ramos a mano un archiduque

o aunque fuera un enano militar de �frica

pero no hay colonias y menos bombas

las monta�as est�n a 2.000 kil�metros

y yo soy poco m�s que una mujer

en batalla con el silencio y con las versiones de los exiliados

que s�lo logra sostener algunas guerras privadas

II

me despido de dos j�venes poetas

que cruzan la plaza al amanecer

y en mi escenario de juventud

me regalan un Hockney invadido por la bruma

III

puedo seguir cruzando esta plaza con el molino cerrado

puedo ir a encontrarme

en la esquina de la que era mi casa con la que era mi amiga

para que me explique corruptelas municipales que ella llama sindicalismo

puedo soportar que en la puerta por donde entraron los amigos

a nuestras fiestas y a nuestro casamiento

haya un guardia de seguridad

y en mi confiter�a en vez de un san mart�n

sirvan bife de chorizo a buen precio

hasta convertirme en un grabado fin de si�cle

y sin ser columna estar de pie en medio de las ruinas

-

por qu� no puede decirse en los poemas lo que se dice en las

canciones te quiero con la fuerza de mi alma yo

espera un poco un poquito m�s

si t� me dec�s ven lo dejo todo

no puede decirse en los poemas lo que se dice en las canciones

m�s all� del verano despu�s de la d�cada de las flores de

mi black velvet en el Ideal de Nathalie de la gente linda del

reformismo alguien tiene que decir hay un consuelo en los

poemas

no todo termina

con ese verano de amaneceres en barios g�ticos la place rouge �tait vide

o con el �ltimo hombre de la madurez

un poema debe decirles en esta esquina de la p�rdida es donde

patinamos con el reverendo sobre el hielo de la permanencia

-

tierra y memoria tiro sobre vos

amores de verano y pasiones provincianas

que sellan y borran la confusi�n de la ideolog�a

elementos fr�giles banderas en las manifestaciones

primeros de mayo en el tenebrismo de Palacios

v�speras con despierta y canta

la realidad del d�a a d�a con concursos y premios

d�nde han ca�do las primeras muertes heroicas

tierra y memoria tiro

sobre las muchachas que llevaron las banderas

y hoy hacen meritorio teatro de barrio

mientras oigo hablar de idealismo

repugnante palabra patrimonio de la derecha

poetas de mi juventud

bares de mi ciudad colectivos de la madrugada

paso la noche sobre el oc�ano

para tirar tierra y memoria

sobre toda esa poes�a perdida

-

para m� siempre estar� iluminada

la plaza de los h�roes

donde los hirsutos luchadores

siguen fundando una naci�n

ellos no dejan de avanzar

vos aun muerto

no dej�s de avanzar

y sin carro de la gloria

sin arc�ngel que te alcance una corona y menos una espada

permanec�s como ellos en mi obsesi�n

-

vuelvo a pintar las flores de mi juventud

vuelvo a ver el amanecer

sin temor

ya nunca nadie podr� decirme �stas no son horas

veo amanecer como una mujer no como una joven temerosa

de la ley tu ley

el acero de esta luz para una mujer sola

que no debe temer sino decidir

(de La ley tu ley, Adriana Hidalgo editora, 2000)

-

Renoir

color dominante

y punto �ureo

est�n muy disimulados

merenderos de la costa el r�o en los domingos

cada siglo tiene sus barqueros

y sus muchachas de modales excedidos

ya no hay pintores del rumor de mi clase

-

caballer�a roja

Malevich

I

No pinta el cielo sino

de la tierra el alma rosa

no pinta hombres sino caballos

y el sue�o del coraz�n hacia su frontera

II

sobre cada utop�a en retirada

el cielo se abre

para mostrarla a contraluz

-

Olimpia

Manet

me han dicho que soy lo �nico que una mujer de izquierda

llevar�a a una isla desierta m�s un poco de m�sica

l� ci darem la mano del perverso y triste del amor

no espero a un te�rico de la literatura

ni a un militante de izquierda

atrapada por una historia que s�lo la deja afuera

s�lo vendr� un se�or

con queso roquefort borgo�a y alguna chercuterie

me han dicho que hay alguien duro y �spero

que no sale despu�s de las 8 de la noche

y los que fueron j�venes excedidos

escriben cartas burocr�ticas desde Texas

no me visitan los atrapados entre el minimalismo y la narratividad

pero mi suave mano en el muslo las flores que llegan y ni miro

este tributo a la moda espa�ola en el mant�n

y la desverg�enza de mi color plano

que por primera vez mira a quien lo mira

mu�eca de cart�n me llam� el l�cido Courbet

pero era un hombre de la injusticia y la Comuna

que en este cart�n no puede entrar

yo fui como mu�eca en mi belleza muerta en la pose

pero Manet me hizo mirar por primera vez

a quien no acostumbraba tener respuesta en la posesi�n

ese se�or de familia ordenada no esperaba que yo lo mirara

sin sombras sin tenues claroscuros

la brutalidad de la luz de frente

marcaba el final de su impunidad

muchachas l�cida cultas y agotadas que vendr�n detr�s de m�

miren miren siempre a la cara de los que les rinden homenaje

cuando este brazo acartonado y plano empez� a levantarse

para horror de los se�ores y espanto de la pintura oficial

empezaba a quebrarse la discreci�n que amparaba a una clase

mi cara fue m�s importante que las flores o las chinelas

(de qui�n hubiera sido pintada, Editorial Siesta, 2001)

Direcci�n y dise�o: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: In�s de Mendon�a, Camila Flynn, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse, Juan Leotta, Juan Pablo Liefeld
secci�n artes visuales: Florencia Pastorella
Control de calidad: Sebasti�n Hernaiz

Im�genes de ilustraci�n:

Margen inferior: Joel-Peter Witkin, Poussin-en-el-infierno (detalle).