el interpretador aguafuertes

El Capit�n

Lucas Funes Oliveira

Uno

Dej� de jugar al f�tbol porque me romp� la rodilla. En realidad, no me la romp�. Fue un accidente. Una vez, un boludo, me dijo que, inconscientemente, quer�a dejar el f�tbol porque sab�a que no iba a llegar muy lejos. A ese lo mand� que lo garche un toro. A m� me encanta jugar al f�tbol pero el traumat�logo fue muy claro.

-�Y ahora qu� sigue?
-Sigue que vas a poder jugar pero con tus amigos; olvid�te de la exigencia f�sica profesional.

Otro que mand� garchar. Aunque �ste tuvo raz�n: si corro 3 d�as seguidos, se me traba la rodilla. Ojo que no duele; es m�s bien un trabo y me voy.

Para jugar en inferiores hab�a que ser amigo de alg�n dirigente. O ten�as que hacer buena letra en la Escuelita de F�tbol. Un filtro muy jodido; de cien pibes, entraban cinco. Me quejaba de la corrupci�n pero cre�a que estaba bien llegar de la mano de un poderoso; ten�as ?garant�as? de que todo fuera muy bien. A ese nivel, los jugadores no son m�s que una posible inversi�n ?no demasiado rentable?. Si sos un Maradona, lo sos a partir de los 14 a�os; nosotros ya ten�amos 17.

A m� me iba muy bien; buena pegada, resistencia f�sica, la 10 en la espalda y a veces la cinta de capit�n, que me disputaba con Walter Cisternas (un matungo morocho de gran potencia f�sica) y Dar�o Carabajal (un rugbier campesino que ven�a de 25 de mayo y dorm�a en la casa de nuestro t�cnico, el gordo Palma). Los tres altern�bamos la capitan�a del equipo seg�n la dificultad del rival: a Dar�o le tocaba cuando jug�bamos contra 11 animalitos de Dios bien feos, a Walter cuando el equipo andaba distra�do o hab�a tenido una semana de jodas y a m� cuando nos superaban t�cnicamente. Ese era el criterio del gordo Palma. Y �ramos muy buenos: los mejores tres del equipo. Hab�a suplentes m�s j�venes, que promet�an pero no cumpl�an, as� que nosotros ten�amos el puesto asegurado.

Para destacarte en el grupo, dec�a Dar�o, ten�s que ser m�s piola y no ir primero en los ejercicios de fondo pero tampoco atr�s del cuarto. Al gordo Palma hay que hacerle caso pero tambi�n hay que putearlo en voz baja para que te escuchen los otros, tend�s. Pero lo que siempre repet�a, como regla de oro, era que ten�as que bautizar a tres jugadores pa? que te riespeten, carajo. Y si no te riespetan, los mand�s que los garche un toro, nom�.

?Bautizar?, para Dar�o Carabajal, era divertir a todo el equipo a costa de los defectos y virtudes que tuviera un jugador. El que bautiza m�s r�pido es un grosso, dec�a Walter. Cada uno ten�a sus tres bautismos pero siempre cambi�bamos, dej�bamos al que ya no presentaba un peligro para meternos con el ?nuevo? o ?el potencial capit�n?.

Pocas veces nos mir�bamos a los ojos pero siempre sab�amos en qu� andaba cada uno, con el radar las 24 horas prendido para que no te confundieran con un pich�n de gil. Cuando el campesino orde�ador me aviv� de que val�a menospreciar a otro usando sus virtudes, me cay� la ficha. Porque no conozco a nadie que pueda estar sobrio, pon�le, las 24 horas los 365 d�as del a�o, por m�s abstemio que sea.

Est�n los que corren todo el partido y los que corren todo el entrenamiento, los que son callados, los que son generosos, los que se visten sin exagerar, los optimistas, los que nunca gritan, los que no toman alcohol o toman toda la noche y jam�s se emborrachan, los que saben bailar, los que dicen la verdad o los que hablan bien.

