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FRANCISCO ESTARELLAS
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En su taller moment�neo pinta: un departamento en alquiler que pronto ser� ocupado por nuevos inquilinos,� hoy vac�o y desarmado, pero sin duda el mejor espacio para convertirse por algunas semanas en atelier. Pinturas por todas partes, y una de grandes dimensiones, estirada en el piso del living. Es lo �ltimo que Francisco Estarellas est� haciendo.�
Este joven artista de 25 a�os, vive y produce en la Capital, en talleres ajenos, o en su� casa, o en alg�n espacio amplio y confortable del que pueda adue�arse hasta que tenga su taller propio. Hace poco comenz� profesionalmente su carrera art�stica, primero con exposiciones colectivas, luego con individuales, para ir meti�ndose en el medio art�stico e insertarse en el mercado.
Sus �ltimos trabajos (algunos de ellos expuestos aqu�) son el resultado del uso� de un material nuevo para �l con el que est� trabajando: el �leo.
A diferencia de la mayor�a de los artistas de su generaci�n, Estarellas no elige en su b�squeda de la imagen t�cnicas reproductibles e innovadoras propias de su �poca, si no mas bien el tradicional y antiguo material pict�rico de los talleres de oficio tan utilizado desde el siglo XV en adelante y desde hace un tiempo, bastante menos. Tal vez por una necesidad de volver a las ra�ces, o como una reacci�n a estos tiempos en los que todo ocurre a una gran velocidad, y donde todo se desecha, algunos artistas como �ste ponen en evidencia la vigencia e inmortalidad del �leo, un material tan sensorial como� natural.
Su imagen nos muestra realidades como se ven, seres en los lugares donde son, lo Heidegger denomina el Dasein, ?el ah� del hombre donde el ser se manifiesta?, ya que el ser existe y se constituye en el mundo: ?el ente constituido esencialmente por el ?ser en el mundo? es �l mismo en cada caso su ?ah�?(1). Representaci�n de ese ser humano, situado en un contexto urbano que lo identifica y donde desarrolla su existencia. Son escenas recortadas de un instante de la vida cotidiana de la ciudad: ?La siesta?, ?Florista?, ?Los cartoneros??
Rostros sumergidos en la incertidumbre y el enigma, estos personajes que son caracterizados a veces vestidos, otras desnudos o semidesnudos, muestran al hombre despojado e inmerso en su realidad, desprotegido e inseguro. El artista reproduce un sentimiento que se genera por la conciencia de existencia, donde el ser humano se encuentra consigo mismo??arrojado al mundo?. All� es donde surgen las pasiones m�s profundas y con eso la necesidad de contrarrestar la angustia en el encuentro con un otro. ?Abrazos?, nos muestra con una s�ntesis conceptual de la representaci�n del ser humano, este encuentro. Estarellas no abstrae las formas hasta quitarles significaci�n,� si no que sintetiza en las figuras lo esencial de la uni�n humana, sin perder lo que vemos y sentimos.
Manchas expresivas generan formas que por yuxtaposici�n con otras dan sentido a las figuras de la composici�n. Tintes contrastantes las definen y� las desprenden de planos de fondo como si en alg�n momento las hubieran absorbido. Pedazos de diarios a modo de ?papiers coll�? son incorporados a la composici�n como referencia a un contexto en que estos personajes viven, pero tambi�n como un contraste entre la forma geom�trica e industrial del diario, y la mancha espont�nea, irregular, expresiva y natural producida por la mano del artista (ver en ?Florista?).
Artista que refuerza con el trazo expresivo su esencia pict�rica nos recuerda, tal vez como una cita no intencional, a la pintura de Van Gogh: sus trazos de ?Viejo?, recorren y modulan el contorno y la forma de esas botas transmitiendo el tiempo que por ellas ha pasado, a la vez que definen la figura de quien las usa.
En esta �poca postmoderna la imagen de Francisco nos hace presente un esp�ritu de un sujeto de otra, que ha vivido en la modernidad y nos trae algo de all�: sus ideas, su expresi�n, sus momentos. Un artista de otro tiempo, en este.
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Florencia Pastorella
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(1)Heidegger, M., Ser y tiempo. M�xico, Fondo de Cultura Econ�mica, 1951. P�g. 153
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