Estamos todas tiradas
al borde de una roca inmensa
una composición de telo, pero cierta
las palmeras y el verde de un cerro cobrizo
agua transparente, peces
se acercan a los dedos del pie
Cuando el plano se acentúa
en la plancha, las cabezas
hay que saber levantar y la cola
para que resista el flote,
que cuanto más músculo la gamba
más se hunde el río en sostener
Entonces nos disponemos
a volver fláccida la contextura
con ejercicios destinados a perder tonicidad
como por ejemplo reteniendo
en la punta de la nariz estos coleópteros
azul tornasolados que cojen al tiempo que vuelan,
nada de volverse
bizca con una ráfaga
nada de marcar las abdominales,
bastante de observar el fuego
No fue
tan malo el roce, el exceso de los libros, el sopor teórico:
la muchacha que organizó
desprolija y descontenido no pudo
sufrir tan cabal el daño
de tener dos voces al mismo tiempo
adentro, en la cartera, las nerviosas también ceden
estiran el lomo ahistórico en el claro
El siguiente ejercicio
es caminar 6 kilómetros con humo en la entrepierna
un vigor insospechado de taurina convaleciente, con lo que somos
un ramillete de cuáqueras alteradas
puro amor y marasmo,
una convulsión de lentitudes en nuestra capacidad de olvidar
si falta comida o falta baño: lo que importa es el encono
cinta para refaccionar varillas, elevar cosas
que la noche de granizo se atreve a poner en duda
formulando en la carpa una hipótesis de pecho:
teta de tela
se contrae y se agranda un hogar
contra todo pronóstico de resistencia
¡Tomemos un inca yuyo, escuchemos
las chicharras del dj que no existe! y nadie confunda vaguear
en la sierra con vivir en el campo,
no interesa distinguir los panoramas
de lugares, otra vez, donde no estamos
y me dijo el tarotista -Con paciencia ..
es recomendable perseverar para el lado de los terrenos reciclados
y no del baldío de humillación- me dijo
que suelte la traba -Esa madera podrida es parate
te hace un dique en tu verbo y acota
el canino sensual-
que suelte, dijo
el canino semi misógino que llevo
-No modifica ni va a modificar la imagen de justicia erecta -
porque nunca modifica
lo Profundo a las Razones
El resultado
es un paper trazado al sol
como mucho con chauchas de algarrobo, en el polvo del piso
queda concentrada una ronda, un souvenir
de brujas improvisadas que dialogan con cotorras y montan retobados,
otrora incapaces de ponerle
los puntos a un cuzco re manso
Demos a la lengua vacación de las vacaciones,
anécdota precisa e innata, saber contar que proyectamos
dos coitos en cada Efebo que nombrábamos
-¨Adonis¨ quisimos decir- y los hombres parecieron
seres potencialmente nobles, inclusive
con pectorales firmes como senos: y los cabritos se sentaron
a comer a nuestra mesa y la paisana
nos contó la clasificación del cielo en los griegos,
y nos varió con las mañanas
la posibilidad de morar en un texto
eligiendo de la estrofa los genitales
¡abajo la pretenciosa deforme, la asepsia
deforme, no nos invade
durante una semana estar sin hacer! No hay susto con asma delante
de lo que el amor o el cansancio le hace a las poetas
ni fue tan grosero el deseo
de muerte, ni zen que
¿cuán igual da la alegría, el suicidio
si los dos están lejos? igual, dan
Los panes y los quesos que comemos,
puntualidad de calendario en luz,
transcurren de tamaño tanto como
los préstamos personales,
el abuso de nuestro médico. Y pasaron dos, tres
cuatro desamores, cinco, seis
mudanzas y velorios, que al cabo siete
el fin otra vez es pararnos, buscar leña en verano
pensar la perfecta fascinación del fuego,
su poesía alegrada que ejerce el ensayo
de quedarme como una boluda metiendo
las primeras ramitas que encuentro a la brasa gorda
Hacemos el Bien
recolectando estos palos que caen sin dolo: eso
es crecimiento sustentable
Paula Peyseré