¿He de esperar al deshollinador
de las siete cuando ya a las cuatro
el humo nos ha sofocado?
Néstor Perlongher
ii
Cuando fumo, es increíble
mis manos parecen de otro cuerpo
de otro cuerpo digo
y me las toco
las froto y les doy calor
agarro una botella
como a un mapamundi
enciendo un cigarrillo
algún día del techo de mi casa
se van a caer algunas estrellas
agarradas con alfileres
dientes de leche
hablo
digo por ejemplo:
la lejana emancipación de la piel
es escasa comparada
a los vientos de tus pestañas
a los espacios vacíos entre besos
vos decís, yo escucho
vos callás, yo me desvelo
La vecina reta a su niña
que ya debería estar dormida
la pequeña desobedece
y se burla de la madre
causándome risa
¿Será alterada como yo?
¿Sabrá escribir poemas?
¿La edad es una montaña o una llanura?.
iv
Escribo un poema
miro por la ventana y veo las ojeras de la noche
veo mis ojeras en la ventana
atascadas en el camino
por piedras o por arañas
Tengo sueño, no de soñar
sino de dormir
prefiero:
que las imágenes se esfumen
que los ojos floten frágiles
Quiero silencio shhhhhhhhhhhh
estoy intentando dominar mi sueño.
Tu presencia y las de otros
muertos, caballos, drogones
poetas, malditos,
se presentan
entran
salen
viven de mis cavidades oscuras
como marcianos
están y no están
un diván deshojando madres
padres
hermanos
sexos
dolores
angustias
nombres
cocaína
síntomas
las mecánicas de la vida se deterioran
se descomponen
engranajes
válvulas
todo parece dejar de funcionar
el sueño llega por unas horas
camino por lo que imagino ser yo
isla
pantano
bosque
fauce de hambre
timbre de leche
escoba de bruja
mancha de tigre
espalda de alfombra
silencio
respiro
me pierdo
camino
busco encontrar
sigo perdiendo
vii
Soy caparazón de tortuga
o no,
fui caparazón
plateado, doblado en cuatro
tanque de guerra
florero de septiembre
mano única
tijera
corte
tajo
grieta
Un mundo al vacío. Un vacío
en la palabra
ladrillo
arena
tierra
cemento el cielo.
x
Por mi boca
el género amarillo
se torna humo
ni esto, ni lo otro
ni lo de mas allá
cambio de cuadro
enfermo el pulmón
Una chica lee un libro sentada al sol,
en un bar.
Mira las hojas y el vaso
con jugo de naranjas recién exprimidas.
La primavera le humedece la piel.
Bebe de la pajita blanca... de pronto...
Perfume no a vos
y a ausencia
silencio sin nombre.
xi
La noche llegó puntual
apenas la vista enfoca
hace reírnos de nosotros mismos
la locura, que loca
Se me hacen nudos de corbata en la garganta
y a vos se te aflojan las palabras y los ojos
ya nos queremos de nuevo
xvi
Esta mañana
sola
subida al sol
Me gustaría tener un acercamiento
un reflejo más fiel de mis deseos
apago los ojos un rato
veo una cara
una seca
no intento fugar
ni armarme de valor
soy moneda
círculo sucio
que se olvida en cualquier silla
xix
Se abre una boca
el aire se llena de moscas
de papeles de caramelos
esa lengua pica
duele sobre la piel
escapo a vos
de vos
suelo encerrarme dentro de un grito
suelo dejarme a la deriva
Diego Lebedinsky