Es m�s f�cil encontrar una virtud que un defecto; despu�s es cuesti�n de obligarlo a ser ?perfecto? en todo momento y listo, se abre la Caja de Pandora de la hijaputez.

Y ah� te quiero ver, turrito. Arruinarlo es tan f�cil que es m�s jodido que juntar birra y merca: incontrolable y peligroso.
Hoy ya no me como ninguna. Cuando me hablan del mens sana in corpore sano me hago caca de la risa. Si ven�s roto de f�brica o se te resbala el �ltimo patito de la fila, no hay mens sana que valga. Es m�s bien mens �gil.

Pon�le que no sos puto, m�s bien est�s podridito; ver a tu compa�ero buscando su bolso, en todo el vestuario, mientras diez tipos se descostillan de la risa porque est� en bolas, mojado y hace m�s fr�o que pedo de ping�ino te hace pervertido, no puto.

Pon�le que sos puto y te re�s porque te gusta su culito redondito, paradito, lampi�o y con piel de gallina. Pon�le. Entonces sos un hijo de puta. Porque nadie lo ayuda y si alguien lo hace, vos, el campesino o el matungo lo cagan a trompadas. Dar�o, Walter y yo �ramos m�s jodidos que cachetear a tu vieja con la pija dura mientras te prepara milanesas. Un verdadero (y �gil) hijo de puta espera que sonr�as para romperte los dientes. Y no s� vos pero yo estoy seguro de una sola cosa: que dej� de jugar al f�tbol porque me romp� la rodilla.

Dos

Ese �ltimo a�o, hab�amos firmado un pre-contrato con el club. Por esa �poca entr� Mariano Casciari, un flaco de rulos que ten�a la pija m�s grande que vi en mi vida. Siempre digo que si no me gust� ese homenaje al falo de la entrepierna de Casciari, no puedo de ninguna manera ser puto. Y lo digo seguido porque soy un heterosexual sano que tiene ganas de que se lo garchen cada tanto. Lo de Casciari, repito, era perfecto. M�s que pene era un pen�n. Venoso y alegre, no le faltaba nada. Y, encima, era tremendo hijo de puta. Por eso nos ca�a bien. No era bueno con la bola, m�s bien, era zurdito.

Y nos contaba unas jodas buen�simas: llamaba por tel�fono a cualquiera y le hac�a creer que eran amigos o parientes que hac�a a�os que no se ve�an y lo citaba en un bar para verse las caras. Nunca iba. Un d�a se fue de mambo con una vieja en un pueblo y no lo hizo m�s. Igual nos dimos cuenta que guardaba mierda en los bolsillos porque entre bomberos se huelen los soretes, viste.

Mariano y Walter jugaban de ocho as� que el matungo fue claro de prepo: loco, lo quiero afuera del equipo.Nunca nos vimos a los ojos durante tanto tiempo. Dar�o, despu�s del silencio atronador, pregunt� �c�mo hacemos?

Y yo romp� el chanchito: Mariano no toma alcohol, muchachos, dije.

Mariano Casciari no tomaba alcohol porque ten�a un h�gado fr�gil. Hab�a nacido as� aunque lo secreteaba. El mismo d�a que firmamos el pre-contrato me llam� aparte para felicitarme que est�bamos adentro y se sincer�: ayer me llamaron a casa que voy a firmar el contrato aunque Walter haya firmado el pre.

-�Qu�? �Van a fichar dos ocho?
-No, boludo. Mi t�o es el Tesorero Garc�a Casciari.

El Tesorero Garc�a Casciari era el mejor amigo del gordo Palma, nuestro t�cnico. Si yo jugaba en primera divisi�n iba a ser gracias al gordo Palma, que agradec�a al Tesorero Garc�a Casciari, que era el t�o del pijudo Mariano quien no iba a firmar el pre-contrato porque eso inclu�a an�lisis cl�nicos los cuales no iba a superar por su h�gado fr�gil que solo yo sab�a que ten�a.

