¿Es posible hacer una reseña de Cáucaso, la última obra de Lautaro Vilo, sin referirse a las condiciones previas y externas que le dieron origen: la fascinación del autor por las noticias internacionales, el pertenecer a una trilogía todavía inconclusa, el recuerdo de la tragedia del teatro de Moscú? Si uno hace el chiste de un chiste, el resultado no suele ser el esperado. ¿Qué pasará entonces cuando se pretende la tragedia de una tragedia? Hasta la narración del hecho más terrible puede tener su costado trivial, vano, incluso gracioso. No es éste el caso.
Cáucaso es el relato lento y pormenorizado de algo tan fascinante como terrible: la toma del teatro Dubrovka de Moscú por terroristas chechenos. Especialmente, cómo el público, tan inmerso en la función, tardó en comprender que el despliegue de encapuchados y mujeres-bomba no era parte del espectáculo sino algo que estaba sucediendo en la realidad. Para eso, Lautaro Vilo utiliza un dispositivo escénico que permite que el relato avance: el interrogatorio.
Hostil, una voz en off no da tregua a un testigo incómodo pero colaborador y solemne, dispuesto a llegar hasta el final con la historia. La cosa no es tan sencilla porque sabemos que interrogador y testigo son dos tiempos de una misma voz. Tiempo pasado, grabado, que pregunta; tiempo presente, en vivo, que responde. Cáucaso es la puesta en abismo de una puesta en abismo anterior. El relato del teatro dentro del teatro se quiere convertir también él en acontecimiento teatral.
Igual de solemne, igual de colaborador, tal vez un poco más aburrido, Adolfo Oddone tiene por función musicalizar el relato. Sentado en el fondo del escenario pero siguiendo una misma línea con el pequeño escritorio del actor, espera pacientemente su turno para intervenir. Cuando le toca, se calza la guitarra y acompaña. Lo hace con precisión y oficio pero en la neutralidad del músico se advierte también la falta de expresividad actoral. Por su parte, Lautaro Vilo eligió no explorar demasiados matices en la composición de su personaje: la voz en off es firme, la voz en vivo no. Lo vemos molesto, incómodo pero dispuesto a pasar una y otra vez por la tortura de tener que recordar. El resultado es una obra donde para contarnos una historia de vida se hace necesario recurrir a las bajezas de la responsabilidad civil, las paradojas de la política internacional, los límites de la libertad del hombre y el terrorismo. Sin lugar a dudas, algo serio.
María Bayer
Cáucaso
Con Lautaro Vilo y Adolfo Oddone
Música original y arreglos: Adolfo Oddone
Escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde
Gráfica y asistencia de escenario: Agustín Schang
Técnico de grabación: Diego Polischer
Prensa: Simkin y Franco
Dramaturgia y dirección: Lautaro Vilo
Viernes 23 hs.
Espacio Teatral El Kafka
Lambaré 866
4862 5439