Cuando me cont� el tongo para dejarlo afuera al matungo Walter, lo mand� que lo garche un toro antes de ir a buscar a Dar�o. Y romp� el chanchito.

Mi cumplea�os es a fines de noviembre, as� que lo invit� al pijudo Mariano, dos putas muy perras, chicas del equipo de v�ley del club, a Walter y a Dar�o; fue una noche �ntima. No cost� nada que las putas lo obligaran al pijudo a meterse en el ba�o para disfrutar del matafuego enrulado. Adem�s, por un billete extra que pusimos Walter, Dar�o y yo, ten�an que ponerlo en pedo.

Siempre digo que si pagu� una puta barata, puedo cogerme cualquier cosa. Y lo digo seguido porque soy muy pajero. Y un tremendo hijo de puta.

Mariano Casciari dej� el f�tbol despu�s de mi cumplea�os. Una insuficiencia hep�tica lo intern� en el Pi�ero tres polvos despu�s de meterse al ba�o con unas putas y haber salido con su h�gado chorreando bilis por la nariz.

Tres

Aunque al gordo Palma le sorprendiera, a m� no me parec�a mal que Walter y Dar�o me hayan cedido la cinta cada vez que les tocaba a ellos. Fui el Capit�n indiscutido durante seis largos meses hasta que me saqu� de lugar la rodilla en una jugada est�pida y tuve que dejar el f�tbol, casualmente, d�as antes de firmar el contrato con el Club. Ya no era ni siquiera ?potencialmente rentable?.

Una vez, ese boludo que cre�a que me hab�a lesionado a prop�sito, me pregunt� c�mo terminar�n esos hijos de puta que nos joden la vida. Me lo pregunt� porque alguien lo hab�a jodido. Mal. Y lo preguntaba seguido. Un d�a me aburr� de sus virtuosas reflexiones. As� que lo cans� de su propio discurso. Nos ve�amos y le tiraba la lengua para que se pusiera a reflexionar. Pasaba horas hablando solo, tratando de explicarme, ense��ndome, hasta que se aburri�. Sin embargo, le ped�a que siguiera, que �l sab�a, que �l entend�a, que �l comprend�a de qu� se trataba todo, que siguiera con sus virtuosas reflexiones. Le prest� la oreja y �l habl� tanto pero tanto que se agot� de su voz. Harto de s� mismo apenas si pod�a afeitarse. A los gritos, euf�rico, me dijo por tel�fono que no quer�a verme porque era un hijo de puta.

Y as� como as�, desapareci� y no lo vi m�s.

Lucas Funes Oliveira

el interpretador acerca del autor

Lucas Funes Oliveira

Naci� en el a�o 1978 y actualmente juega al f�tbol con amigos mayores porque considera esa la �nica manera de destacarse.
Administra los blogs www.lestroispetitscochons.blogspot.com y www.confusionesdefunes.blogspot.com adem�s de tres o cuatro m�s completamente an�nimos. Organiza el ciclo de lectura Los Mudos ? la narrativa que nosescucha. Con Juan Terranova encabeza el proyecto Editorial Funesiana. Es un quinto de El Quinteto de la Muerte y form� parte de la Vanguardia Literaria Open Gallo.
El Capit�n integra Lo peor dentro de lo previsto [Editorial Funesiana] su segundo libro de cuentos pr�ximo a salir.
No vive de la literatura. Pidi� que se aclare que todo es cierto.

Direcci�n y dise�o: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: In�s de Mendon�a, Camila Flynn, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse, Juan Leotta, Juan Pablo Liefeld
Control de calidad: Sebasti�n Hernaiz

Im�genes de ilustraci�n:

Margen inferior: Antonio Berni, Team de f�tbol o Campeones de barrio (detalle).